Al menos 87 mujeres fueron asesinadas durante el primer semestre de 2016 en la Gran Caracas

Al menos 87 mujeres fueron asesinadas durante el primer semestre de 2016 en la Gran Caracas

AP
AP

El 22 de abril el cuerpo de una mujer fue localizado en un vertedero en el sector Mampote, en el retorno de la carretera vieja Petare-Guarenas. La dama no tenía documentos de identidad, estaba desnuda y presentaba varios tiros. La mataron para despojarla de sus prótesis mamarias. Así lo reseña el-nacional.com /

Ella forma parte de las 87 mujeres que fueron asesinadas durante el primer semestre de 2016 en la Gran Caracas, cifra que representa un incremento de 43% en comparación con el mismo período del año pasado. De continuar esta proyección, según el abogado criminólogo Fermín Mármol García, para finales de este año la tasa de homicidios de mujeres por cada 100.000 habitantes podría subir de 1.1 a 1.6. “Aunque en Venezuela la tasa de mujeres muertas en circunstancias violentas es menor a la de países como Brasil, México y Colombia, la tendencia va en alza, en especial en los estados centrales: Distrito Capital, Miranda y Aragua”, señaló el especialista.

La avanzada edad de Aurora de Griffith, de 84 años, no la salvó de ser asesinada en su quinta de La Trinidad, en el sureste de Caracas. Vivía con su nieto, pero la semana pasada tuvo que viajar y la dejó sola en casa. El jueves en la mañana se levantó a preparar el desayuno. Tocaron la puerta y la atacaron. Sus familiares contaron que los ladrones no se conformaron con maniatarla, sino que también la golpearon varias veces en la cabeza hasta dejarla inconsciente. Los atacantes se llevaron un televisor y varios objetos de valor. Las preguntas que se hicieron los parientes cuando acudieron a la morgue de Bello Monte para retirar el cuerpo fueron: ¿había necesidad de agredirla?, ¿cómo tuvieron corazón para maltratar a una mujer mayor e indefensa?

Ataques por robo cobran fuerza. 80% de las muertes de mujeres en circunstancias violentas en la Gran Caracas obedece al hampa, de acuerdo con datos extraoficiales. Para la comisaria Odalis Caldera, quien fundó la División Nacional de la Violencia contra la Mujer del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas en 1999, el incremento también obedece a que en el país hay pérdida de valores y de respeto hacia la figura femenina, además de la intolerancia. “Hoy en día el delincuente, cuando comete un crimen, no se detiene a pensar en la condición de la mujer y si tiene hijos, simplemente usa la violencia para obtener un beneficio. Para el año 1999 solo 5% de los robos cometidos contra las mujeres terminaban en asesinatos. Ahora 66% de los asaltos tienen un final sangriento. En algunos casos el ladrón la mata delante de los hijos”.

Solo en 15% de los crímenes ocurridos en los cinco municipios del área metropolitana, Altos Mirandinos y Vargas, las mujeres quedaron atrapadas en la línea de fuego en enfrentamientos entre bandas y el 5% restante murieron al ser agredidas por sus parejas.

Una fuente policial indicó que 90% de estos crímenes quedan impunes, debido a varios factores. Uno de ellos es que la investigación no llega a feliz término porque se les da prioridad a los casos en los que hay detenidos. Además, se reporta déficit de investigadores, fiscales y jueces.

Estudio revelador. Cofavic hizo en 2015 un monitoreo en 23 estados del país, a través de la prensa nacional y regional, en vista de que no hay cifras oficiales sobre los asesinatos de mujeres. El estudio reveló que fueron atacadas 329 mujeres el año pasado.

De acuerdo con Claudia Carrillo, psicóloga de la ONG, la mayoría de las víctimas estaban en edad reproductiva; es decir, entre 26 y 40 años, y dejaron en orfandad entre dos y tres hijos. En algunos casos los niños pasaron al cuidado de sus abuelos, pues el papá se desentendió. “El hogar queda desmembrado sin la figura de la madre, quien es la que guía, la que protege, la que desempeña un doble papel, porque a veces son padre y madre”, dijo la experta.

Agustina Maita está en la lista de madres que murieron en circunstancias violentas. La asesinaron en los Valles del Tuy en mayo de este año para robarle las bolsas de comida. Los agresores le dieron cuatro tiros, tres de ellos en la cabeza. Dejó huérfanos a dos pequeños. De acuerdo con Magaly Aponte, madre de Maita, el padre no se responsabilizó por ellos, puesto que no los podía mantener, y ella tuvo que hacerse cargo. “Desde hacerles la comida, llevarlos al colegio, atender sus tareas y costear sus gastos”, indicó la mujer.

La psicóloga Martina Hernández señala que los niños crecen con el dolor de que su madre no está y además no cuentan con un padre que vele por su crianza, y posiblemente repitan este patrón.

Para los expertos no hay una política de Estado destinada a frenar los crímenes de mujeres. La comisaria Caldera sugirió que el Ministerio de la Mujer y la Igualdad de Género debería seguir los casos, averiguar cómo van las investigaciones hasta que lleguen a la fase de sentencia. “Si la impunidad baja, la incidencia del delito también disminuye”, concluyó.

Exit mobile version