UNT y Primero Justicia tendrán que ponerse de acuerdo para elecciones municipales

UNT y Primero Justicia tendrán que ponerse de acuerdo para elecciones municipales

Foto La Verdad

Encaro este Termómetro con el pulso de un cirujano que ensaya con bisturí láser. Deambulo entre estas líneas como quien cojea sobre terreno de minas antipersonales. Escribo dispuesto a despertar sensibilidades en nombre de una reflexión para las postrimerías. Es la única alternativa cuando de abordar un tabú se trata. Y las primarias de oposición en Maracaibo lo son.

Por los predios de nuestra redacción de La Verdad hay quienes llaman a este servidor “Flanders”, en referencia a aquel popular personaje de Los Simpsons cuyo honor se basa en la religión y las buenas costumbres. El símil escogido para afrontar este análisis poco ayudará a deslastrarme de tan peculiar apodo. Pero no hay remedio: Las primarias, háyalas o no, simbolizan una invitación a un “Réquiem”, la tradicional misa donde uno implora por el alma de los difuntos.

El término proviene de las primeras palabras del Introito: “Réquiem æternam dona eis, Domine… Concédeles Señor el descanso eterno”. En la epístola de la oposición zuliana no habrá reposo feliz en el versículo denominado “Maracaibo”. Al menos un “alma” arderá con miras a las municipales de diciembre. Y se auguran latigazos de lucha, sangre, lodo y nubes azabaches.





Alguien, sea Juan Pablo Guanipa o Eveling Trejo de Rosales, será martirizado en el debate de si habrá o no primarias. Uno de ellos encarnará plegarias póstumas bien sea por la lápida de los votos o por el viacrucis de la opinión pública. Haya o no comicios internos, siempre habrá un ungido y un derrotado.

Rasguemos eufemismos y quimeras. No hay conciliación posible entre ambos. Sus sendas están separadas para siempre. En este pasaje electoral ninguno es Simón de Sirene para cargar cruces ajenas. Los acuerdos de los años 2008 y 2010 son pasados sin reedición. O es uno o es el otro. Y quien resulte herido en el camino a las municipales, será polvo digno de oraciones ulteriores. Ambos lo saben y por eso la controversia será todo menos amigable.

Más información en el diario La Verdad.