Penales de Venezuela explotan por condiciones inhumanas

EFE /ARCHIVO/CRISTIAN HERNÁNDEZ

 

Reclaman que no se les están respetando sus derechos humanos. Reos de diferentes cárceles de Venezuela tiene meses padeciendo por fallas en la alimentación, faltas de traslados a tribunales y enfermedades, pero desde la semana pasada le han dado fuerza a la denuncia, llegando a la huelga pacífica en el Centro Penitenciario de Occidente en Santa Ana del Táchira y en El Rodeo III, en Miranda, mientras que en Uribana y Fénix de Lara las quejas son diarias.


Jennifer Orozco | LA PRENSA de Lara





En ambos penales larenses, a pesar de las denuncias de familiares y reos son frecuentes desde septiembre, no han mejorado la situación. Agua de lentejas, agua de arroz, una arepa sin relleno y agua salada es parte de su menú diario. Revelan que la carne, el pollo, la pasta, el arroz y las verduras no se ven por ningún lado, ningún día de la semana, como había prometido la ministra penitenciaria, Iris Varela, en su última visita.

La semana pasada, en Santa Ana del Táchira, los presos también se alzaron por comida. La ministra, en una entrevista televisada dijo que el problema de este penal es que querían “comer carne y pollo todos los días, pero debían adaptarse al menú que les correspondía, según el régimen penitenciario”.

El cuarto penal en sufrir los embates de la crisis carcelaria fue el Rodeo III, que entre martes y ayer, iniciaron huelga de hambre pacífica, pues aseguran que sólo comen agua de caraotas que les sirven en unos tobos. Familiares, según el Observatorio Venezolano de Prisiones, declaran que desde el fin de semana no les dejaban pasar paquetería y hay enfermos graves, también reos que presentan desnutrición severa y los familiares les deseaban pasar agua y comida.

Además de la alimentación, en los cuatro penales exigen traslados oportunos a tribunales, pues hay reos que cumplieron su condena y no son sacados del penal. También exigen medidas humanitarias para quienes presentan enfermedades graves como tuberculosis, bacterias estomacales y VIH, pues las condiciones de la cárcel empeoran su salud, poniendo en riesgo a los que aún no están enfermos.