Luis Barragán: ¿Cuál es el mejor plan-país, hoy?

Luis Barragán: ¿Cuál es el mejor plan-país, hoy?

Luis Barragán @LuisBarraganJ

Tenemos una perspectiva del país diferente para los próximos años, presta al debate necesario. E, incluso, ha sido enunciada con antelación a través de Tierra de Gracia, un documento que ha sintetizado las propuestas de Soy Venezuela para la construcción de un firme consenso, compartido  responsable y oportunamente por la Fracción Parlamentaria del 16 de Julio  a  la vez que planteó con firme persistencia la aplicación del artículo 233 constitucional al declararse el abandono del cargo presidencial y, después, fuese notificada la Asamblea Nacional por el TSJ legítimo que, por cierto, designó, sobre  la sentencia condenatoria de Maduro Moros, en 2018. Sin embargo, lucen indispensables una aclaratoria y una puntualización.

Hoy, estamos en los capítulos iniciales de una transición democrática, asumida la presidencia interina de la República por el diputado Juan Guaidó. Y no hay mejor plan-país que designar a los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), en atención a la pronta celebración de unos comicios libres y transparentes, por ejemplo.

Sólo con el cumplimiento específico y concreto de la ruta que hemos elegido los venezolanos, no otra que la del coraje, el parlamento honrará la deuda que tiene con los venezolanos a la luz de los resultados de la consulta popular de 2017. Importa hablar de otras iniciativas, como la de la amnistía o la propia Ley para la Transición, pero es demasiado evidente la importancia de un nuevo CNE para afrontar los retos democráticos que nos esperan, como  requisito ineludible para completar el camino.





Desafortunadamente, el llamado Frente Amplio / MUD ha insistido en confundirse con la institución Asamblea Nacional, como nunca lo ha pretendido la bancada del 16 de Julio con Soy Venezuela. Ya dijimos, con antelación, hemos propuesto un documento, pero respetada la diferencia entre las instancias: una cosa son los partidos que la integramos y otra, la institucionalidad parlamentaria que ha de expresarse como una herramienta ciudadana de absolutamente todos los venezolanos.

Aplaudimos cualquier iniciativa orientada a explorar y fijar los consensos sobre la Venezuela futurible, pero – ante todo – debemos hacer el mandado. Repetimos, no hay mejor plan-país, en estas horas, que el nombramiento del nuevo CNE, sabiendo que hay ciudadanos dispuestos a asumir los riesgos que comporta,