¿No estás teniendo sexo? Aquí están las razones

¿No estás teniendo sexo? Aquí están las razones

Foto: Archivo

En esta ocasión los culpables no son el estrés, los problemas conyugales o la falta de forma física sino factores totalmente externos y que, una vez conocidos, tienen fácil solución. Te presentamos algunas de las razones por las que cada vez te apetece tener menos sexo.

1. Tu dormitorio es todo menos acogedor. No has cambiado la decoración de tu dormitorio desde hace varios años o, lo peor, delegaste la responsabilidad de decorarlo a tu madre o a tu abuela y sus gustos no se parecen en nada a los tuyos. Pues deberías saber que el ambiente influye mucho a la hora de tener sexo. Opta por darle un giro radical a tu dormitorio incorporando una cama mucho más grande y cómoda (si es de agua mejor), coloca espejos en diferentes puntos de la habitación y siempre enfocados a la cama (uno en el techo sería genial), reparte velas por cualquier rincón y enciéndelas cuando sea oportuno, si no tienes cabecero hazte con uno porque también pueden dar mucho juego…

2. Te has pasado cenando. Sí, te has dado todo un homenaje cenando (y mira que dicen que hay que cenar de forma ligera) te va a apetecer todo salvo pasar una noche de pasión en la cama. Lo único que vas a querer es quedarte en posición horizontal, con la barriga llena y quizás ardores toda la noche. Así que si quieres estar en plena forma y darlo todo en la cama, opta por una cena bastante ligerita.





3. Siempre haces las mismas cosas. En el sexo también existe la rutina y en tu caso se ha instalado para quedarse un largo período de tiempo. Eso te pasa por hacer siempre lo mismo.Y cuando actuamos en algo de forma automática y sin pensar, haciendo siempre lo mismo, llega un momento que perdemos el interés por eso. Si quieres volver a disfrutar del sexo debes innovar y para ello puedes hacer mil cosas: cambiar de hora o de lugar, experiencias nuevas, incorporar artilugios o juguetes sexuales, hacer realidad tus fantasías más ocultas…

4. Las paredes son de papel. Muchas personas, cuando tienen sexo, tienen miedo a que los vecinos o los niños es escuchen. Por eso intentan reprimir sus sentimientos o sus muestras de fogosidad y terminan más preocupados y solo pensando en contenerse y no pegar un grito que en disfrutar de lo que están haciendo. Y llega un momento que al final la cosa pierde la magia. Si tienes hijos optad por encender vuestra televisión para que al menos el sonido ahogue el vuestro; si no tenéis hijos y solo os preocupan los vecinos, pasad absolutamente del tema, no estáis haciendo nada malo, ¿o es que ellos se cortan cuando llegan a las 3 de la madrugada, tiran de la cisterna a las 5 de la mañana o ponen el home cinema a tope?

5. Odias tu cuerpo. Sí, la autoestima influye mucho en el sexo. Si no estamos contentos nosotros mismos con nuestro cuerpo, si nos da vergüenza mostrarlo, ¿cómo vamos a querer que otros nos vean desnudos? Y ya no vale con apagar las luces, como muchas personas hacen, ya que durante el sexo estaremos pensando ¿pensará que estoy gordo/a? ¿le gustaré? ¿por qué me ha cogido de los michelines? Si quieres disfrutar del sexo lo primero que debes hacer es quererte a ti mismo/a, aceptarte tal como eres porque no por ser perfecto una persona es mejor o más feliz.

6. Estás a todo menos al sexo. Tienes demasiadas preocupaciones o cosas pendientes y no estás a lo que estás. Y así no hay quien disfrute ni quien se concentre. Eso o llegas a casa totalmente derrotado/a del trabajo y no tienes fuerzas ni para deshacer la cama. Si es tu caso no te quedan más opciones que la de prescindir del sexo o dejarlo para el sábado y domingo cuando unas cuantas horas de sueño y descanso te permitan recuperar la energía perdida.

7. Demasiado saturado del sexo. Los hay que no dan importancia al sexo y los que viven por y para él.Y cuando se abusa de algo también se pierde el interés, más que nada por saturación. Te pasas el día pegado a Internet y, entre descanso y descanso, echas una miradita a determinadas páginas. No hay día que no pases por el baño y te des placer en solitario. O has convertido el sexo en una práctica habitual cronometrada y con día fijado, teniendo sexo aunque no tengas ninguna gana de hacerlo.

8. Ya te aburre el tema. ¿Aburrido/a del sexo? Sí, aunque no te lo creas hay gente que termina aburrida del sexo y si tú estás leyendo esta galería puede que sea lo que te pasa. Como decíamos anteriormente, la rutina puede haberse instalado en tu vida sexual. Una misma pareja sexual durante mucho tiempo, no atreverse a innovar, hacer las cosas de forma automática y “porque toca hacerlo” son algunas de las razones que pueden provocar hastío y aburrimiento sexual. Intenta, a partir de ahora, afrontar el sexo desde otro ángulo, probar cosas nuevas, atreverte con cosas que hasta el momento te parecían imposibles de cumplir.

9. Se te ha quedado pequeño. Es lo que tiene ver tanto porno o haber puesto en práctica de forma muy seguida diferentes fantasías sexuales, que luego vuelves a la rutina del sexo (ese que es entre dos personas, el sexo normal de toda la vida) y eso te aburre. Ayer fue un trío, el otro día sexo en un lugar público, el anterior un encuentro pasional de forma fortuita en un supermercado… y ahora eso de acostarte con alguien en una cama ya no te llena.

10. Todo es más importante que el sexo. El sexo ha quedado en último lugar de tu lista de preferencias, viéndose superado por otras cosas como la película o serie que echan hasta las tantas en la televisión, el videojuego en Red, el libro que te tiene enganchado/a y que estás deseando terminar de leer, las muchas horas que te tiras chateando en el messenger o por facebook… Y cuando llegas a la cama o bien tu pareja ya se ha quedado dormida o estás tan agotado/a física y mentalmente que lo único que te apetece es dormir como un tronco.

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