Es incomprensible que cuando como artista, uso mi arte para exponer verdades y permitir que el mundo mire detrás de las cortinas de un régimen dictatorial y brutal, inevitablemente me tilden de “envidiosa” – envidiosa de aquellos quienes se han aprovechado de la misma estructura de poder que yo explícitamente rechacé hace 10 años – y también me tilden de celosa de la fama y reconocimiento banal de quienes han tomado el camino facil de la obediencia pasiva a esa misma estructura de poder.
Es aun mas sorprendente que aquellos críticos no concienticen la trágica ironía de que ellos mismos sirven para mantener esa estructura en el poder, y de esa manera, se condenan a si mismos y al resto de la sociedad a un ciclo perpetuo de opresión, violencia, sufrimiento y regresión. En pocas palabras, no analizan que la mano que parece darles de comer, en realidad, es la mano que los mata de hambre a ellos y a toda una nación.
No tengo ningún interés en los niveles de fama estilo Kardashian. No tengo ningún interés en recaudar grandes fortunas mas alla de lo que me permita educar a mis hijas y vivir civilmente. Y no siento ni un ápice de envidia hacia aquellos quienes se aprovechan – en vez de resistir – del sistema que tiene por única meta destruir los mecanismos de la sociedad civil y de reprimir a sus ciudadanos, una ciudadanía a la cual ellos y sus seres queridos pertenecen.
Mi unico interés, queridos criticos, es luchar por quienes el derecho a vivir sin miedo, el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, el derecho al imperio de la ley y el derecho a la auto-determinación son considerados de vital importancia y para quienes estos principios y derechos no son negociables. Mi única meta como artista es la misma que mi única meta como ser humano: Hablar con la verdad, rehusar vivir o promover una mentira, y servir a la sociedad por encima de mis intereses. Lo demás, no tiene ningún valor ni significado. Es hueco, y aquello que no tiene significado para mi, no tiene valor y no merece la pena luchar por ello.
Vaclav Havel nos enseño en “The Power of the Powerless” que tenemos todo el poder que necesitamos cuando hablamos de “la verdad al poder”. La mezquindad de una mentira solo puede ser expuesta confrontandola con la verdad, si no la mentira es percibida como la verdad. Esa es mi meta, y no lo hago como individuo, si no como representante de todos esos Venezolanos que compartimos los mismos valores.
Gabriela Montero es una pianista y concertista venezolana. El 16 de marzo de 2014 Montero y el director de orquesta Carlos Izcaray organizaron un concierto de piano y orquesta en la Emmaus Kirche de Berlín en protesta por el “colapso de la democracia” en Venezuela.
Publicado originalmente en https://www.facebook.com/monterogabriela/posts/10153469021211902