Mandela viaja al paraíso de su infancia para recibir sepultura

Mandela viaja al paraíso de su infancia para recibir sepultura

Foto AFP

El cuerpo de Nelson Mandela llegará este sábado por la mañana a Qunu, el pueblito de su infancia en el que será enterrado, una semana y media después de su muerte y de recibir el tributo de miles y miles de sudafricanos.

El cuerpo de Mandela, muerto el 5 de diciembre a los 95 años, salió de la base área Waterkloof de Pretoria a las 12H00 (10H00 GMT) en un avión militar y llegará en un par de horas a Qunu, en el sudeste del país

La viuda de Mandela, Graça Machel, y su segunda esposa, Winnie Madikizela-Mandela, estaban en el aeropuerto militar junto a otros miembros de la familia, el presidente Jacob Zuma y algunos invitados extranjeros, como el reverendo estadounidense Jesse Jackson, activista por los derechos civiles.

El Congreso nacional africano (ANC) organizó una ceremonia en la base militar, desde donde Mandela emprendió su último viaje, y entregó la bandera del partido que cubría el féretro a su viuda Machel, que la recibió entre lágrimas.

El avión militar aterrizará en Mthatha en y de ahí irá por carretera hasta Qunu.

Decenas de vehículos adornados con fotografías de Mandela y los colores amarillo y verde del ANC circulaban por la carretera que separa Mthatha de Qunu, ambos en la provincia de El Cabo Oriental.

“Quiero estar aquí cuando llegue el cuerpo”, dijo a las puertas del aeropuerto de Mthatha Timothy Jacobs, de 41 años.

“Traje a mi hijo para que vea por lo que Mandela luchó”, señaló.

“Estoy emprendiendo una especie de peregrinación, sólo para mostrar respeto a nuestro primer comandante en jefe”, agregó.

“Cuando sea vieja, quiero que pueda explicar la historia de Rolihlahla llegando al aeropuerto”, explicó Pamela Timakwe, de 35 años -usando el nombre en lengua xhosa de Mandela-, que trajo también a su hija de 8, Hlumile.

La llegada de Mandela a su pueblo será saludada con 21 salvas y el paso de una escuadrilla de aviones militares a los que se vió sobrevolar Qunu varias veces el sábado por la mañana.

El pueblo estaba tomado por la prensa, concentrada en el museo Nelson Mandela.

El que fue primer presidente negro de Sudáfrica, muerto el 5 de diciembre a los 95 años, será enterrado el domingo.

Los funerales empezarán a las 08H00 (0600 GMT) con una ceremonia de dos horas a la que se espera la asistencia de 50.000 personas.

Pero el entierro será estrictamente privado, cerrado a la prensa y al público.

“La familia ha anunciado que quiere un entierro privado”, dijo a la AFP la portavoz del gobierno Phumla Williams.

 

El espíritu de Madiba

Desde su muerte, hace nueve días, Mandela ha sido objeto de innumerables homenajes en todo el país.

El martes fue honrado por casi cien líderes mundiales en el estadio Soccer City de Soweto, en Johannesburgo, en un acto salpicado de anécdotas.

Hubo un falso intérprete de lenguaje para sordos a cargo de traducir el discurso de Barack Obama, un insólito estrechón de manos entre este y su par cubano Raúl Castro, e incontables abucheos a Zuma.

De miércoles a viernes, más de cien mil personas pasaron por la capilla ardiente en la sede del gobiernode Pretoria.

El domingo, las formalidades y el protocolo darán paso a los ritos tradicionales de la etnia Xhosa, incluyendo el sacrificio de un buey.

Las exequias del Premio Nobel de la Paz y primer presidente negro de Sudáfrica tras el fin del apartheid estarán supervisadas por los ancianos del clan y tendrán lugar en la hacienda de la familia.

El sacrificio del animal -recurrente en momentos señalados de la vida- será parte crucial del evento.

“Un funeral es una ceremonia complicada que implica comunicarse con los ancestros y permitir descansar al espíritu de la persona que se fue”, dijo el jefe Jonginyaniso Mtirara, del clan Thembu, al que pertenece Mandela.

“Verter la sangre del animal es parte importante del proceso”, añadió.

Los dolientes Xhosa llevarán el traje típico de los funerales, blanco y azul, tocados con collares.

La comisión de asuntos tradicionales regional ha llegado a pedir al gobierno que no se inmiscuya en la organización de la ceremonia.

“Si el gobierno interviene, los ancianos no lo aceptarán y no será bienvenido, y eso tendrá un efecto pernicioso en los miembros de la familia, porque el espíritu volverá para perseguirles”, explicó el jefe de la comisión, Nokuzola Mdenge. AFP

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