La sociedad de los cómplices, y sus principales abonados, los corruptos, deben estar de plácemes, pues Maduro les acaba de tirar el perfecto salvavidas, ahora que la AN de mayoría opositora se enfocó a investigar los casos de corrupción que han sido la marca de fábrica de los gobiernos de Chávez y Maduro.
Y como, lógicamente, deben empezar por los actuales, entonces su compinche Maduro, los alcahuetó emitiendo un decreto que “le restringe y difiere” la facultad de la AN a censurar los ministros que no acepten, obstaculicen o sean encontrados culpables en una investigación.
En este caso, el ministro premiado es el actual jefe del despacho de Alimentación, Rodolfo Marco Torres -que antes lo fue de Finanzas-, y en consecuencia, tiene muchos cuentos que contar, y muchas cuentas que dar, sobre la desaparición de 200.000 millones de dólares que, según dos exministros chavistas, Jorge Giordani y Héctor Navarro, fueron entregados por CADIVI a altos funcionarios, y a empresas de maletín relacionadas, que los depositaron en bancos del exterior.
A nombre, no de una de estas empresas, sino del Banco del Tesoro, apareció Marco Torres -creo que con Alejandro Andrade, “El Tuerto”-, con un depósito de 17.000 millones de dólares en la Banca de Andorra, y del cual, por cierto, nunca dio razones.
Como tampoco las dará ahora que es ministro de la Alimentación, la cartera clave para hacer las importaciones de alimentos que, normalmente, llegan al país con sobreprecios de hasta un 10 por ciento.
De ese ministerio viene el general Carlos Osorio, actual jefe de la REDI (Regiones Estratégicas de Defensa Integral) y dicen que después de haberse enriquecido groseramente importando alimentos “para los pobres”.
¿Pasará lo mismo con Marco Torres? Quien sabe, pero lo que si puede asegurarse es que es el segundo o tercer hombre del gobierno de Maduro, y por tanto, otro intocable, como Rafael Ramírez o Diosdado Cabello.