Robert Carmona Borjas: ¿Cómo no entiende la MUD que NO SE PUEDE CONFIAR en el régimen de Maduro y Cabello?

Robert Carmona Borjas: ¿Cómo no entiende la MUD que NO SE PUEDE CONFIAR en el régimen de Maduro y Cabello?

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Mientras el show del “no alineamiento” de Margarita se desarrolla entre carpas y dictadores, crece la preocupación por las “relaciones” secretas entre el régimen de Maduro y Cabello y algunos sectores de la oposición para promover el misterioso “diálogo” que impulsan Rodríguez Zapatero, sus colegas Fernández y Torrijos y el inefable Samper de Unasur quien por cierto, está próximo a terminar su período como Secretario General del desacreditado organismo, sin ninguna posibilidad de reelección.

Por Robert Carmona-Borjas / @CarmonaBorjas





Todos favorecemos un diálogo sincero y constructivo para salir de esta crisis; nadie puede oponerse. Nadie plantea una solución distinta, desde luego, hablo en el campo opositor. Pero no se trata, en cuanto al fondo se refiere, de un diálogo sin condiciones. El revocatorio, la liberación de los presos políticos y el cese de la persecución son temas fundamentales, impostergables, imposibles de excluir del proceso y no porque la dirigencia política lo pueda plantear, sino porque eso es lo que los venezolanos en su inmensa mayoría pedimos y esa dirigencia debe responder a las exigencias de todos.

El mecanismo del diálogo es complicado, más cuando una de las partes muestra sus perversas intenciones que se traducen en desconfianza pura y simple. El diálogo, el acercamiento, una negociación, cualquier contacto, como lo quieran llamar, sólo puede basarse en la confianza y en el respeto mutuo, ausentes en nuestro caso.

En estos procesos las partes por lo general actúan de buena fe, con seriedad, con objetivos precisos y claros, sin trampas ni atajos. Pero el caso venezolano es muy particular. La relación con un grupo de forajidos como el chavista no es fácil y no solamente por las dificultades que plantea enfrentar la mentira y la manipulación, sino por la trampa constante convertida en traición como herramienta de trabajo del inescrupuloso grupo.

Los contactos de cualquier tipo para llegar a un acuerdo sólo se pueden llevar a cabo en base a un mínimo de confianza, lo que precisamente falta en el proceso que dicen los fascistas haber iniciado con algunos sectores de la oposición. Y no la puede haber simplemente porque el actuar del malandraje choca con todos los principios y la ética que debe imperar en las negociaciones.

El tratamiento que Maduro y Jorge Rodríguez dieron a la supuesta “confidencialidad” de los contactos acordada por “todos” muestra que no puede haber confianza para adelantar cualquier mecanismo. La trampa se hizo, la canallada se materializó. La dirigencia opositora, ingenuamente, cayó en ella al aceptar acercarse “confidencialmente” para avanzar el diálogo, lo que le ha generado un pesado costo político y decepcionado a los millones de venezolanos que exigen el cambio sin demora del sistema y del régimen, lo que excluye cualquier arreglo para el 2017 o después.

Haber “confiado” en los representantes del régimen fue un error garrafal de la dirigencia opositora y ello tanto por razones tácticas, como por razones de fondo. Primero, estratégicamente, por confiar en el desconfiable, por aceptar un juego truqueado, cuando sabemos que en ellos hay que tener una “desconfianza ciega”; y, en segundo lugar, entrando en sustancia, porque nadie en este país tiene el derecho de representar a la oposición con agenda propia, si ese hubiere sido al caso, tal como lo presentan quienes montaron la trampa.

Ningún dirigente, ninguna organización política, nadie puede decidir sobre el proceso hacia el revocatorio ni sobre los presos políticos sin consultar a toda la sociedad venezolana, Es a ella a la que corresponde decidir sobre el curso de cualquier contacto o arreglo.

El régimen tramposo y de absoluta desconfianza hace todo para dividir y debilitar a la oposición para decepcionar y desmoralizar a los venezolanos que emocionados esperan un final feliz y rápido que nos saque de una vez por todas de esta pesadilla. En ello no debemos caer. Ese es el juego. Toca a nuestra dirigencia no pisar más peines y actuar con transparencia e inteligencia. No hay otro camino.

Es claro, y en eso hay que insistir, que el régimen no tiene ninguna intención de llegar a un acuerdo pues simplemente como ellos mismos lo han dicho, acá no hay nada que negociar. El destructor Plan de la Patria lo seguirán aplicando al país hundiéndolo hasta su destrucción total y a la gente acorralándola hasta que huyan angustiadas y decepcionadas para así apoderarse de lo que quede…

Robert Carmona-Borjas / @CarmonaBorjas