Juan José Moreno A: Sincerémonos todos

Juan José Moreno A: Sincerémonos todos

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Nadie en Venezuela se niega a poner en duda hoy día que nos encontramos en el peor momento de nuestra historia, pero hasta que no llegue el momento que lo admitamos colectivamente, que la gente del gobierno y sus adeptos así como la de oposición lo asuma como una realidad que nos impide salir del desastre en los que nos ha sumergido el chavismo-madurismo, no saldremos nunca del atolladero.

Lo que está planteado hoy es que nos sinceremos todos, comenzando por el gobierno que estaría llamado a desmontar su propia guerra económica emprendida por el mismísimo Chávez desde el mismo momento que se propuso destruir la producción agrícola y agroindustrial, así como la manufacturera de otros bienes, y también con el sector comercial y las empresas de servicios y,  en lugar de mantener tal actitud, copiar a sus socios chinos cuya revolución los llevo igualmente hacer lo propio en su momento, al expulsar a los empresarios que producían el sustento alimenticio de la nación con la mayor población del mundo; pero la rectificación les permitió al país asiático convertirse en lo que hoy, una de las principales potencias y de paso imperialista.





¿Qué tal si el gobierno se sincerara, y ya que permite el inicio de la dolarización en la industria automotriz, como ya lo permitió con el sector de la aviación comercial internacional que opera en el país, y como lo está permitiendo ya desde hace algún tiempo con la comercialización de viviendas, copiara a lo que viene haciendo con exitosos resultados la república ecuatoriana, y de una vez por todas decretara la adopción de la divisa estadounidense como moneda nacional?  Esta, que pareciera una idea descabellada, podría ser una solución para frenar la inflación producida por la generación de dinero inorgánico por parte del gobierno que denuncian los economistas de mayor prestigio del país, y la cual constituye una de las grandes causas de la distorsión económica que afecta a nuestra nación, reflejada en una crisis sobre la que no se vislumbra salida en estos momentos ni en el más largo plazo.

Y a propósito del proceso de reclamos iniciado por los educadores de todo el  país que exigen una justa y digna remuneración salarial, preguntamos ¿por qué el gobierno no deja de ser insincero con la situación de marginalidad a la que tiene sometido a ese sacrificado gremio, y reconociendo lo real de su denuncia, en el sentido de que sus sueldos están por debajo del salario mínimo vigente, atendieran como es debido su demanda?

Igualmente, mirando un poco hacia el norte, nos gustaría pedirle también al gobierno estadounidense que nos aclare, ¿qué es lo que pasa realmente con el gobierno venezolano que lo considera una amenaza para su país? ¿cuál es la secreteadera entre el enviado de Obama, el señor Shannon, con Nicolás Maduro?  pues estamos llegando a pensar, como ya se divulga abiertamente pero a voz baja en todo el mundo,  que la piedra de tranca la constituye ese polémico personaje citado por nuestro “Chuo” Torrealba como la persona más odiada del país, señalado como una auténtica amenaza por los cargos de narcotráfico que se le indilgan de personas que llegaron a ser muy próximas a él. Tendríamos entonces que pedirle a Obama que se sincere también.

Y regresando de nuevo a nuestra querida Venezuela, nos corresponde también pedir, en primer lugar,  a nuestros también queridos compatriotas, que nos sinceremos frente a este proceso de rescate de las instituciones democráticas que se debe iniciar, precisamente mañana domingo, con la selección de las personas que nos representarán en las venideras elecciones a la Asamblea Nacional, y que acudamos masivamente a demostrar que realmente somos la fuerza del cambio que reclama el país; y, en segundo lugar a la cúpula del Consejo Nacional Electoral para que asuma el papel que le corresponde dentro de lo que apenas queda de la institucionalidad de la nación, y actúe soberanamente fijando de una vez por todas la fecha del proceso electoral, sin esperar la orden de quienes pretenden enturbiarlo e incluso impedirlo. Sincerémonos todos, pues.

Twitter: @JJMorenoA