Griselda Reyes: Entramado de violencia y corrupción tiene a los venezolanos en vilo

Griselda Reyes: Entramado de violencia y corrupción tiene a los venezolanos en vilo

Griselda Reyes, candidata a la alcaldía de Baruta, estado Miranda // Foto La Patilla
Griselda Reyes, candidata a la alcaldía de Baruta, estado Miranda // Foto La Patilla

 

Un entramado de violencia criminal y corrupción, donde confluyen megabandas denominadas “trenes”, donde pranes dan órdenes desde sus recintos carcelarios para robar, secuestrar, extorsionar y asesinar, donde el sicariato, el desmembramiento, la mutilación y quema de cuerpos, el linchamiento de malandros, violadores y demás transgresores, pasaron a formar parte del “modus operandi” de los delincuentes y donde la descomposición social, producto de la brutal caída en la calidad de vida, lleva a funcionarios de los propios cuerpos policiales y militares a delinquir, mantiene en vilo a la población venezolana, que hoy no cuenta con la protección de su vida ni de sus bienes.

El alerta lo lanzó la ex candidata a la alcaldía de Baruta, Griselda Reyes, quien ha visto cómo se ha incrementado la comisión de delitos en el municipio donde habita y trabaja y cómo, hasta el momento, las autoridades policiales municipales, regionales o nacionales han hecho poco por atender el grave problema de inseguridad que se suma a una larga lista de dificultades que deben sortear los baruteños y venezolanos en general.





“Robos a mano armada, secuestros y homicidios siguen siendo un grave inconveniente para quienes hacemos vida en Baruta. Con la escasez y desabastecimiento de comida y medicamentos agravados desde hace meses y los conatos de saqueos y vandalismo registrados en diversas partes del país por esa misma causa, también han aumentado los robos y hurtos de alimentos en la localidad”, explicó la también empresaria.

En tal sentido, llamó la atención de las autoridades del Ministerio de Interior y Justicia para que instalen mesas de trabajo no solamente con los cuerpos de seguridad de todo el país, sino con profesionales en las áreas económica y social, catedráticos, médicos, psicólogos sociales, psiquiatras, educadores, trabajadores sociales, investigadores y comunidades, para entre todos abordar el tema de la inseguridad como un todo, desde la raíz.

“No hacemos nada atacando las consecuencias si no vamos al fondo del asunto. Podemos llenar las cárceles de delincuentes, pero es necesario atenderlos a través de un equipo multidisciplinario que permita su rehabilitación, formación y posterior reinserción a la sociedad. Un convicto que sale tras pagar condena de 30 años y no sabe hacer absolutamente nada en la vida y además ha tenido que ingeniárselas para sobrevivir en un penal, seguramente transgredirá de nuevo la norma para obtener su sustento”, explicó.

Reyes está consciente del submundo que se desarrolla en las zonas populares y rurales del país. Como presidenta del movimiento de acción social Gente en Positivo, ha visto el proceder de quienes nacen, se crían y viven en barrios y zonas rurales de Baruta.

“Tenemos que ponernos en los zapatos de muchas de esas personas para entender su proceder. Lo que para nosotros es anormal, para ellos es absolutamente normal. Cuando falla la formación familiar y aún peor la formación académica, te encuentras con niños que te dicen que al crecer quieren ser mototaxistas, malandros o jíbaros, porque esos son los patrones de conducta a seguir que ellos ven a diario. O te encuentras con niñas de 10, 11 o 12 años que se pelean entre sí por ser las mujeres de los líderes negativos de sus comunidades, preñándose desde muy jóvenes y creyendo que el antisocial que las preñó les garantizará calidad de vida”.

A esto sumó el hecho de que un porcentaje importante de niños y adolescentes ha desertado del sistema escolar precisamente por razones económicas y sociales. “Cuando vives con familiares o representantes que no son capaces de proporcionar siquiera el alimento necesario para el desarrollo físico, psicológico y mental de un niño en esa etapa tan importante del crecimiento, muchos de estos jóvenes salen a las calles a delinquir para poder comer. En el peor de los casos se drogan para soportar el hambre y bajo los efectos de estupefacientes cometen terribles delitos como el homicidio”, explicó.

Griselda Reyes reconoció que el problema de Venezuela es “muy complejo” y que la violencia criminal viene alimentada además por otros tres factores a considerar: el desempleo (que afecta en mayor proporción a la población juvenil); la impunidad (que ha llevado a que de cada 100 homicidios cometidos sólo se investigan, resuelven y condenan ocho casos); y el lenguaje y proceder violento de las autoridades gubernamentales (que se instauró desde tiempos de Hugo Chávez), con la imposición de una neolengua que les permitió servirse de este método de dominio del habla para lograr el máximo control de la nación y del que además se han hecho eco los actores que se identifican con el lado opositor.

Para la ex candidata a la alcaldía de Baruta, son aterradoras las cifras de homicidios que se registran anualmente en Venezuela. El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) dio cuenta de 26 mil 616 muertes violentas sólo en 2017, clasificadas por categorías: homicidios legalmente establecidos (16 mil 046), averiguaciones de muerte (5 mil 035) y resistencia a la autoridad (5 mil 535). En Venezuela 89 personas por cada 100 mil habitantes, perdieron la vida diariamente por hechos de violencia criminal el año pasado. Se hace mención de las estadísticas de la OVV, porque el gobierno nacional lleva 14 años sin publicar las cifras oficiales de la violencia en Venezuela.

“Sin tener un conflicto bélico declarado, nuestro país se está desangrando en las calles. Tenemos que parar la violencia cuanto antes y esa tarea debemos comenzarla en el hogar”, concluyó.

 
Nota de prensa.