Jesús Peñalver: La descentralización, a votar

Jesús Peñalver: La descentralización, a votar

 

Jesús Peñalver  @jpenalver
Jesús Peñalver @jpenalver

Al profesor Elías Pino Iturrieta

Entonces contradecíamos a aquel equivocado parlamentario oficialista,  el hoy prófugo Luis Velásquez Alvaray, y luego orondo miembro del tsj, cuando en su disparatado y delirante fanatismo chavista afirmó en la Asamblea Nacional, con motivo de la visita del equipo económico del gobierno: “la descentralización es una farsa, solo ha servido para instaurar reyecitos en las regiones”.





Contrariamente a lo señalado por el inefable personaje, gracias al proceso de descentralización y de elección directa de gobernadores, lo cual conlleva necesariamente  la  transferencia de competencias del Poder Central a las regiones,   se ha podido reorientar –se pudo en algunos casos- y en ello debe insistirse cuando se enderecen los entuertos de nuestra enferma Venezuela, en buena medida el manejo de los recursos, tanto económicos como políticos, y la capacidad de decisión del poder central hacia los poderes locales.  Con ello se aspira que aumente  la capacidad de acción y de decisión de las regiones, y por ende de los estados y municipios.

En el marco de ejecución y desarrollo del proceso de descentralización, debe mantenerse la coherencia y coordinación con el poder central y respetando la acción global del gobierno. La descentralización pudiera seguir dando sus frutos, como notoriamente ocurrió  en  varias entidades federales, y ejemplos los hay. La elección directa de los gobernadores y alcaldes, ha implicado la necesidad de desmitificar el federalismo, y moderadamente ir avanzando en  la descentralización.

Desde luego, esto que decimos tiene argumentos en contrario, inocultables e irrebatibles, siendo que hoy día la peste que desgobierna hace lo que le viene en gana en sus delirios, encarnados en la mandonería que ejerce torpemente, en su  afán de perpetuarse en el poder a troche y moche. Quizá lo que aquí esbozamos surta efecto o tenga alguna resonancia o aplicación –insisto- cuando nos mudemos a un mejor país, pero en el mismo sitio.

Al no poder atender el gobierno central los problemas que aquejan a las regiones con la eficacia y eficiencia debidas, es obvio admitir que  mediante la descentralización se buscar acercar al elegido con elector, creando con ello el sentido de urgencia y especificidad en las respuestas que debe darle la administración pública al ciudadano.

La descentralización debe materializar en una verdad tangible que pueda apreciarse,  entre otros aspectos, en  el equilibrio de las relaciones entre gobernantes y gobernados;  en el desarrollo de relaciones entre diversos sectores sociales, no públicos ni partidistas; la transferencia de funciones administrativas; además del poder de decisión que deben alcanzar las regiones.

De modo que la descentralización debe ser fortalecida, pues con ello estaríamos también defendiendo, fortaleciendo y profundizando la democracia.  Seguramente, la peste que desgobierna mi país no verá con buenos ojos los resultados que se avecinan en las regionales. La ventisca previsible de votos dará al traste con sus planes de continuar mandando en los estados, sumisa y obedientemente a los designios del mandón.

El mapa electoral cambiará porque el país está cansado de tanta chapuza y bodrio gobierneros. Se conoce y se le da valor al voto como medio democrático para cambiar el terrible estado en que se encuentra la democracia venezolana y sus instituciones. También el mundo sigue de cerca lo que aquí ocurre y ocurrirá el 15 de octubre próximo. La Venezuela decente que acudirá a la urnas está dispuesta a ponérsela difícil al régimen, de manera que el vendaval de votos dificultará cualquier intención de trampa, aunque la mala intención en el chavismo vive.

Valoremos el esfuerzo de la Unidad venezolana, rerspetemos los liderazgos  regionales, digámosle no al dedo l mandón del aposentado en Miraflores. Las regiones no merecen sufrir más el sanbenito de las autoridades paralelas, mandones  sobrevenidos o emergentes de la mente diabólica que se empeña en mandar a todo trance. Perjudiciales paracaidistas

Vale recordar que la CN de 1961 establecía la elección directa de gobernadores, la descentralización y la trasferencia de competencias; pero el legislador (los políticos) se mantuvieron mucho tiempo en mora con esos avances de la democracia, que los tiempos modernos imponían convenientemente. Debemos reconocer que fue CAP II quien impulsó con firme entusiasmo, la elección directa de gobernadores y los otros temas que aquí hemos abordado a vuelo de pájaro.

Sobre esta acción política del presidente Carlos Andrés Pérez, propia de un estadista, ha dicho bien Luis Salazar: “Lo cual fortaleció  los liderazgos regionales en desmedro de los cogollos caraqueños. Jamás se lo perdonaron”.

La verdad sea dicha.

Jesús Peñalver