Fernando Nunez-Noda: Antes de la risa

Fernando Nunez-Noda: Antes de la risa

A Yraida Pérez Navarro

Es bien sabido que la risa da risa. Es contagiosa, es como una ola de frescura que purifica el alma.

Cuando perdura, incluso nos hace llorar. “La risa es una vacación instantánea” decía el comediante Milton Berle. “Reír es vivir profundamente” para el escritor checo Milan Kundera (que tiene una novela sarcásticamente titulada La risa), mientras que para un hombre de fina ironía, San Agustín, “tu sonrisa abre más puertas que todas las llaves del mundo”…

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Sergio Aragonés.

No hablamos aquí de sutilezas, como el gesto indescifrable de la Mona Lisa, sino de una clara y a veces sonora expresión de alegría, de sorpresa humorística o de contento. Es común en escritores la frase “dibujó una sonrisa”, generó un arco con los labios y sus alrededores, a veces tan rápido que no se puede detener.

En el fondo, no sabemos todavía qué y cómo se produce. Surge de la burla, de la cosquilla, de cualquier episodio rocambolesco. Aunque no haya evidencia, se da por sentado que el hombre prehistórico rió y sonrió. La Biblia me hace pensar que cuando Dios creó el mundo y “vió que era bueno”, dibujó algo parecido a una sonrisa. De resto, es notable que la Biblia no tenga siquiera un chiste, una situación jocosa.

Según el investigador Paul McDonald, el chiste más antiguo documentado (sobre flatulencias, por cierto) data de 1900 antes de nuestra era y fue registrado en Sumeria, cuando sucumbía su última dinastía. La civilización de Súmer desapareció hace siglos, pero aparentemente los chistes sobre flatulencias no…

A veces a la risa se le ve con recelo.

risa-serioJPGPitágoras advertía: “No te dejes poseer por una risa incontenible”. San Juan de Antioquia, patriarca de Constantinopla en el siglo V declaraba que “la risa no parece pecado, pero conduce al pecado”.

Los maestros son particularmente represivos con la risa durante las clases y, en los actos solemnes se le considera falta de respeto al objeto del homenaje. Los villanos de las películas exhiben escandalosas carcajadas de satisfacción ante la captura del héroe (y todo para que escape mientras aquellos ejecutan un interminable monólogo).

En otras oportunidades la capacidad para producir risa o la reacción misma, nos dan señales sobre los otros. Si alguien se ríe de nuestros chistes nos cae bien (claro, con tan buen humor) y, dice la sabiduría urbana de la secundaria, que si una chica se ríe mucho de lo que dice un chico, quizá le guste (y viceversa). Por algo la antología del poeta venezolano Aquiles Nazoa se titulaHumor y amor.

Por cierto, cito de ese libro humorístico:

NIÑITA TOCANDO PIANO O QUIÉN FUERA SORDO

Comedia musical en un acto. Al levantarse el telón, una muchacha que parece un merengue está tocando una pieza clásica, que también parece un merengue. Su mamá, situada en primer plano entre la aterrada concurrencia, es la única que parece manifestar alguna alegría por lo que está sucediendo. El diálogo comienza momentos antes de terminar la música. (¡La música!)

UNA DAMA (a la mamá de la niñita): ¡Ay, pero que bien toca! ¿Cómo se llama eso que estaba tocando?
LA SEÑORA: Ay, ¿no lo conocía? Eso se llama piano.
UN CABALLERO: ¡Por Dios, señora!… Mi esposa se refiere a la melodía…
LA SEÑORA: Pues es un nocturno clásico. Una melodía que tiene más de cien años.
LA DAMA: ¡Ah, con razón suena tan mal! Figúrese, una cosa tan vieja tiene que haberse echado a perder en tanto tiempo.
(…)
EL CABALLERO: Esos pianos los venden con niñita y todo ¿verdad?
LA SEÑORA: ¡Cómo…!
LA DAMA: Que… quiere decir que la niñita vale un tesoro, que toca divinamente.
LA SEÑORA: ¡Ay, que amable!… Y eso que ustedes no la han oído tocando cuatro.
EL CABALLERO: ¿Cómo? ¿Tocando cuatro pianos? ¡Si con uno toca tan mal, como será ese zaperoco con tres más! (En ese momento termina el concierto. Todos aplauden con robusto entusiasmo).
LA SEÑORA (yendo muy relamida hacia la niñita): ¡Ay, que éxito te has anotado, Triquinia! ¡Escucha esos aplausos! ¡Vas a tener que tocarles otra cosa!
TODOS: ¡No, no, la pistola! ¡Socorro, socorro!
LA SEÑORA: ¿Cómo que no? Pero y entonces, ¿Por qué aplauden, pues?
EL CABALLERO: Es que usted está tomando el rábano por las hojas, señora. Nosotros no estamos aplaudiendo para que toque otra vez, sino porque ya terminó de tocar.

