De Macri a Malcorra, por Robert Carmona Borjas

De Macri a Malcorra, por Robert Carmona Borjas

thumbnailRobertCarmonaBorjasLa declaración de la Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Susana Malcorra, en la última reunión del Consejo Permanente de la OEA, solicitada por el régimen venezolano para tratar las “amenazas” del imperio y de la oligarquía internacional en contra de Maduro y la revolución bolivariana, contrarió la postura hasta ahora asumida por el Presidente Macri quien días después de haber sido elegido Presidente de Argentina exigió durante encuentro del Mercosur “(…)la pronta liberación de los presos políticos en Venezuela, porque en los estados parte del MERCOSUR no puede haber lugar para la persecución política por razones ideológicas ni la privación ilegítima de la libertad por pensar distinto”.

 

La Canciller, y candidata al cargo de Secretario General de las Naciones Unidas, declaró que “la aplicación de la Carta Democrática a Venezuela era apresurada” a la vez que pedía “humildemente” a los organismos regionales que se alíen para mediar y “aliviar” las tensiones que vive el país caribeño”. La Canciller argentina dijo, textualmente, que le parecía que “la discusión de la Carta Democrática era apresurada porque es importante antes de esa convocatoria elaborar una oportunidad de mediación y diálogo, que para nosotros es el fundamento del rol de estas instituciones”.





 

La Ministro argentina, quien desentonó en Washington con su presencia, pues se trataba de una reunión de Ministros de Relaciones Exteriores, y tampoco representaba al Estado que la convocó; mostró debilidades que pesarán en su aspiración hacia las Naciones Unidas. La Canciller Malcorra demostró no estar en capacidad de gerenciar conflictos regionales, o aportar soluciones prácticas, menos aún ante las gravísimas crisis que se plantean en el marco de la ONU, en caso de resultar electa , por la comunidad internacional, para suceder a Ban Ki Moon.

 

Si bien la señora Malcorra considera que no es el momento de aplicar la Carta, afirma, sin embargo, que puede haber una gestión mediadora o de “buenos oficios”, lo cual está previsto en los mecanismos que se señalan en elArtículo 20: “el Consejo Permanente podrá disponer de la realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática”.

 

Esta es una contradicción impropia de un Canciller, especialmente quien pretende ocupar el cargo más importante de la diplomacia multilateral, el de Secretario General de las Naciones Unidas. Aspiración que correspondería, según el principio de la alternabilidad regional, a Europa o Europa oriental; ya que los últimos tres Secretarios Generales fueron Pérez de Cuellar (Perú) entre 1992 y 1998, Koffi Annan (Ghana) entre 1998 y Ban Ki Moon (Corea del Sur) desde 1999.

 

Es sumamente lamentable que la CancillerMalcorrasorpresivamente haya cambiado la posición del Presidente Macri. Una postura contradictoria e infeliz, la cual parece responder más a intereses personales para “complacer” al régimen de Nicolás Maduroa cambio de contar con su apoyo y el de los satélites del ALBA en su ambición por la Secretaría General de las Naciones Unidas.

 

La posición de la señora Malcorra es infame, ignora deliberadamente la realidad venezolana, desprecia a los venezolanos acorralados por la dictadura chavista-maduristaque luchan por la libertad y la democracia, esa que ellos defienden en otras partes cuando les conviene.

 

@CarmonaBorjas