Griselda Reyes: Seamos responsables con Venezuela

Griselda Reyes: Seamos responsables con Venezuela

 

Hay quienes dicen que el mal es bullicioso mientras que el bien opera en silencio. Quiero pensar que quienes hacemos el bien somos muchos más, que somos millones aportando cada día nuestro grano de arena para sacar a Venezuela del foso en que nos metieron.





“Hacer el bien sin mirar a quien”, dice mi madre, sin importar si lo agradecen y sin hacer ruido. Ese es el deber ser.

En Venezuela hay demasiada gente valiosa, gente que trabaja cada día para ganarse un salario miserable que no le alcanza siquiera para comer, pero que a pesar de ello es honesta y honrada, que conoce el significado de la palabra ética, que logra inculcar valores en sus hijos. Gente que, incluso, teniendo muy poco es capaz de compartirlo con quien no tiene nada.

En cada rincón del país que he visitado con nuestra organización Acción Ciudadana en Positivo, he escuchado testimonios que arrancan las lágrimas. Venezolanos que pasan días enteros sin probar un bocado porque simplemente no les alcanza el dinero; porque no hay trabajo bien remunerado; porque no tienen manera de hacerle frente a una enfermedad crónica; porque ni siquiera tienen un cajón para darle cristiana sepultura a un ser querido.

Pero lo más desesperanzador de todo es cuando los escuchas decir “no sé qué hacer”.

A nuestra gente la han golpeado tanto y por tanto tiempo, que se siente sin fuerzas para pararse, sacudirse el polvo y seguir, o peor aún comenzar de cero.

Al sentarnos con cada mujer, hombre, joven o anciano, nos ponemos en sus zapatos y entendemos todas sus razones. Sin embargo, les recordamos que cada ser humano es único e irrepetible, y que todos estamos dotados con aptitudes y habilidades que debemos aprovechar en beneficio propio y en beneficio del país.

Me gusta contarles los casos de venezolanos emprendedores que han visto en la crisis una gran oportunidad de progresar. Muchos de ellos, con actitud positiva, han empezado de cero, después de fracasos, de haber tomado decisiones erróneas.

También les pido que no se dejen llevar por los Juan Primito y sus “rebullones”, que andan por doquier presagiando desgracias; o profetas del desastre que sólo esperan por un Mesías para resolver la crisis.

Venezuela es más que las redes sociales. Venezuela es más que Nicolás Maduro y Juan Guaidó. Venezuela es más que el PSUV y que el G4 o el Frente Amplio.

En la Venezuela civilizada, viven millones de hombres y mujeres capaces de construir su propio destino, sin esperar que les dicten pautas. Y los venezolanos tenemos “ese algo” que nos ha hecho, nos hace y nos seguirá haciendo insuperables: la calidez humana.

Por eso también les digo que debemos ponernos de acuerdo y aceptar que somos parte del problema pero, fundamentalmente, protagonistas de la solución.

Es cierto que, por la “viveza criolla” que exhiben unos pocos – recuerden que el mal es escandaloso y bullicioso –, hemos perdido la confianza unos de otros. Y además, los venezolanos tradicionalmente hemos sido individualistas. Quizás por eso nos cuesta tanto entender el significado de la palabra unión.

Pero no menos cierto es que estamos obligados – sí, obligados porque cada venezolano tiene deberes y responsabilidades con su país, no solo derechos –, a obrar para retomar esa cualidad que nos permita unirnos y comenzar a construir ese camino que nos llevará a ser ciudadanos de bien.

En este momento hago mías dos palabras que están en el léxico tanto de emprendedores como de medianas y pequeñas empresas exitosas: hay que centrarse en la asociatividad y en el cooperativismo.

Tenemos que comenzar a maniobrar para conseguir esa unión, esa alianza entre venezolanos que nos permita entender, primero, que somos capaces de actuar de manera organizada ante una situación determinada; y segundo, que cada quien debe asumir y cumplir su rol en la sociedad.

Aprovechemos nuestras fortalezas y que nuestras debilidades nos permitan identificar en el otro, ese valor que hace falta para hacer sinergia.

Los venezolanos no debemos seguir aceptando que unos “guapetones de barrio”, actuando con estruendo y bajo total impunidad, nos sigan sometiendo.

Hoy somos una masa dispersa por el ruido generalizado. Masa que si logra concentrarse, unirse, enfocarse en el objetivo planteado y definir roles, generaremos una fuerza capaz de transformar el país.

 

@Griseldareyesq