Una nube de dólares para sobrevivir a la hiperinflación venezolana

Una nube de dólares para sobrevivir a la hiperinflación venezolana

Esta ilustración muestra a Venezuela los billetes en Bolívar y un billete de un dólar estadounidense en Caracas el 28 de enero de 2019. (Foto por YURI CORTEZ / AFP)

 

Herminia P., empresaria de 58 años de Puerto La Cruz, en la costa de Venezuela, huye de los bolívares —la moneda nacional— como de la peste: “Dinero que tengas en el banco es dinero que no sirve”. La hiperinflación galopante en el país sudamericano, del 1.370.000% en 2018, la más alta del mundo, reduce a cenizas el valor de los ahorros mientras el coste de alimentos tan básicos como la leche o la carne puede duplicarse en solo un mes. “Los precios nos cambian todos los días”, dice Herminia. “Es un desastre total”. Así lo resreña elpais.com

Hace tres años, esta empresaria encontró una salida en Airtm, una startup mexicana que permite a los usuarios ahorrar, recibir remesas y hacer pagos internacionales. Todo, en dólares o en criptomonedas. El nombre de la empresa es un juego de palabras entre aire (air, en inglés) y ATM, de la abreviación anglosajona para cajero automático. Porque Airtm no tiene sucursales y los ahorros se guardan en una nube digital. “Para mí es un banco; allí guardo todos mis ingresos en dólares”, agrega Herminia. “Trato de tener la menor cantidad de bolívares posible”.





La firma, fundada en 2015 por cinco emprendedores, vio una oportunidad en la reina latinoamericana de las economías rotas: en el último lustro el PIB se ha reducido a la mitad y el ingreso per cápita ha vuelto a niveles de la década de los cincuenta. Rubén Galindo, uno de los cofundadores, habla de su modelo de negocio como de una “misión” que, además —y eso es importante en una empresa—, es rentable. “Damos servicio a gente de todas las edades, desde señoras mayores a [jóvenes] programadores de software”, dice este mexicano de 28 años. “Los usuarios que hacen que esto sea un buen negocio: son personas que trabajan para una empresa en el extranjero y necesitan recibir pagos, que hacen compras en Internet o que alcanzan a ahorrar unos 80 dólares al mes”.

Ante la escasez de billetes verdes en Venezuela y el tipo de cambio impuesto por el Gobierno, Airtm ha creado un mercado de compraventa de moneda. Un trabajador venezolano puede depositar sus ahorros en bolívares en una cuenta de la plataforma y enviar una solicitud a una red de 20.000 usuarios que se dedican a cambiar moneda. A continuación, Airtm establece los tipos en base a un algoritmo propio que pesa la oferta y la demanda internas. Y una vez la solicitud es aceptada, el comprador de bolívares transfiere los dólares a la cuenta del trabajador. Si, al cabo de un tiempo, esa persona necesita bolívares para cubrir los gastos de la semana, el proceso se repite a la inversa.

La plataforma también permite recibir remesas o hacer pagos internacionales. Para eso lo utiliza E.C, una empresaria de 29 años que se dedica a la importación de productos de belleza que no se encuentran o son demasiado caros en Venezuela y que prefiere no revelar su apellido. En Airtm cambia sus bolívares por dólares, que después utiliza para pagar a sus proveedores en China. “Si no pudiera hacer las transferencias, mi negocio quedaría parado o se complicaría muchísimo”, subraya.

Airtm empezó con una inversión inicial de 250.000 dólares. Ahora tiene casi medio millón de usuarios y maneja unas 150.000 operaciones al mes, con un valor promedio de unos 40 dólares. Y su tasa de cambio se ha convertido, según Galindo, en “referencia” del dólar paralelo en Venezuela, de donde son las dos terceras partes de sus clientes: su negocio descansa en el país sudamericano. Los “cajeros”, como se conoce a los usuarios que se dedican a cambiar moneda en la plataforma, pueden llegar a ganar más de 2.000 dólares mensuales en comisiones, una fortuna en un país donde el salario mínimo es de 20 dólares, según la tasa oficial.

J. S, un caraqueño de 37 años que prefiere no revelar su identidad para evitar represalias, dejó su trabajo en una fábrica de muebles para ser “cajero” de Airtm. “Para trabajar en la plataforma solo necesito un ordenador, los fondos para atender las solicitudes de cambio, y una buena conexión a internet”, dice este licenciado en Administración de empresas. Las transacciones más comunes son de dólares a bolívares y viceversa, por las que se lleva una comisión de alrededor del 7%, pero también cambia dólares por criptomonedas como el bitcoin. En un buen día, puede gestionar hasta 15 transacciones, pero el apagón que ha sumido al país en la oscuridad durante los últimos cuatro días le ha obligado a bajar el ritmo.

El crecimiento de Airtm y de otras empresas similares ha captado la atención del Gobierno venezolano, que ha dejado claro que dará la batalla en este frente. En abril de 2018, la Fiscalía lanzó la operación “Manos de Papel” contra las llamadas “casas de cambio ilegales”. En una semana, las autoridades bloquearon alrededor de 1.600 cuentas bancarias y detuvieron a más de 100 personas, entre ellas el dueño de Dolar Pró, un portal con sede en Florida (EE UU) que publicaba tasas de cambio propias. Fue acusado de los delitos de “difusión de información falsa” y de “asociación para delinquir”.

La startup mexicana fue otro de los objetivos de la operación. Galindo recibió un correo del Ministerio de Finanzas exigiendo el fin de sus actividades y la página web fue bloqueada. Pese a estas acciones, la masa de clientes de Airtm ha seguido creciendo a una tasa de alrededor del 25% intermensual, según datos de la compañía. Para superar el bloqueo en internet, primero tuvieron que enseñar a los clientes a usar una VPN —un método de conexión que permite al usuario cambiar artificialmente el país desde el que se conecta— para evitar así la censura. Ahora tienen una página antibloqueo que va cambiando de dirección cada cierto tiempo.

Más allá de la presión del Ejecutivo de Maduro, el incremento de usuarios ha ralentizado el funcionamiento de una página web que no estaba pensada para este volumen de transacciones. A mediados de este año, la startup lanzará una nueva versión con mayor capacidad, que permitirá a los usuarios establecer la tasa máxima a la que están dispuestos a cambiar moneda -hasta ahora, lo decide el algoritmo de la empresa-. Con ello, espera reducir las comisiones y crecer en usuarios.

Aunque el FMI prevé que la inflación alcance en 2019 el 10.000.000%, el futuro de la empresa pasa por dejar de depender del agujero negro venezolano y convertirse en un monedero virtual útil para países con economías mucho más estables como Colombia o México. Pese a dedicarse a ello, a J. S. también le gustaría que su país tuviese menos necesidad de este negocio. “Aspiro a que la situación en Venezuela cambie”, dice, “a que Airtm sea una opción y no una obligación como es ahora”.