Análisis: El señuelo ultranacionalista de Nicolás Maduro

Análisis: El señuelo ultranacionalista de Nicolás Maduro

MaduroPuño 640px

La difícil situación por la que atraviesa el régimen de Nicolás Maduro puede conducir al presidente venezolano a buscar atajos políticos para salir de esta coyuntura. Un conflicto internacional se presenta como una posible opción. Pero ¿qué viabilidad tiene esa alternativa?

Rogelio Núñez / Infolatam





Lo cierto es que, a día de hoy, ha escalado la tensión con Guyana así como con Colombia justo en el momento en el que se han convocado elecciones para el 6 de diciembre.

Algunos analistas ven esas tensiones como una puerta abierta para alterar el curso de esos comicios.

Por ejemplo, Carlos Alberto Montaner sostiene que “los chavistas saben que la causa del Esequibo es muy popular en toda la población, chavistas y antichavistas, especialmente ahora que Exxon-Mobil ha encontrado una notable cantidad de petróleo en la zona marítima que le corresponde al Esequibo… El cálculo es que una operación militar para “recuperar” el Esequibo duraría una semana y despertaría el fervor nacionalista de los venezolanos, revitalizaría la maltrecha figura de Maduro, le devolvería el prestigio a las desacreditadas fuerzas armadas y crearía una atmósfera de “periodo de guerra” en la que se justificarían las carencias y el desastre económico”.

Un conflicto con Guyana

En plena crisis política y económica un conflicto internacional sirve como distractor y tiene un efecto cohesionador para el país. Y ese ingrediente está servido en estos momentos entre Venezuela y Guayana

Además, el chavismo ha estado basado históricamente en ideas nacionalistas y no solo de la izquierda clásica de los 60 y 70. En ese contexto es en el que se entienden conflictos como el que mantuvo con la Colombia de Álvaro Uribe y que llevó a ambos países al borde de la guerra en 2008.

En este momento, el problema que reaparece es con Guyana, país con el que mantiene conflictos limítrofes. Hugo Chávez enterró las disputas territoriales ya que el gobierno del país vecino era aliado político del chavismo.

Ahora, sobre el histórico conflicto territorial que existe entre Venezuela y Guyana (Venezuela reclama como propia la extensión conocida como Guayana Esequiba o Territorio del Esequibo, una superficie de 159.542 kilómetros cuadrados, equivalente a 74,2 por ciento de los 214.970 kilómetros cuadrados actualmente bajo soberanía guyanesa) se ha sumado un incidente.

El gobierno de Maduro aprobó el decreto 1.787, publicado el 27 de mayo, mediante el cual Venezuela creó cuatro Zonas de Defensa Integral Marítima e Insulares, una de las cuales, llamada Fachada Atlántica, comprende las “áreas marinas y submarinas de la zona en reclamación”.

En una declaración de su cancillería, Guyana afirmó que el decreto 1.787 es “agresivo e ilegal” y representa una “flagrante violación del derecho internacional”, y advirtió que “cualquier intento” de aplicarlo “será vigorosamente resistido”.

Venezuela sostiene, por su parte, que el pronunciamiento guyanés “constituye una provocación y atenta contra la diplomacia bolivariana de paz”, y consideró “inadmisible que el nuevo gobierno de Guyana asuma esta posición con un territorio que está sujeto a controversia”.

El pasado 6 de marzo de 2015, la compañía petrolera Exxon Mobil inició operaciones de exploración y extracción de crudo en el Campo Stabroek, zona del Esequibo que Venezuela reclama como parte de su territorio.

Según la cancillería venezolana, “el nuevo gobierno de la República Cooperativa de Guyana exhibe una peligrosa política de provocación contra la Venezuela bolivariana de paz, apoyada por el poderío imperial de una transnacional estadounidense, la Exxon Mobil, la cual debe ser rectificada en lo inmediato”.

Tensiones con Colombia

Al tema de Guyana se ha unido la tensión colombo-venezolana.

Colombia exigió a Venezuela una pronta respuesta formal a la nota de protesta, enviada la semana pasada a Caracas, por fijar unilateralmente límites marítimos entre ambos países en un área en disputa en el Mar Caribe.

“Requerimos una respuesta del Gobierno nacional (de Venezuela) a la protesta formal que le hicimos el día viernes. Y por tanto estamos a la espera de esa respuesta formal que espero que se dé en las próximas horas”, dijo el presidente Juan Manuel Santos.

La cancillería colombiana informó que había presentado una “nota de protesta” ante el gobierno de Nicolás Maduro, pidiéndole que adopte “las medidas necesarias para corregir el Decreto N 1787?, dictado el 26 de mayo, que delimitó cuatro zonas operativas en el Mar Caribe para reforzar la defensa venezolana, destacó AFP.

Las delimitaciones establecidas por Caracas comprenden aguas del Golfo de Venezuela -al que Colombia denomina Golfo de Coquivacoa-, en la región de La Guajira, zona por la cual ambos países fronterizos enfrentan desde hace décadas un diferendo por límites marítimos.

“El comunicado de Venezuela para nosotros no es una respuesta a nuestra protesta. Queremos que nos respondan el contenido de nuestra protesta, que nos den explicaciones y que rectifiquen el contenido de ese decreto y luego con mucho gusto nos sentamos en la Comisión Binacional de Alto Nivel para seguir negociando una solución a este diferendo limítrofe”, puntualizó el propio Santo.

La canciller colombiana, María Ángela Holguín, había llamado a “la rectificación del decreto” que fijó “unilateralmente” los límites: “Quisiéramos que fuera una respuesta pronta, en donde queden claro las coordenadas que se han utilizado para dicho decreto”.

Utilización electoral de las tensiones

Todo indica que el conflicto con Colombia está vinculado a la tensión con Guyana y con el propio proceso electoral venezolano.

Como señala la revista Semana, “dirigentes políticos colombianos, incluso de oposición, han coincidido que la decisión del presidente Nicolás Maduro puede ser una cortina de humo para tapar la difícil situación que atraviesa Venezuela y su baja popularidad, recurriendo a la estrategia del nacionalismo que ha sido utilizada, en el pasado por otros mandatarios con difíciles situaciones internas. Sin embargo, el decreto estaría más motivado en los hallazgos petroleros de la empresa Exxon en las aguas en litigio con Guyana, por lo que al decretar las Zodimain hacia el Atlántico, debía trazarlas también hacia el occidente. De hecho, los medios de comunicación venezolanos poca trascendencia le han dado a la reacción colombiana”.

Parece muy improbable que todo esto degenere en un conflicto. Lo que sí va a ocurrir, y de hecho ya está pasando, es que el régimen lo utilice con objetivos electorales para movilizar votos a su favor y lanzar acusaciones a la oposición.

Así, por ejemplo, Nicolás Maduro no ha dudado en vincular, a raíz de las tensiones con Guayana, a la clase alta local con los intereses de EEUU y las multinacionales: “Siempre el imperio británico y después todos los imperios, y ahora la ExxonMobil, han querido controlar la salida del Orinoco nuestro. Y es como si quisieran controlarnos el corazón, el espinazo, el centro del cuerpo nacional y siempre tuvieron la complicidad de las oligarquías que traicionaron a Bolívar y no supieron defender a la Patria, al pueblo, con una diplomacia de paz y respeto, como debe ser”.