Víctor Simone de la Cruz: El chavismo al desnudo

Víctor Simone de la Cruz: El chavismo al desnudo

thumbnailvíctorsimoneSi hay algo en los chavistas que supera su desmesurado  apego al poder, de seguro es su  egocentrismo.   Y eso es lo que los va a llevar a la perdición.  Desde el 6D, aparte de darle rienda suelta a su arrogancia y a sus obscenas demostraciones de ira, no han hecho otra cosa que mostrarse como unos perdedores malcriados,  incapaces de una autocrítica siquiera para reconocer  que en esa inmensa paliza que les dio el pueblo, ellos tienen algo de responsabilidad, por pequeña que sea.  ¡No, la culpa la tienen otros!   De ninguna manera van a aceptar que  es de ellos, herederos del desastre que les dejó el galáctico,  y por eso es que seguirán aferrados a las mismas mentiras que irremediablemente  llevarán a Venezuela a la catástrofe que se nos viene encima.

Entre las sorprendentes reacciones de los chavistas, hay una que pasará a la historia como la gran demostración de su despecho.  Y ella es cuando Maduro  miró fijamente a la cámara y sin un parpadeo les dijo a los televidentes que él  no está seguro si seguirá construyendo viviendas porque él les pidió el voto y ellos no se lo dieron.  Esta barbaridad se podría comparar a un hombre que le dice a la mujer que lo ha dejado, que no le dará más dinero para la leche del hijo ya que ella lo abandonó.

Pero, ¿Qué pretenderá esta gente?  ¿Será  que creen que ese mundo virtual creado por ellos con sus mentiras de verdad existe?  Porque se necesita ser bien caradura para dentro de esta gran tragedia en que vivimos salgan a exigirle al pueblo que vuelva a votar por ellos.  Y todo en nombre de los logros de esta revolución que Nicolás Maduro no está dispuesto a rendir.  Revolución inventada por el eterno y que  pareciese estar basada en las palabras que escribió ese asesino que fue el Che Guevara:   “El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una eficaz, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así: un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal.”  Y para ellos,  el enemigo es todo aquel que no comulgue con sus ideas.  Ideas que solo han servido como excusa para montar lo que debe ser la expoliación más grande hecha a un país por un grupo de facinerosos.





Ya los venezolanos dimos el primer paso para reinstaurar una República democrática basada en la justicia.  La votación del 6D, interpretada por algunos como un voto castigo, también se podría entender como la de un pueblo que ha madurado.  La gente dejó de creer en este proyecto basado en la mentira.  No lo hizo únicamente por castigar a unos charlatanes que los han engañado.  Deben ser  muchos los que lo  hicieron cuando entendieron  que todo ha sido un fraude que cometieron al jugar con sus ilusiones.  Que fueron estafados mientras los chavistas robaban a manos llenas,  cercenándole el futuro a un país que merece un mañana mejor al que se vive en el presente.

Y ellos no terminan de entender que  lo tienen todo en contra. Piensan que continuando con las trampas se van a salvar.   Con el petróleo rondando los $ 30 el barril y una escasez crónica que arreciará en el primer trimestre.  Una confrontación interna donde irremediablemente Maduro y Cabello terminarán cargando con la culpa del 6D.  Con un pueblo que perdió el miedo.  Con casi 8 millones de ciudadanos que votaron en contra de esta farsa y están sincronizados en un solo pensamiento: salir de este régimen.  A estos habría que sumarle  los que están llenos de rabia al haber sido obligados por el régimen para que asistiesen a eventos electorales y para que votasen por ellos.  Con una inflación que cerrará este año alrededor del 200%.  Con sueldos de hambre.  Y con otros tantos factores en contra, ¿Qué otra cosa le puede esperar al régimen que no sea el estrepitoso derrumbe de esta gran mentira que ellos insisten en llamar revolución?