¿La Igualdad Social en tiempos de Revolución Bolivariana? por Rafael Gutiérrez Corona

¿La Igualdad Social en tiempos de Revolución Bolivariana? por Rafael Gutiérrez Corona

La igualdad social es un concepto de justicia social según el cual todos los miembros de una sociedad tienen derecho a gozar de las mismas oportunidades. Según la justicia social, todas las personas, además de tener los mismos derechos políticos y civiles, deberían tener las mismas posibilidades de acceder al bienestar social, y, en este sentido, el mismo derecho y las mismas oportunidades a la educación, a la salud y al trabajo. La búsqueda de la igualdad social es consecuencia de las situaciones de discriminación y segregación social, que impiden la igualdad de derechos y oportunidades a todas las personas para desarrollarse plenamente como individuos, de acuerdo con sus aspiraciones y sus posibilidades.

Recordemos que, usando la promesa fundamental de la igualdad y la justicia social, el Chavismo asaltó el poder en Venezuela y utilizó la Democracia para acabar con ella. Lograron engañar al grueso de la población venezolana y mantenerla bajo el artificio de que la Revolución Bolivariana representaba el sistema ideal de gobierno que había creado una sociedad “perfecta y justa”, donde todo discurría “sin conflictos y en armonía”, casi a la par de una “utopía comunista”.

Para crear tal efecto de máxima felicidad cubana, tipo Disney, el Régimen Chavista estableció un sinfín de programas sociales que denominaron las benditas “Misiones” (Sistema Nacional de Misiones). En general, eran programas y que de alcance masivo, que supuestamente iban dirigidos a educar, sanar y capacitar a los venezolanos, principalmente a aquellos que habitaban en las zonas pobres y de difícil acceso. El resultado ha sido catastrófico. Crearon un Estado omnipresente que se convertió en proveedor clave de miseria y desolación. Los bienes y servicios que debían haber sido destinados para todos los venezolanos, bien a través de estas ayudas sociales, bien como fuente de contratos para el sector privado, lo que se convirtió fue en un instrumento de chantaje y adyacencia al Régimen Chavista. Sobre esta base, el régimen extendió sus tentáculos para vigilar y controlar la voluntad política de nosotros los ciudadanos.





Sin embargo, el resultado más grave de este experimento social fue crear una desigualdad mayor. La Venezuela bolivariana y socialista ha resultado ser el país más desigual del mundo. Esto porque la igualdad y la desigualdad coexisten ahora de tal manera, que no puede concebirse la una sin la otra. Fracasaron en su experimento de crear las condiciones para alcanzar dentro del Estado Venezolano un alto grado de bienestar social para sus ciudadanos, en dónde la supuesta igualdad iba a consistir en elevar a los de abajo, sin oprimir a los de arriba; pero a pesar de haber contado con los ingresos económicos más altos desde la instauración de la República en 1810, obtuvieron un efecto contrario, logrando con ello establecer las condiciones para la desigualdad social más grande que haya existido en Venezuela, y muy cierto, lograron construir una igualdad, pero de ignorancia, miseria y envilecimiento, que lamentablemente es lo que se palpa en la actualidad en el pueblo venezolano sumido hoy en un deplorable nivel de existencia.

El Chavismo en su acción devastadora solo ha creado una inédita animadversión entre unos y otros, pobreza extrema, ciudadanos en vilo sumidos en la inquietud y la zozobra, deambulando, buscando comidas en las esquinas y la basura, enfermos dependiendo de medicinas compradas en el exterior o resignados ante la muerte. Para tratar se sobrevivir a esta grave situación el régimen se ha valido del miedo, la tortura, la persuasión o el engaño y de la misma muerte, como herramientas para controlar la población descontenta, mostrando así su auténtico rostro dictatorial y poniendo en evidencia la verdadera naturaleza totalitaria que escondía la revolución bolivariana emprendida por Hugo Chávez.

Jamás estos delincuentes en su maquiavélica forma de gobernar podrán alcanzar la igualdad social en Venezuela, puesto que al establecer una dictadura la libertad no existe como derecho y es sabido que el termino de igualdad y libertad tienen intimas relaciones y tan perfectas armonías, que para saber si la igualdad es verdadera basta saber si hace hombres libres, y para juzgar de la libertad no hay más que ver si tiende a que sean iguales; en una palabra, el derecho a la libertad debe presuponer el derecho fundamental a la igualdad, condición esta que para el momento está vetada en nuestro país hasta que el régimen opresor de Maduro sea derogado, que por los vientos que soplan y los acontecimientos que se desarrollan será muy, pero muy pronto.