Alexander Guerrero E.: Trump y el petróleo venezolano - LaPatilla.com

Alexander Guerrero E.: Trump y el petróleo venezolano

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La llegada de D. Trump a la Presidencia de USA de acuerdo a su propuesta de desregular totalmente el mercado energético en USA traerá grandes transformaciones en el mercado energético americano y por extensión en el mundo -inversión, tecnología, producción y precios serán los medios por donde veremos las reacciones en los mercados, un circuito donde podría aumentar la inversión, tecnología y producción, con precios hacia equilibrios más bajos de los actuales, una hipótesis con grandes probabilidades, lo cual en términos de la seguridad energética americana, convertir al sector energético americano en el mayor proveedor de sus propias necesidades energéticas. Esa estrategia no ha cambiado ni Trump la cambiará.

¿Y en qué puede todo eso afectar a Venezuela? En algo o en mucho, pero siempre dependerá, no del plan energético de Trump, sino de nosotros mismos. Los precios son un dato para nuestra industria petrolera, ahora venida a menos produciendo apenas las dos terceras partes de su capacidad potencial, también reducida por la descapitalización. Recordamos que hasta hace apenas unos años, el gobierno venezolano amenazaba constantemente a los gringos con detener suministro de petroleo a su economía, estábamos en la liga de proveedores seguros en viaje a proveedores inseguros, y ello pese a poseer en USA cerca de 1 millón de barriles diarios en refinación, una buena parte para refinar petroleo mejorado de la FPO. El chavismo volteó la tortilla de seguros exportadores nos convertimos en exportadores marginales fluctuando entre trescientos mil y setecientos mil barriles diarios, pero por razones muy distintas, solo para asegurar liquidez porque los pagos en USA eran contante y sonante, los pagos de China son en especies y los en Petrocaribe, ALBA, y otros acuerdos bilaterales son en corrupción.





Así por iniciativa del gobierno venezolano el mercado americano ya no es “dependiente” de nuestro petróleo. El cambio de mercado, sin que hasta ahora no han explicado bajo un análisis de costo beneficio, las ganancias de cambiar USA por China, que no sea la corrupción y los negocios entre las mafias chinas y venezolanos con las especies con las cuales China paga el petroleo que se les vende. Lo mismo ocurre con el petroleo vendido a India, Petrocaribe, Cuba, Alba y una danza de acuerdos bilaterales. Los dólares seguros que entran en la Tesorería de PDVSA provienen de CITGO, de los otros solo deudas, una buena parte de ellas recomprada por el 50% del valor de libro. En ese orden al dejar de ser proveedores seguros, cambiamos un mercado a 3 días de travesía a otro de 45 días de travesía, dos océanos. Así Venezuela termino comiéndose el costo de oportunidad y cambiar de mercado.

En esas condiciones el impacto en los precios y en general en el mercado de las políticas de desregulación del mercado energético del nuevo Presidente de USA, no hay posibilidades para contrarrestar en ningún sentido, se repetiría la misma realidad operativa desde Octubre 2014 cuando los precios se desplomaron y no pudimos contrarrestarlo, como sí lo hicieron Asadita, Emiratos, Irak, Rusia, etc. Un nuevo impacto en ese sentido producto de la desregulación del sector energético tendría el mismo potente impacto. Venezuela no puede replicar el ejemplo de esos otros países de la OPEP porque no tiene capacidad para producir un barril más, por el contrario, la producción va cayendo aceleradamente, ya rompimos el piso de dos millones barriles diarios.

En otras palabras, la industria petrolera nacional incluidos los socios de PDVSA no están preparada para los impactos que sobre los precios impondrá el amplio proceso de desregulación que anuncia el Presidente Trump en su agenda energética, para liberar todo el potencial energético americano, que incluye todo el espectro y fuentes de energía comenzando por el petroleo y el gas. El proceso de desregulación del sector energético de pondrá en movimiento durante los primeros 100 días de su gobierno, desmontando el legado de Obama impuesto por en un grupo de cuatro órdenes ejecutivas -dentro de un total de 76- muy similares, por cierto, a las leyes habilitantes de amplio gusto de nuestra clase política, pero con la ventaja que son decisiones directas del Presidente y no pueden ser desmontadas por el Congreso, pero serian desmontadas y está en su Plan de 100 días, de derogarlas.

La desregulación del sector energético americano permitirá competir abiertamente las diferentes fuentes de energía en USA, pero como el recurso convertido en commodity es fungible, y el desmantelamiento de la parafernalia intervencionista ambientalista, llevada a cabo por Obama por vía ejecutiva incluyen un complejo set de restricciones ambientales, entre ellas el conocido oleoducto Keystone que uniría el petroleo de Canadá con el Golfo de México, una infraestructura petrolera que sería letal para CITGO, convertida por los negocios de los operadores de PDVSA en un negocio marginal en lo que respecta a los objetivos establecidos cuando se adquirió ese complejo procesador petrolero hace un par de dedicadas.

El impacto sobre los precios será inmediato, y de hecho ha inmovilizado el aparente acuerdo de los países de la OPEP para finales de este mes, porque el impacto que podría tener el recorte en la OPEP perdería el efecto que algunos países y grandes empresas petroleras esperan. Y como seria ese impacto sobre VENEZUELA, pues simplemente reducen los ingresos por exportaciones, sin embargo, no tan fuerte como el deterioro de la planta industrial; por descapitalización de la industria petrolera nacional ha producido la política petrolera del gobierno, a lo largo de 18 años, que han llevado a la IPN al colapso y a la quiebra.

Ello desde luego nos traerá movimiento hacia un punto de equilibrio – de costos a precios- alrededor de los 40 dólares por barril, y dependiendo de los costos marginales del petroleo de lutitas, los cuales ya conocidos por su “resiliencia” en su rentabilidad, y en cierto modo los mercados marginales marcan costos aun menores que los que se proyectaban apenas al inicio del shock de oferta de las sales en los últimos dos años. Traigo esta comparación porque la desregulación que trae el Plan de 100 días del Presidente americano, ofrece una evidente conclusión, los precios del petroleo tendrán a un punto de equilibrio donde producir petroleo de la FPO bajo un entorno de amplio riesgo y un país sin capital reputacional, las noticias sobre un relanzamiento de la IPN se desvanecen en el mediano plazo.

Es evidente que al menos sin restricción por la desregulación del mercado petrolero, la presión sobre los precios en el largo plazo seria a baja. Como quiera que el precio del petroleo se encuentra en una banda de 10 dólares, entre 40 y 50, sobre la IPN se multiplica otro efecto, un mayor rezago en el potencial que algunos le otorgan a la producción de petroleo extra pesado, el 90% del petroleo en reserva, todo lo cual ha sembrado una gran duda en el mercado petrolero internacional sobre la enorme dificultad que atraviesa Venezuela para impedir entrar en una fase post petrolera.

Pero no terminan allí las consecuencias que tendría la desregulación del sector energético en USA sino que el levantamiento de las restricciones para culminar la construcción del oleoducto Canadá – Golfo de México, -conocido como Keystone- y el cual podría afectar a CITGO, el complejo de refinerías y otros en el mercado americano, porque las economías de CITGO y PDVSA se deducirían considerablemente dado que la oferta de crudos hacia el Golfo, podría ser más rentable para CITGO adquirirla en el camino, que el costoso proceso de licuado del petróleo extra pesado de la Faja del Orinoco, con crudos liviano importados.