Miedos y recelo en Cúcuta por ayuda humanitaria para Venezuela

Los camiones llegan a un almacén donde se almacenará la ayuda humanitaria internacional para Venezuela, según las autoridades, cerca del puente transfronterizo Tienditas entre Colombia y Venezuela, en Cucuta, Colombia, 16 de febrero de 2019. REUTERS / Carlos Eduardo Ramírez

 

 

Aunque los sectores políticos del departamento no niegan la urgencia de ayuda para Venezuela, en especial cuando quienes más han sufrido los efectos de la migración son los cucuteños, la incertidumbre por lo que pueda ocurrir con la entrega de donaciones atemoriza a varios sectores, publica La Opinión.





El concejal de Cúcuta Alexánder Salazar afirmó que cualquier tipo de confrontación no dejaría más que sufrimiento en Cúcuta, razón por la que pidió “ser más prudentes”.

También, dijo que si bien hay condiciones difíciles en Venezuela, “hay que observar que los colombianos y nortesantandereanos estamos padeciendo la misma situación de injusticias, cargas impositivas, y no vemos a futuro una verdadera política” que beneficie la región.

 

“Bienvenido el concierto”, dijo, pero enfatizó en que “no podemos distraernos de la crisis de la ciudad”, y olvidar asuntos estratégicos como el plan de desarrollo del gobierno de Iván Duque, que “como está, generará una crisis económica y social” similar a la de los venezolanos.

El concejal Jaime Marthey comentó que eventos como el concierto del viernes 22 de febrero no deja de ser relevante, pero se debe medir las consecuencias de allí en adelante.

“Nadie está preparado para una confrontación”, declaró, y recordó que en Cúcuta hay hambre en las comunas e informalidad como en ningún otro departamento.

Pidió “cordura, mesura” pues aunque “todos pedimos auxilio, hay unos contenedores en la mitad del puente internacional (Tienditas) que solo se mueven con la fuerza, y ante una intromisión por la fuerza hacia Venezuela, lo predecible es que el presidente Nicolás Maduro repela esta situación “de cualquier manera”.

El diputado John Edison Ortega espera que estén garantizadas las condiciones de seguridad, para evitar “un costo en vidas humanas”, y aunque admitió que los nortesantandereanos esperan “un gran proceso de transformación para que la crisis de lado y lado de la frontera sea superada”, advirtió que este “pulso político y geoestratégico” podría terminar mal.

Camilo Silva, también diputado, quien se mostró favorable a la entrega de donaciones, recordó que es innegable que “lo que puede ser un acto humanitario puede terminar siendo un acto de provocación para el vecino país”, y dijo que el concierto será “el menor de los problemas”, y que se debe tener cuidado con la movilización del 23 de febrero.

Por su parte, el concejal Leonardo Jácome, afirmó que para los cucuteños es “una gran ilusión volver a aparecer en escenarios internacionales”, pero cuestionó si después del concierto la situación de la ciudad mejorará, o la seguridad, o si el presidente Duque traerá inversión en salud e infraestructura “que por años hemos reclamado”.

“Hemos sido solidarios con los venezolanos, pero ¿quién ha sido solidario con Cúcuta?”, preguntó, a la vez que instó a permitir que al menos el 10 por ciento del despliegue de seguridad que habrá en próximos días se quedara en Cúcuta, dados los homicidios de los últimos días.

“No es solo emocionarnos por el concierto sino poner los pies sobre la tierra, y pensar que después del concierto seguiremos con iguales o peores problemas”.