María Auxiliadora Dubuc: Brexit, London bridge is falling down

María Auxiliadora Dubuc: Brexit, London bridge is falling down

El pasado viernes 24 de junio el mundo y especialmente Europa, amaneció desconcertada y con una especie de amargo sabor en los labios, nadie se esperaba los resultados de aquel Referéndum: el BREXIT  había ganado la consulta popular. BREXIT es la abreviatura de dos palabras en inglés, Britain: Gran Bretaña y Exit: salida, es decir, en una sola palabra, la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Para la supuesta salida se planteó una consulta popular, es decir el Referéndum, al que me referí anteriormente, el cual tuvo lugar el pasado 23 de junio con la intención que los ingleses se pronunciaran sobre abandonar la Unión Europea o quedarse en ella. La convocatoria a este Referéndum la realizó el Primer Ministro británico David Cameron, quien dicho sea de paso no estuvo nunca de acuerdo con el BREXIT, a principios del 2013. Sin embargo,  prometió hacerlo si ganaba las parlamentarias en 2015, en virtud de las presiones ejercidas por su partido y por miembros del Partido por la Independencia del Reino Unido. Antes de producirse la consulta, Cameron solicitó “condiciones especiales” para permanecer en la Unión, a saber: Seguridad para el Reino Unido, en el sentido de  no ser discriminado por no estar en la Eurozona y la salvaguarda de London City, como Centro Financiero frente a las regulaciones o limitaciones europeas.

La convocatoria a Referéndum,  se basa  en argumentos como el distanciamiento con Bruselas y en el hecho que los británicos no se han podido pronunciar ni expresar su opinión sobre permanecer o no en el bloque comunitario, porque jamás se les ha consultado. Todo lo cual no es tan cierto, porque la pertenencia británica a la Unión Europea ha sido un tema bien controversial desde que el país se integró en 1973, y se han planteado debates recurrentes sobre el tema, al punto que en 1975 se celebró un Referéndum consultando su permanencia en la Comunidad Económica Europea y los británicos votaron por quedarse, de modo que el Reino Unido ha mantenido una relación bastante compleja con la Unión Europea, en cuanto al tema de su independencia.

Los partidarios de permanecer en la Unión Europea argumentan a su favor, la fortaleza que les brinda la unidad; además que la economía comercial con los del bloque es más sencilla y ese mercado le ofrece mayores beneficios, mayor fuerza laboral, por el flujo de inmigrantes, fuerza joven para trabajar, mano de obra y crecimiento económico que ayuda a pagar los servicios públicos y por si fuera poco,  que hay mayor garantía de seguridad perteneciendo al bloque, más allá del prestigio que ello implica.

Los partidarios del BREXIT por el contrario, argumentan que será positivo porque habrá mayor control de la inmigración, mayor posición británica para negociar acuerdos de todo tipo, incluso comerciales y la liberación de la regulación y burocracia comunitaria a la que se han visto sometidos, imponiendo cada día mayores controles sobre la vida diaria de los británicos, como por ejemplo la imposición de visas. Todo esto implica retos en materia de seguridad, en defensa de su propia soberanía nacional y su orgullo por el carácter británico insular,  quienes abogan en conclusión por mayor libertad, movilidad e independencia, porque a decir de ellos “43 años de proyecto europeo, bastan”.

Las consecuencias de esta salida son complicadas y difíciles de asumir. Entre otras se enfrentarán a una  disminución de la inversión en materia de servicios públicos e inversión extranjera, recesión, en todo caso dependerían de los acuerdos a los que podrían llegar con los demás países miembros de la Unión Europea. Igualmente habrá consecuencias también para la Unión Europea ya que significa un riesgo para ellos desde todo punto de vista,  haber perdido a uno de sus contribuyentes más importantes de la unión. Otra de las consecuencias importantes que no podemos dejar escapar son las tensiones territoriales, los Escoceses votaron contundentemente por quedarse, por lo que si los ingleses insisten, ellos apoyarán un movimiento tendente a independizarse y esto a su vez precipitará un movimiento hacia la unión de Irlanda del Norte con la República de Irlanda.

David Cameron reconoció el triunfo del BREXIT en la consulta. Votó el 60% de la población, es decir, una mayoría considerable, prevaleció el voto de las comunidades rurales y de las personas mayores tras la abstención de los jóvenes, todo lo cual decanto la balanza, así la opción del BREXIT obtuvo un 51,9% contra un 48.1%, Cameron admitió su  derrota por lo que anuncio su dimisión para el mes de octubre de este año. Pero el asunto no termina allí, porque resulta que el proceso de Referéndum y sus resultados no son vinculantes, la decisión está en las manos del Parlamento, por lo que mientras tanto no hay salida de la Unión Europea, por lo menos en el corto plazo.

El procedimiento tiene un camino algo incierto, ya que debe realizarse de conformidad a lo establecido en el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que al invocarlo se solicita la salida formal del Reino Unido y se abre un proceso de negociación que puede durar hasta dos años, tras los cuales si no hay acuerdo sale de inmediato de la Unión Europea. Lo cierto es que el Gobierno Británico se niega a invocar el artículo 50 para dar inicio al proceso; cabe destacar que la mayoría de los parlamentarios británicos, a saber, 16 de 21, son contrarios al BREXIT y al no ser vinculante la consulta popular, el nuevo Primer Ministro podría no invocar el mencionado artículo y no verificarse la salida, bloqueando el BREXIT.

En este punto todo se complica aún más, porque hay mucha presión ciudadana, se hacen llamados para acatar los resultados de la mayoría y a valorar la decisión del ciudadano, ya que este bloqueo significaría ir contra la voluntad popular, una posición absolutamente antidemocrática, que consecuencialmente podría significar un suicidio desde el punto de vista político, para los integrantes de ese Parlamento.

Todo esto complica el panorama político de cara a las próximas elecciones. El  Reino Unido debe salir del mercado más grande del mundo, sentarse a negociar a través de acuerdos su situación económica y reglamentar lo comercial;  además de cambiar su sistema legal íntegramente, sobre todo en los aspectos tributarios y de justicia penal, además el BREXIT cambiará la situación jurídica de los británicos y podría privarlos de derechos adquiridos. Tendrán los británicos que acostumbrarse a  controles fronterizos y policiales que habían sido abolidos. 

El Referéndum  y sus resultados sugieren una profunda reflexión  porque muestra al mundo una sociedad británica absolutamente polarizada y dividida, todo lo cual refleja la necesidad  de una mayor integración de la Unión Europea y  la revisión de las políticas económicas implantadas en la zona, coloca entonces un mensaje claro: obliga a la reconstrucción de la Unión Europea.

Ahora el Reino Unido busca un nuevo líder, uno que sea capaz de conducir al país en paz  a pesar de la tormenta del BREXIT, lo que no tiene lugar a  dudas, es que  el divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea será un proceso largo, tortuoso y doloroso, esperemos que sepan llevarlo con inteligencia y que se aclaren los caminos.

 

MARIA AUXILIADORA DUBUC

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