El sostén cumple cien años

El sostén cumple cien años

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En 1914 una joven de 19 años patentó lo que hoy todo el mundo conoce como sujetador. Una prenda que revolucionaría el mundo femenino ya que las liberaba de un corsé que apenas dejaba respirar. No consiguió mucho éxito cuando comenzó a comercializarlos, pero hoy mueve grandes cantidades de dinero y sigue siendo la prenda fetiche de muchos. Panorama

¡Ya ven! A veces, las cosas más grandes nacen de una estúpida idea o de una pura necesidad. ¿El corsé que llevo me aprieta y se marca en el precioso vestido que voy a lucir esta noche en la fiesta? Puesto corto las varillas, le pongo unos tirantes y ¡tachán! Se ha creado un invento que marcará el siglo XX para el mundo femenino.





La llegada de la Primera Guerra Mundial dio el paso definitivo a la instauración del sujetador. Y es que, el metal destinado a la fabricación del corsé lo monopolizaba ahora la construcción de material de guerra. A esto se unió que las mujeres comenzaron a trabajar en las fábricas ante la necesidad de hombres, por lo que resultaba imposible combinar horas y horas de trabajo con esa incómoda prenda. Esta vez, aquello de “el trabajó nos hará libres”, fue verdad.

A pesar de que fue en los años 30 cuando, por primera vez, se estandarizaron las tallas de los sujetadores gracias a la modista Ida Rosenthal, a día de hoy, una de cada dos mujeres españolas no conoce su talla real y una de cada tres, directamente, no lleva.

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