La otra cumbre en Bogotá: Pompeo, Guaidó y Duque

Juan Guaidó, a quien muchas naciones han reconocido como el gobernante interino legítimo del país, se da la mano con el presidente de Colombia, Ivan Duque, antes de una reunión en el palacio presidencial en Bogotá, Colombia, el 19 de enero de 2020. Cortesía de la Presidencia colombiana / Folleto vía REUTERS

 

Ayer domingo, a las seis de la tarde (hora local) y con recibimiento oficial en la puerta del palacio presidencial, se encontraron los presidentes Iván Duque y Juan Guaidó. El evento con las fotos de ocasión y los dos sonrientes mandatarios no se dio en el Palacio de Miraflores, en Caracas, como ambos lo hubieran podido imaginar hace un año, sino en la Casa de Nariño, sede del Gobierno colombiano. Prácticamente un año después del juramento de Guaidó como presidente interino de Venezuela (23 de enero de 2019, ante la Asamblea Nacional), cargo renovado hace pocos días tras superar traiciones y trampas puestas por el régimen de Maduro, el joven mandatario volvió a franquear la frontera y la prohibición de salida de su país por parte del Tribunal Supremo de Justicia y llegó a Colombia.

Por Poly Martínez / abc.es





El propósito, participar en la Cumbre Hemisférica contra el Terrorismo y aprovechar ese escenario y la presencia del secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, para mover una agenda democrática para Venezuela y fortalecer apoyos de países de la región o de grupos como el de Lima y así darle un nuevo aire a esta coalición diplomática y democrática que apoya la salida pacífica y democrática a la crisis de ese país.

De la reunión del domingo en la tarde poco trascendió, más allá de las fotos y un vídeo de los dos mandatarios dándose la mano al final de la reunión. Advirtieron que no habría declaraciones y todo se limitó públicamente a una bienvenida del presidente Duque por las redes sociales. En su cuenta de Twitter escribió: «Damos la bienvenida al presidente de Venezuela Juan Guaidó a Colombia. Asimismo, el presidente Juan Guaidó participará, este lunes, en Cumbre Hemisférica de Lucha contra el Terrorismo», en respuesta a un tuit del mandatario venezolano en el que anunciaba que ya estaba en territorio colombiano y esperaba regresar con noticias buenas para los venezolanos.

Por su parte, también en horas de la tarde del domingo, Pompeo dio un mensaje claro sobre su propósito de reunirse con Guaidó: «Espero que (Guaidó) esté allí (…) Espero que se una a nosotros y que tengamos una reunión», de acuerdo con el registro de sus comentarios a algunos periodistas en Washington. Hace unas semanas, a propósito de la refrendación de Guaidó en su cargo, Pompeo afirmó que Estados Unidos seguirá apoyándolo.

Juan Guaidó, a quien muchas naciones han reconocido como el gobernante interino legítimo del país, y el presidente de Colombia, Ivan Duque, saludan antes de una reunión en el palacio presidencial en Bogotá, Colombia, el 19 de enero de 2020. Cortesía de la Presidencia colombiana / Folleto vía REUTERS

 

Y como parte de este ajedrez, para no quedar fuera de la agenda mediática, en una entrevista publicada el domingo por el diario «Washington Post», pero realizada el viernes pasado, Nicolás Maduro aseguró que está dispuesto a entablar una nueva relación con el Gobierno de Trump, a quien dijo ha tratado de contactar directamente en varias oportunidades y sin éxito (el Gobierno estadounidense no acepta el diálogo directo a menos que sea para acordar su salida del poder); planteó una eventual –pero difícil– salida democrática negociada con Estados Unidos y la oposición; y dejó entrever la posibilidad de que las petroleras estadounidenses regresaran a Venezuela pues «en una relación de respeto y diálogo, todo es ganar-ganar», mientras «en una relación de confrontación, todo es perder-perder. Esa es la fórmula», puntualizó Maduro. Es decir, Nicolás Maduro, al prometer un diálogo para unas eventuales elecciones y el posible regreso de las petroleras y las empresas estadounidenses a su país, de alguna manera se ha tomado la agenda de Guaidó con Pompeo hoy, marcando el terreno en dos aspectos sustanciales para los intereses del Gobierno de EE.UU.

Visión errada

Pero seguramente Pompeo llega de Berlín a Bogotá con la guardia en alto por cuenta no solo de información sobre la posible presencia de miembros de Hezbollah en Venezuela, sino por palabras que sobre él dijera Maduro: «Creo que Pompeo vive en una fantasía. No es un hombre con los pies sobre la tierra. Creo que Trump ha tenido pésimos asesores en asuntos venezolanos. John Bolton, Mike Pompeo, Elliott Abrams han sido los causantes de que tenga una visión errada» del país, dijo en la entrevista.

Sin embargo, Maduro puede encontrarse dentro de poco en otro escenario con Estados Unidos y la Unión Europea, que debate mayores sanciones al régimen de Maduro. En cuanto al Gobierno de EE.UU. los expertos dicen que Trump está analizando un eventual bloqueo naval a Cuba, para cortar el envío de crudo venezolano a la isla, sanciones económicas y migratorias a personas afines al régimen, y mayores recursos de apoyo a la oposición liderada por Guaidó.

Esos serían los tres temas de la agenda en Bogotá. A cambio, no mucho puede ofrecer Guaidó tras un año poco productivo en términos del retorno pacífico al cauce democrático en Venezuela. La ofensiva diplomática de 2019, con todo y la movilización de ayuda humanitaria que no pudo entrar al país (febrero pasado), no rindió los frutos esperados: del otro lado de la frontera con Colombia no hubo el apoyo ciudadano suficiente y mucho menos el de las fuerzas armadas, determinantes para sacar al régimen de Maduro. Una salida belicista sigue siendo rechazada por todos.

Juan Guaidó, a quien muchas naciones han reconocido como el gobernante interino legítimo del país, llega a una reunión en el palacio presidencial en Bogotá, Colombia, el 19 de enero de 2020. Cortesía de la Presidencia colombiana / Folleto vía REUTERS

 

Mientras tanto, la diáspora no se detiene, como lo pudieron analizar los presidentes Duque y Guaidó en su reunión del domingo. En el último reporte de Migración Colombia, de finales de 2019, se estimaba en 1.630.903 venezolanos viviendo en el país, de los 4.5 millones que se calcula han abandonado Venezuela.

Pero lo más preocupante hoy es que aquellos que migraron a Perú y Ecuador están llegando a Colombia por la frontera sur al no encontrar trabajo ni oportunidades en esos países suramericanos. Esta será una nueva presión para el Gobierno de Duque, que se suma a los cuestionamientos de diversos sectores sobre su política exterior, a pesar de que se le reconoce el gran trabajo y diligencia al recibir a la migración venezolana.