José Manuel Rodríguez: De heroísmo y otras pendejadas

José Manuel Rodríguez: De heroísmo y otras pendejadas

“Desgraciado el país que necesita héroes.”
Bertold Bretch

Apelar al heroísmo de los pueblos es la retórica favorita de los totalitaristas cuando las cosas comienzan a ponersele chiquitas.
En momentos en los que el país atraviesa una dolorosa situación, víctima de la incapacidad de unos cuantos que ostentan el poder y que están dispuestos a hacer lo que sea por conservarlo y seguir privilegiandose del mismo a sabiendas de que tienen el inmenso rechazo de la población, ese discurso patrioterista puede resultar una buena estrategia, pero que pierde vigencia en el tiempo, porque su único sustento es la mentira, la limosna y la ignorancia.





Victimizarse, culpar a otros, crear conspiraciones e inventarse enemigos internos y externos solo trata de tocar los corazones de las masas para obligarlos a olvidar el ruido de sus estómagos y los quejidos de sus enfermos y aglutinar su su voluntad de lucha en torno a la figura del “líder” que los oprime y los hambrea para ganar tiempo.

¿Pero de qué heroísmo se puede hablar? ¿Quienes van a ser los héroes que van a responder a la épica demagógica? Un pueblo famelico, enfermo y desmoralizado que es llamado a defender a la patria en contra de enemigos imaginarios que desataron sus desgracias en una guerra económica que no se sabe ni cómo es, ni con que se come.

Pareciera que estos “conflictos” tienen una selectividad masiva abrumadora en contra de 30 millones de venezolanos, pero deja ilesos e inddmnes a los líderes revolucionarios, porque a ellos se les observa cada día más rollizos, rozagantes, exhibiéndose con ropa, relojes de diseño y carros de paquete. Que guerra económica tan extraña.

Yo particularmente pienso que las fulanas guerras, conspiraciones y ataques imperialistas, es la que tiene desatada esa minoría que nos gobierna desde hace dos décadas en contra de todos los venezolanos y cuando digo contra todos, es porque los partidarios, esos que aún les creen y les aplauden han perdido tantos kilos como yo, exhiben ropitas viejas y rápidas y tampoco consiguen sus medicinas. La revolución termina comiéndose a sus propios hijos.

Aquí no queremos ser héroes señores, queremos vivir bien, comer a la hora, ganarnos el sustento honestamente, poder tener acceso a la salud y a la educación. Queremos ser protagonistas de nuestros propios destinos y del de nuestra nación. Nuestros únicos enemigos, son el hambre, la enfermedad, el atraso, el hampa y los malos servicios. Seremos un pueblo heroico cuando logremos vencer a todas esas plagas que han sido desatadas por unos cuantos en perjuicio de todo un pueblo.

No queremos ser protagonistas de la vida y el entorno de unos cuantos, que se ríen mientras nosotros sufrimos. Lo demás, son solo pendejadas.

José Manuel Rodríguez
Analista/Consultor Político
josemrbconsultor@gmail.com
@joserodriguezasesor