Editorial de Analítica: El gobierno de emergencia nacional

El gobierno de emergencia nacional no es producto de un capricho de Juan Guaidó, ni una elucubración del padre Ugalde. Es la última oportunidad que tenemos antes de que la acumulación de numerosas crisis convierta esta circunstancia en una catástrofe de incalculable morbilidad.

Por analitica.com





No hay tiempo de espera posible para concitar soluciones diferentes. Sin lugar a dudas, esta propuesta no fue una decisión aislada de Guaidó. Es de suponer que fue consultada con la comunidad internacional que respalda una solución constitucional y democrática para nuestro país y, muy probablemente, también sea del conocimiento de otros países con los que ha venido conversando el gobierno de EEUU para encontrar puntos comunes a una solución a la crisis venezolana. Tal vez una muestra de ello sea la decisión de Rosneft de ceder al gobierno ruso sus intereses en Venezuela.

Un aspecto importante en la eventual composición del Consejo de Estado es que para mantener la paz social es indispensable que la representación del poder político sea lo más amplia posible, excluyendo de ella a los que están involucrados en delitos de narcotráfico terrorismo y violaciones de derechos humanos.

Es obvio que la solución a las diversas crisis pasa necesariamente por el apoyo internacional, y en particular el aspecto humanitario requiere una intervención inmediata, que pudiera devenir en una decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas de autorizar, con carácter de urgencia, una operación de R2P en Venezuela. Para que eso sea posible tiene que ocurrir un acuerdo previo entre los miembros permanentes es decir: EEUU, Rusia, China, Francia e Inglaterra y si estos países tienen intereses en que exista un futuro viable en Venezuela, como lo más probable es que todos lo tengan, pudiera estarse dando una negociación internacional discreta que lo haga posible.

Estamos convencidos que si no se da una salida viable a la crisis venezolana en un tiempo brevísimo, la catástrofe que puede ocasionarse en nuestro país será, sin dudas, la más grave del planeta.