Margariteños deben rendir el sueldo mínimo para comprar alimentos

Margariteños deben rendir el sueldo mínimo para comprar alimentos

Foto REUTERS/Marco Bello

 

La economía del insular está siendo incontrolablemente afectada por el constante aumento de precios de los alimentos que hoy nos lleva a preguntar cómo hacen las amas de casas, para hacer mercado. ¿Qué hacen para estirar su dinero y hacer que rinda? Preguntas a las que intentaremos dar respuesta, publica el diario El Sol de Margarita.

Eneida Marcano, madre de un niños de ocho años en condiciones especiales, indicó que compra un poquito de cada cosa y trata de estirar el poco dinero que tienen, porque a su juicio “se debe tener como 20 mil bolívares soberanos diarios para comprar y comer más o menos. Con lo poco que gana mi esposo taxiando no alcanza, la situación está malísima y lo que me preocupa son esos niños que van creciendo y que requieren de mejor alimento”.

“La única proteína que medio se puede comer es el pescado pequeño y la sardina, que son las más económicas, ahora disfrazamos las pastas con un poquito de aliño, un cubito y mantequilla, porque las salsas y mayonesa estás costosos. Antes se podían comer tres contornos hoy en día si comes carne o pollo, lo acompañas con yuca, ocumo y ya, no se puede comer arroz, ni plátano o papa porque están incomprables”.

Yineira Moncada, ama de casa y comerciante, expresó que no sabe como hace para rendir el sueldo y el dinero porque la situación está muy difícil. “Hoy en día es fuerte, trato de solucionar el día a día porque la venta está muy mala”.

Por otra parte, Maryori Díaz resaltó que con el dinero que le dan sus hijos que trabajan aquí y lo que manda de afuera un familiar, hace helados, vende tunjas de coco, tequeños y los ofrece en el frente de su casa, alternativa que emplea para que le alcance para su sustento. “Muy mal está la situación, debemos buscar otras salidas y opciones”.

En el abordaje y consulta con las amas de casa gran parte manifestaron quejas de todo tipo, actitudes que dejaban sin palabras, pero que son reflejo de la inconformidad ante la situación socioeconómica que parece estarles consumiendo poco a poco sin saber qué hacer, porque no puede cumplir con una comida tan esencial como el desayuno.

De igual forma, refirieron circunstancias que día a día las sitúan entre la espada y la pared al momento de comprar, por no tener muchas opciones con el módico sueldo mínimo que no alcanza para cubrir su cesta básica y que cada vez más se diluye superado por el alto nivel inflacionario, atándoles a la espera de una bolsa o una caja CLAP que como relatan en las historias que cuentan, llevan en contra el tiempo de espera para que lleguen.

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