José Romero: El Vórtice

José Romero: El Vórtice

 

¿Dónde exactamente nos encontramos en este momento?, para ver el panorama completo, sugiero dedicar unos pocos minutos a los artículos anteriores:





(03/05/2019) “Efecto Boomerang”. Cómo la fragmentación e incomunicación de las diferentes unidades militares y policiales del país, para evitar que les den un golpe, entre otras decisiones y acciones ejecutadas, se les convirtió en su talón de Aquiles.

(06/05/2019) “Los Negociadores”.  Describiendo cómo el 30 de abril significó el punto de inflexión del régimen; primero, porque el régimen perdió la oportunidad de salir de esta situación con una “solución” gatopardiana, por cierto, impresentable e inaceptable para éste y cualquier país con un mínimo de sentido de la decencia y de la justicia. Y en segundo lugar, porque se evidenció su incapacidad de controlar sus policías y la propia FAN, al punto que la máxima autoridad en materia de inteligencia era parte de una conspiración que el tan cacareado G-2 cubano no fue capaz de detectar.

(09/05/2019) “Cabos Sueltos”. Donde se explica cómo los cabecillas otrora todopoderosos del régimen terminarán convertidos en blancos tanto de las autoridades norteamericanas, empeñadas en llevarles a juicio y extraerles informaciones de interés para desbaratar los carteles colombianos, centroamericanos, mexicanos, europeos, asiáticos y africanos de la droga; además de las fuentes de financiamiento y apoyo a organizaciones terroristas. Pero también serán blancos de todas esas mafias y terroristas quienes, a diferencia de las instituciones policiales respetuosas de las leyes y normas internacionales, harán todo cuanto sea necesario para evitar que ellos entreguen tan valiosas informaciones acerca de las diferentes operaciones, SIN IMPORTAR LA MAGNITUD DE LOS DAÑOS COLATERALES con tal de silenciarles.

(19/05/2019) “Holocausto Venezolano”. Explicando cómo el régimen nos llevó a una situación límite. De la cual, queda la alternativa de

o Irse del país, para cualquier otro, sin ningún plan, salvo huir y ver, una vez llegado a su destino, cómo sobrevive. Al masificarse este éxodo, somos una especia de “Bomba atómica humana” para la estabilidad de la región.

o Quedarnos a luchar y defendernos con uñas y dientes. Recuérdese una de las lecciones en “El Arte de la Guerra” de Sun Tzu:  Si colocas a una tropa entre la espada y la pared, sin ofrecerle ninguna salida, ante la opción de una muerte segura, esa tropa perderá el miedo y luchará con unas fuerzas nunca antes mostradas. Claro, algunos pocos débiles se darán por vencidos, resignados a un destino aciago o se suicidarán. Pero el grueso, llegado el momento, presentará una lucha sin igual.

(08/07/2019) “Tsunami Venezolano”. Describiendo las consecuencias del éxodo venezolano para le región.

Así, como si se tratase de una novela, llegamos a este Vórtice.

El vórtice no es más que el centro de un remolino, el lugar donde, una vez que llegas, te succiona hasta que sencillamente desapareces en sus profundidades.

Para quienes creen que el proceso que se ha estado llevando a cabo con la mediación de Noruega, favorece al régimen “porque les da tiempo”: En primer lugar, el resto de las acciones en curso no se ha detenido (hay suficientes pruebas de ello, desde el informe de Bachelet hasta las medidas norteamericanas que produjeron las acciones de cesar negocios de los turcos y chinos). En segundo lugar, a medida que esas otras acciones se ejecutan, el régimen se acerca inexorablemente a ese vórtice; a medida que transcurre el tiempo, es el régimen el que pierde su margen de maniobra, su capacidad de negociar, porque se deteriora, poco a poco, también, su capacidad de hacer más daño, de hacer más costosa su entrega del poder.

El tiempo pasa y pierden aliados, se les cierran puertas y los líderes de la nomenklatura chavista se ven cada vez más expuestos a medidas o sanciones administrativas y procesos judiciales, penales en muchos casos, que los convierten en individuos “tóxicos” o radioactivos, a quienes nadie quiere acercarse para no caer en la desgracia de convertirse en blancos, como cómplices o cooperadores inmediatos, sobre todo, de la justicia y el gobierno norteamericano.

Lo que han hecho al ceder el control de cada vez más territorio nacional a guerrilla y paramilitares, se asemeja mucho a lo que hizo la élite romana previo a la caída del imperio romano: buscar mercenarios bárbaros para que mantuviesen controlada la población y evitar alzamientos o revueltas. Para terminar siendo controlados por los bárbaros hasta el punto que adquirieron el control del ejército, llegando incluso a nombrar emperadores.

Por supuesto, que antes de que éstos delicuentes chavistas lleguen a ese punto, estarán fuera del poco poder que aún ostentan.

Como el de cualquier otro venezolano o persona decente del mundo, mi deseo es que la velocidad del giro de este remolino se acelere, que su diámetro se reduzca, para que, cuanto antes, es decir, de inmediato, termine de tragarse a estos monstruos, llevándolos a su merecido destino. Pero si algo es cierto, es que tiempo es justo de lo que menos disponen estos miserables chavistas, si no, pregúntele a Diosdado o a Tarek El Aissami, qué se siente tener un blanco sobre sus espaldas y cabezas, con la incertidumbre de no saber quién(es) los entregarán o, peor aún, quién(es) los ejecutarán. Es justo y exclusivamente, cuestión de tiempo, creo que no mucho para que vivamos el desenlace.