TELON RAPIDO

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Quino.

Ahora ¿qué hay antes de la risa? ¿qué dice la ciencia? Para Luis Buñuel lo que dijera le tenía sin cuidado porque, según él, la ciencia ignoraba la risa.

Sea por la poesía, la filosofía o la sociología, se entiende la risa como propia de la inteligencia, de los animales superiores… aunque no siempre se refieran a los logros o las ejecuciones superiores, precisamente. Bueno, con permiso de Buñuel (quien por cierto es el autor del famoso: “Gracias a Dios que todavía soy ateo”), examinemos algunas teorías fisiológicas.

La risa estimula la producción de endorfinas, una hormona muy asociada con sensaciones de bienestar y placer. De modo que reír es una actividad saludable que disminuye y mantiene a raya el stress.

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Quino.

Las investigaciones de resonancias parecen identificar partes del sistema límbico cerebral que se activan cuando reímos (la amígdala y el hipocampo). El sistema límbico es la región más interna y primitiva del cerebro, usualmente encargada de las emociones primarias del humano.

De modo que hay algo abisal y primario en la risa. Sin embargo, la principal actividad ocurre hacia las regiones más externas del tálamo e hipotálamo y, también, hacia la materia gris.

Para un autor como Charles R. Gruner, de la Universidad de Georgia, “La risa es una reminiscencia o sinónimo del grito de triunfo del luchador tras ganar a su adversario.” Deriva que el humor es, en el fondo, un “gesto de agresión, incluso en los casos más inocuos.” Dice Gruner que “incluso un lactante se ríe, no como manifestación de agradecimiento, sino porque consiguió lo que deseaba”.

¿Una epidemia de risa?

La risa es contagiosa, ya lo dijimos pero ¿capaz de viralidad? Conozcan un evento “aparentemente sin precedentes” ocurrido en Tanzania y Uganda, 1962. En salones de clase los niños empezaron a reir sin causa aparente. La risa continuó por días y las escuelas tuvieron que cerrar. Dice un reporte que la “epidemia” se extendió a “ciudades enteras hasta más de 30.000 personas en Tanzania y Uganda” que reían.

En el siguiente video hay un pequeño reportaje (en inglés):

“El humor es filosofía”

Esta frase de Millard Baughman no debe tomarse a la ligera. El humor y la risa suelen aparecer cuando hacemos ciertos descubrimientos asombrosos, contradictorios, irónicos e inesperados. Si la risa es un refrescante natural, el humor es su detonante.

“La principal causa de divorcio es el matrimonio”. Samuel Goldwin

En buena medida el argumento de El nombre de la rosa de Umberto Eco gira alrededor de la risa. La historia se desarrolla en el siglo XIV, en una abadía del norte de Italia y, aparte de un final que involucra directamente el arte de la risa, la historia muestra cruentas discusiones entre órdenes católicas, sobre cuestiones como si Jesús de Nazareth fue pobre o si, alguna vez, mostró una sonrisa en sus labios. Algunos radicales defendían con su vida la tesis de que no fue así, que la risa era impura y habría demolido toda la grandeza del Cristo.

Se cuenta que en 1599 un rey de Bruma de nombre Nandabayin se ahogó de tanto reir cuando un mercader italiano le dijo que Venecia era un país libre y sin rey.

“Perdonen que no me levante”.
Pretendido epitafio de Groucho Marx

Más datos

  • Según investigaciones, sólo entre 10 y 15% de la risa se genera por chistes. En la mayoría de los casos son respuestas a situaciones sociales.
  • Un bebé sonríe en promedio 300 veces al día, comparado con un adulto promedio, que lo hace unas 20 veces al día.
  • Cada “ja” de una risa dura cerca de 1/15avo de segundo.
  • En una charla, el ponente suele reir más que la audiencia.
  • En grupos, las mujeres se ríen más que los hombres. Las mujeres también se ríen más de los hombres que lo contrario.

Algo de Cantinflas:

Interrupción de la mecanicidad

Una consideración filosófica “seria” sobre la risa fue un trabajo del francés Henri Bergson, de 1900. En La risa este pensador analiza el gesto y su contexto humano. Nota que sólo funciona cuando hay sociedad de por medio. Si vemos un animal que camina en forma extraña no nos da risa. Si lo comparamos con la forma en que camina un amigo de uno,  ya es otra cosa.

Bergson habla de la mecanicidad. La mente social quiere que todo se conduzca mecánica y fluidamente. Que la gente camine sin chocar con árboles, que nuestros interlocutores digan las palabras en el orden correcto, que una persona le ponga azúcar al café y no sal. Cuando se rompe este carácter robótico, la risa es una reacción inmediata. Por eso resulta tremendamente cómico no solo un tio nuestro quejarse porque su café tiene sal y no azúcar, sino ver el procedimiento desde el principio y no avisarle, solo para reirnos.

