La defensa de la soberanía nacional es algo en lo que todos estamos de acuerdo, los venezolanos queremos mantener la capacidad de decidir sobre nuestro futuro, sin rendirle cuanta a ningún extranjero. Las intenciones del gobierno son hacer creer que las sanciones aprobadas son en contra del pueblo de Venezuela y no en contra del bolsillo de un grupito que ha desangrado las arcas del Estado. Es típico de los regímenes autoritarios apelar a este tipo de argumentos, así lo hizo la dictadura de Videla en Argentina, Los Castro en Cuba, Noriega en Panamá entre otros.
Ahora bien, una cosa es rechazar un acto hostil contra todos los venezolanos, y otra es encubrir presuntos actos de corrupción. No es posible que nuestro Gobierno y demás Poderes Públicos rechacen a priori las graves acusaciones contra algunos funcionarios por actos de corrupción y lavado de dinero, sin que se abra ningún tipo de investigación. Defenderemos siempre a los venezolanos, sin embargo, un Gobierno serio no dejaría impune crímenes contra los Derechos Humanos y el erario público.
Es un hecho público y notorio la existencia de cuentas bancarias de funcionarios venezolanos en países como Suiza o Andorra con cifras exorbitantes, lo que automáticamente les hace sospechosos en países cuyo Gobierno no esté comprometido. Estos bancos europeos por lo general albergan clientes cuyos fondos provienen de orígenes oscuros. Estos temas en el caso de Venezuela deberían ser atendidos por la Diosa Temis en persona y no solo con proclamas de patriotismo.
Pero dentro de este aire de patriotismo y de rechazo a la tutela de algún país extranjero, debemos rechazar toda forma de intrusión en nuestro país, incluyendo la de funcionarios de Cuba, penetrando todas las instituciones venezolanas y siendo instrumento de un poder extranjero que pretende tomar las decisiones por encima de la voluntad de nuestra Nación. Recordemos que el último intento real de un país por invadir en territorio venezolano fue en 1967 cuando Cuba quiso invadir Venezuela desembarcando en Machurucuto.
Toda arremetida contra los intereses de Venezuela debe ser rechazada, después de todo estamos trabajando para defender los intereses de este país. Pero enarbolando las banderas del patriotismo el gobierno pretende manipular a la población, cohesionándolos contra un enemigo externo, con la intención de distraer de los problemas que vivimos a diario, y además desvían la atención sobre los casos donde presuntamente se está atentando contra el tesoro nacional.