ALTO
4F: Ayer el vicepresidente Nicolás Maduro recibió honores y solicitudes de permiso para portar condecoraciones como si fuera el comandante en jefe de la fuerza armada. Sin embargo fue el presidente de la Asamblea Nacional, el teniente Diosdado Cabello quien le habló a los militares, a los chavistas armados, expresó que son sus fuerzas armadas, acaso circunscribiéndolos a los uniformados. Insistió en que dejen de amenazar a los militares pues si algo pasa la respuesta será contundente. No escuche en el acto lo que ha venido repitiendo Maduro, cada vez que amenaza a la oligarquía y a la derecha apátrida, referente a que siempre será “con la Constitución en la mano”.
MEDIO
RECORDAR ES VIVIR: Simplemente recordando una pieza de buen periodismo. La forma cómo Gabriel García Márquez escribe al final de la entrevista que le hizo a Hugo Chávez Frías mientras -hace 14 años- volaban en un avión desde la Habana a Caracas: “…Mientras se alojaba entre sus escoltas de militares condecorados y amigos de la primera hora, me estremeció la inspiración de que había viajado y conversado a gusto con dos hombres opuestos. Uno a quien la suerte empedernida le ofrecía la oportunidad de salvar a su país.
BAJO
¿SE OLVIDAN?: La cruel y malvada respuesta del vicepresidente a Ivanna, la hija del enfermo comisario Iván Simonovis, no tiene ningún argumento cierto ni legal. Historia montada como todas en estos años. Recuerdo la declaración de quien fuera el instrumento más rojo rojito, revolucionario y afecto al proceso dentro del sistema judicial como fue el coronel Ramón Eladio Aponte Aponte, devenido en el magistrado más fiel dentro del TSJ hasta que se exiló, contó su verdad y pasó a ser el más odiado del régimen. Extractos de su declaración firmada 16/4/2012 en Costa Rica: “Es un deber inaplazable, confesar ante ustedes, y ante todos, que he cometido el pecado de haber transmitido a los jueces que los juzgaron, la orden de condenarles a 30 años de prisión a como diera lugar.
Nelson Bocaranda Sardi/@nelsonbocaranda
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