José Toro Hardy: PDVSA y el Wall Street Journal

José Toro Hardy: PDVSA y el Wall Street Journal

Los venezolanos estamos abismados con las noticias que nos llegan con respecto a irregularidades en PDVSA sin que aquí se investiguen.

Cuando Chávez era candidato, su campaña se centró contra PDVSA. Se dijo hasta la saciedad que la empresa era una “caja negra”, se habló de las “colitas de PDVSA”, se dijo que PDVSA y la Apertura Petrolera eran las responsables de la caída de los precios del petróleo y cualquier cantidad de corruptelas.

Lo cierto es que antes de Chávez,  PDVSA estaba siendo controlada a todos los niveles. Además de sus auditorías internas y externas, contaba con los siguientes niveles de supervisión y control :

 

PDVSA era pues la empresa más controlada del país. El calificativo de “caja negra” no era más que un cliché político.

¿Ahora bien, que ocurrió después?

Al ganar las elecciones el comandante Chávez, la empresa fue “desnudada” y revisada hasta la saciedad. De aquellas graves acusaciones no se encontró ninguna irregularidad relevante. De las escandalosas “colitas de PDVSA“, tampoco se comprobó ninguna.

Procedieron entonces las nuevas autoridades a solicitar ante la Corte Suprema de Justicia la nulidad de todo lo actuado con motivo de la Apertura Petrolera y, casi dos años después de la llegada al poder de Chávez, la Corte  concluyó que no era posible hacerlo porque se habían cumplido todos los extremos de ley.

En los años siguientes los hechos vinieron a demostrar que aquella PDVSA meritocrática había anticipado correctamente las señales del mercado y que la Apertura Petrolera, tan vituperada, había resultado vital para el país.

Se activa en esos años siguientes el llamado “súper ciclo de los commodities“, que permitieron diez años de elevados precios del petróleo. Por que respecta a la cesta venezolana los llevó desde unos 8 dólares por barril en 1998 hasta unos 116 dólares en el 2008. Contó entonces el gobierno de Chávez con más ingresos petroleros y por un período más prolongado que los que había disfrutado ningún otro gobierno en la historia de Venezuela.

Ahora bien, ¿qué ocurrió en PDVSA en esos años?

El presidente Chávez, pito en mano, provocó un paro en la industria (según él mismo confesó ante la Asamblea Nacional). Comparó a PDVSA “una colina que había que tomar”. Procedió a despedir a unos 20.000 trabajadores cada uno con 15 años en promedio de trabajo, que acumulaban por tanto unos 300.000 años de experiencia y conocimiento.

Desembarazado ya del obstáculo de quienes mejor conocían el funcionamiento de la empresa, procedió a politizarla, transformándola casi en un brazo del partido de gobierno. Como si ello fuera poco, eliminó los niveles de control que existían sobre PDVSA:

 

Por último, la empresa, al igual que el BCV y muchos otros organismos públicos, ha dejado de suministrar informaciones transparentes. En lugar de una caja negra ha pasado a ser una suerte de hueco negro en el espacio.

Dentro de ese entorno de irresponsabilidad y laxitud institucional, perdida la visión y la misión de la empresa en medio de una avalancha de recursos y sin ningún mecanismo de control efectivo, no serían de extrañar hechos como los de Andorra o los que señalan el Wall Street Journal y el New York Times. Se señalan presuntas situaciones, complicadas con casos de nepotismo y corrupción extrema, más allá de lo que la mente racional puede imaginar. Son casos que de comprobarse, superan enormemente en gravedad y magnitud a los que han ocurrido en Brasil con Petrobras y que han llevado a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, al borde de un impeachment.

petoha@gmal.com

@josetorohardy

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