Para el autor francés la risa es hija de la razón, no de la emoción. Cuando estamos poseídos por alguna pasión, la risa es lejana y, en todo caso, de excitación, no de comicidad. Pero si estamos calmados, si la realidad se desenvuelve como siempre, entonces vivimos el teatro ideal para su eventual estallido.

Todo ocurre, por supuesto, en el sótano de la mente. En el inconsciente colectivo que nos guía sin percatarnos. Para Bergson la risa esconde un deseo de castigar al vecino, al congénere, por romper el orden social, la seria y solemne coherencia social con la que uno se siente representado.

Frases alteradas o inesperadas

Cuando Bergson habla de la ruptura de la mecanicidad, no se refiere sólo a la gente sino a los significados mismos. Cuando uno dice: “Todo tiempo pasado fue…” la mente automáticamente pone lo que falta: “Mejor”. De modo que nos reimos cuando Les Luthiers afirma que “Todo tiempo pasado fue anterior“. No da risa por ser obvio sino porque suena pero no es. La risa surge de la sorpresa cuando ésta rompe ingeniosamente la “mecanicidad”, la causalidad, lo predecible.

Este reloj que tengo aquí, es de oro. Era de mi abuelo. Y en su lecho de muerte… ¡me lo vendió! -Woody Allen

Entre los rasgos que distinguen al hombre del animal, tal vez no haya uno más significativo que su natural inclinación a asustarse a sí mismo. ¿Se imaginan ustedes a una cucaracha leyendo una novela titulada El Gran Baile de las Gallinas Malditas? – Aníbal Nazoa

Unos producen felicidad a donde van. Otros, cuando se van. -Oscar Wilde

La pereza es la madre de todos los vicios y como madre… hay que respetarla. -Atribuida a Les Luthiers

Aquí les dejo algunos ejercicios hechos por este servidor en Twitter, con frases de uso común bajo el hashtag #FrasesAlteradas:

 Al árbol abstraído todos hacen seña.

Lo que no es mata es gorda.

El que paga primero paga dos cheques.

A buen prestidigitador pocas abracadabras bastan.

De tal falo, tal tetilla.

A falta de pran, buenas son escoltas.

El rojo del amo engorda al más gallo.

La voz del pueblo es la tos de Dios.

Cría cuervos y te expropiarán los rojos.

El que espera dése pera.

El sin sentido preparado

El autor Edward de Bono sugiere que la mente funciona como una “máquina que contrasta patrones” y que reconoce historias y comportamientos al ponerlos en contextos familiares de forma que se entiendan. En la onda de Bergson, cuando una conexión familiar se rompe y se establece una nueva conexión “lógica pero absurda”, se activa la risa.

¿A qué llamo “lógico pero absurdo”? A lo siguiente: el enunciado es formalmente coherente, pero absurdo de acuerdo con las expectativas comunes de la gente. Siempre cito una frase del comediante uruguayo Juan Verdaguer:

“Para hacer lo que yo hago hace falta audacia y yo soy audaz. Hace falta talento… y yo soy audaz”.

Verdaguer crea un patrón que lleva fluidamente a una conclusión, pero en vez de ésa, obtenemos otra. Según De Bono, ese elemento sorpresa engendra un chiste, algo no absurdo per se sino absurdo de acuerdo con expectativas, a veces meramente linguísticas. Un buen chiste escuchado por primera vez es una joya. No obstante, a veces es tan bueno que se puede contar ante un auditorio que ya lo conoce y hacerlos reir.

La mente siempre se adelanta al discurso. También entendemos porqué los chistes suelen apelar a estereotipos o prejuicios ya estructurados en la mente colectiva. O reeditan historias harto conocidas, como la del genio de la lámpara o quien va a confesarse con un sacerdote.

Y nuestra época agrega escenarios y arquetipos: los “bloopers”, los memes, los selfies, los photbombs…

Y así, seguiremos riendo cuando el transeúnte se estrella contra un árbol, cuando decimos que no sé quien camina como tal cosa, cuando descubrimos que la vida nos otorga muchos desenlaces inesperados, extravagantes, contradictorios pero, al final, mentales, de percepción o juicio equívoco o extravagante.

Si impactan la lógica  de una forma atávica pero también reciente, hay humor y hay risa o sonrisa, una carga de energía que contrarresta la entropía.

Y hasta aquí dejamos el tema porque nada es eterno (excepto algunas resoluciones provisionales).

 

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ILUSTRACIÓN INICIAL: Lúdico. CARICATURAS de Quino y Sergio Aragonés.