Los últimos hechos y expresiones públicas de la dirigencia psuvista, así como la repetición de los desplantes del Consejo Nacional Electoral contra el ejercicio de un derecho constitucional, como es el del referendo y elecciones regionales, ratifican la idea de la inutilidad de un diálogo gobierno-oposición, por una parte, y la tolerancia de la inmensa mayoría de venezolanos que hoy se colocan en el sector de la oposición que reclama un cambio urgente en la conducción de los destinos del país, por la otra.
Por Juan José Moreno A. / @JJMorenoA
Nadie puede dudar que constituyen una gran burla contra una población hambrienta y desasistida en sus necesidades básicas, expresiones de estos jerarcas del régimen y del partido que mantienen y profundizan actitudes humillantes como tomar en broma la dieta obligada que soporta la mayoría de los venezolanos por la escasez y altos precios de los alimentos y medicamentos; tampoco la insensatez de una mal llamada Cumbre de los No Alineados que, además del millonario despilfarro de las escasas divisas de la nación, está solo destinada a satisfacer el ego del Presidente con la complacencia de sus compinches y peores dirigentes de Estados del mundo, mientras el país sufre la más severa restricción de recursos; ni dela obstinada posición de las rectoras del CNE que insisten en alargar e imponer condiciones comprobadamente inconstitucionales dirigidas a impedir el relevo presidencial y regional como es la voluntad de todo un pueblo; como tampoco las bravuconadas y manipulaciones de sujetos como Diosdado Cabello y de Jorge Rodríguez que se burlan de una manera abiertamente descaradas al imponer límites para el tránsito de ciudadanos de este país por las calles de Caracas y de crear cizañas entre la dirigencia opositora con la pretendida intención de dividirla.
Sin embargo, contra actitudes como las mencionadas y muchas otras que se vienen acumulando en esa especie de olla cuyo contenido se encuentra en plena ebullición, el país ha sido increíblemente tolerante. Y debemos decir el país, porque la pasividad frente a todas las burlas y atropellos de que la que hemos sido objeto, nos involucra a todos quienes hoy conformamos esa gran multitud a todo lo largo y ancho del país.
Podríamos decir que a las organizaciones políticas representadas en la Mesa de la Unidad Nacional (MUD) nos corresponde la culpa de haber dejado que el Gobierno tomara fuerza pese a la gran derrota sufrida en las elecciones parlamentarias de diciembre pasada. Y veamos, porqué: ya desde fines del mismo mes de las elecciones, existían suficientes elementos para anular la elección del grupo de “magistrados” sin cumplir los requisitos exigidos por las leyes y Constitución de la república, y esto además de haber pesado en la dinámica legislativa de la nueva Asamblea ha constituido una traba para el ejercicio de sus funciones fundamentales, como son entre otras, exigir la rendición de cuentas de los funcionarios que manejan recursos del Estado; no tener claras las trampas expresamente ideadas por el chavismo para impedir cualquier revocatorio en su contra, ha permitido los abusos de los directivos del CNE que hoy pretenden desconocer la voluntad popular para revocar y elegir gobernadores, y hoy se dan cuenta que el referendo no era la opción constitucional más eficiente; otro argumento que puede considerarse de peso, en relación con las posibles fallas que suelen atribuirse a la MUD, puede haber sido no darle la importancia que merecen los señalamientos que apuntan al tema de la doble nacionalidad del Presidente de la República, con lo cual podría ser anulada su designación. En cuanto al argumento de lo tardío de la decisión de optar por el referendo revocatorio, no lo compartimos, por considerar que, tratándose de la gran diversidad de partidos y opiniones que confluyen en la MUD, era necesario darle el tiempo necesario para definir la opción más conveniente; y está más que comprobado, que un proceso como este no necesita el tiempo que los rojos señalan como único necesario.
Pero tampoco ha sido suficientemente activa la inmensa porción de venezolanos que, no vinculada directamente a la MUD, se opone al actual régimen. Es increíble y prácticamente inexplicable la forma como el pueblo se ha comportado frente a la agobiante situación que sufre en la actualidad, y entre las razones que consideramos está el gran temor, diríamos que a nivel de pánico, que nuestro pueblo, de carácter pacifista y estrictamente apegado a las leyes y su Constitución, ha resistido a la tentación de escoger caminos radicales e incluso los extremos contemplados en la propia Constitución, como tampoco a hacer uso de la violencia a la que abiertamente la han tratado de inducir a cada momento los funestos personajes del régimen.
Por eso estimamos, que lo primero a tener claro en este momento, es evitar caer en las trampas que a cada momento nos tiende el régimen. Lejos de dividirnos, hoy más que nunca se plantea unirnos como en el 6 de diciembre, y a la Unidad exigirle mayor claridad ante el país en sus decisiones, para evitarle situaciones como las que hoy causan rechazo de la población, en relación con la participación o no del fulano diálogo con el gobierno.
Juan José Moreno A. / @JJMorenoA