Lista escolar supera los 10 salarios mínimos

Lista escolar supera los 10 salarios mínimos

Cumplir estrictamente con la lista escolar puede tomarle a un padre de familia alrededor de 10 salarios mínimos. (Foto/Marlyn Pernía)

 

De cumplirse estrictamente con lo exigido por la lista escolar, un padre de familia, al día de hoy, tendría que disponer alrededor de 400 mil de bolívares, entre útiles y libros en perfecto estado.

Por Freddy Omar Durán / lanacionweb.com

Eso representa más de 10 salarios mínimos y, ante tan oneroso gasto, solo ha quedado la recursividad de los padres o la flexibilidad de los institutos educativos, cuando no pasar la frontera, donde muchos aseguran que sale más barata la compra de esos productos.

Las cuentas no fallan, si nos atenemos a un costo promedio, y por lo más bajo: un solo cuaderno está por el orden de los 20 mil bolívares -y se necesitaría uno por materia-; una caja de colores, mínimo, en 40 mil bolívares; un lapicero en 2 mil quinientos bolívares, y un lápiz, 3 mil bolívares; un block de construcción, 15 mil bolívares; una docena de hojas, tipo carta, 4 mil bolívares; 20 mil para una pega de barra; una cinta pegante en 15 mil; eso sin contar la pintura al frío, y algún otro accesorio. Si a esto le agregamos los textos escolares, que están entre 150 mil y 200 mil bolívares, y que los útiles raramente se piden en unidad, el total ronda la cantidad antes mencionada.

Por supuesto, ya los padres están en libertad de decidir si lo compran todo o si reciclan lo que no se usó el año pasado.

Hay quienes deciden ir a Cúcuta, departamento Norte de Santander. Una madre de familia que fue encuestada afirmó que los útiles para sus dos hijas en etapa escolar le costaron alrededor de 70 mil pesos, unos 411 mil bolívares, al cambio 0.17; y en San Cristóbal, sin contar los libros, le salía todo en 120 mil pesos o, aproximadamente, 705 mil bolívares, al cambio 0.17.

También aseguró que las papelerías estaban “full” en Cúcuta, pese a no estar allá en el comienzo del año escolar, por lo que es de sospechar que gran parte de la clientela era venezolana. Comparó el aspecto de dichos establecimientos en la capital nortesantandereana con los de la capital tachirense, en los cuales se hace evidente que el flujo de compradores resulta inferior al de otros años.

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