Mujer explica cómo sobrevivió a la mordedura de una bestial serpiente (+Historia)

Mujer explica cómo sobrevivió a la mordedura de una bestial serpiente (+Historia)

Nury Hernández cosecha entre 3.000 y 3.500 kilos de cacao y aguacate al año.
Foto: Nelson Ardila Arias.

 

El cultivo y la producción de cacao le están retribuyendo a Nury Hernández Molina tantos años de sufrimiento, desde cuándo el conflicto armado la sacó corriendo de Caquetá, cuando asesinaron a su esposo y quedó viuda con dos hijas menores de edad y después de la mordedura de una culebra que por poco le cuesta la vida.

Por El Tiempo





La violencia se ensañó de su familia, dice Nury, desde octubre del año 1981 cuando un avión Curtiss C-46, de la empresa Aeropesca, acuatizó cargado de armas en el río Orteguaza, en una de las audaces operaciones de guerrilleros del M-19 que secuestraron el avión, que habían abordado en el aeropuerto de Medellín, lo trasladaron a La Guajira para recoger las armas y luego lo hicieron atravesar el país hasta aterrizar de emergencia en Caquetá.

Como el Ejército descubrió dónde había aterrizado el avión, que quedó enterrado en una zona arenosa del río, llegó a combatir la guerrilla y se recrudeció la violencia.

Nury recuerda que de tierra natal salió corriendo sin ropa y sin nada, llegó a Villavicencio con dos niñas y viuda, el esposo murió en la violencia cuando una hija tenía ocho años y la otra diez.

Trabajó en fincas y encontró un compañero con quien vivió durante veinte años, pero los desencuentros los condujeron a separarse, por eso desde hace ocho años vive sola en su finca de la vereda El Encanto en Guamal.

Uno de los episodios más complejos de su vida los vivió en el 2010 trabajando en una finca en la vereda Veracruz, en Cumaral (Meta), cuando una serpiente muy venenosa la mordió el tobillo de su pierna derecha. Ese día regresaba a la casa después de bombear agua de una quebrada para el ganado.

Primero la llevaron al hospital de Cumaral y después al Hospital de Villavicencio donde duró internada dos meses siete días. “Casi me muero de las fiebres tan altas, me iban a cortar la pierna, yo no dejé, entonces me hicieron cortes de tendones, venas y parte del tobillo”.

Para conocer el resto de la historia ir a El Tiempo