El médico que asegura tener la cura para el coronavirus hace un pronóstico controvertido

El médico que asegura tener la cura para el coronavirus hace un pronóstico controvertido

EFE/EPA/SEBASTIEN NOGIER

 

 

El profesor Didier Raoult, el famoso y controvertido epidemiólogo del IHU de Marsella, vuelve a dividir a la comunidad científica con su afirmación de que “la epidemia de coronavirus está en camino de desaparecer” “por razones misteriosas” en Marsella y “desaparecerá para la primavera europea”.

Por: Clarín

En un video publicado el 14 de abril sobre su sitio IHU Méditerranée Infection, el infectólogo que ha defendido el uso de la cloroquina para combatir el coronavirus ha testeado “una declinación de casos positivos” del COVID 19 en su instituto, donde recibió al presidente Emmanuel Macron, en medio de la polémica sobre su eficacia de tratamientos con la comunidad científica parisina.

“Para nosotros, la epidemia está en tren desaparecer progresivamente en primavera”, explicó el profesor en su YouTube.

El profesor Raoult ha hecho esta demostración al presentar curvas de test realizados en su instituto, donde miles de franceses hicieron colas para ser voluntarios cobayos. Ellas muestran una declinación del número de personas testeadas como positivas.

Según sus curvas, se ha pasado de un pico de 360 personas positivas el 26 de marzo, a 62 y 79 casos positivos los días 12 y 14 de abril. La disminución es evidente.

Al mismo tiempo, el número de tests realizados por día por el profesor han bajado durante el mismo período: pasaron de un pico de 3809 tests por día a 1681 el 13 de abril, por una razón que ni el profesor ni su instituto independiente explican.

Los que combaten las tesis de profesor Raoult consideran que con menos tests es lógico que haya menos casos. Otro caso es que la proporción de las personas contaminadas que son testeadas bajaron del 22 al 9 por ciento.

En su nuevo mensaje por You Tube, el profesor Raoult no establece un vínculo entre la baja de testeados positivos con el tratamiento de la hidrocloroquina y el antibiótico azitromicina.

El considera que esta “misteriosa desaparición” de la epidemia en Marsella podría deberse a la “estacionalidad” del virus, cuando en Europa se ha iniciado la primavera y pronto llegará el verano, con altas temperaturas en la Costa Azul y Marsella, donde él testea y se está aplicando su tratamiento en los hospitales.

El profesor Raoult tampoco considera el confinamiento una decisión médica sino un instrumento social para evitar el contagio. Pero se inquieta por “los efectos mentales” del encierro en familias, niños, ancianos. Nadie los conoce aún. El no menciona en su estudio que el confinamiento sea un elemento que haya ayudado a reducir la epidemia. Los otros científicos consideran que “la distancia social” y el confinamiento son esenciales para frenar la epidemia.

Lo real es que la situación que el profesor Raoult describe en su Instituto no es demasiado diferente al del resto de Francia, donde se observa una reducción lenta de casos y menor necesidad de camas de reanimación en los últimos días, según remarcó el presidente Emmanuel Macron en su discurso al país el lunes.

Dudas

Pero la comunidad científica parisina, que no tiene confianza en la firmes aseveraciones y la autosuficiencia del profesor marsellés, tiene dudas sobre el fin de la epidemia y que por milagro, la situación va a volver a ser normal en los próximos días.

“Es muy prematuro poder hacer pronósticos sobre el fin de la epidemia. No sabemos nada lamentablemente”, dijo Philippe de Mester, director de la agencia regional de Sante de PACA, que apoya al profesor. ”Nosotros registramos, es cierto, después de algunos días una disminución de la progresión de la epidemia, no todavía una regresión. La epidemia va a continuar y esto va a tomar algunas semanas todavía”, precisó el médico.

Los científicos se preguntan si este debilitamiento de la epidemia está ligado a un efecto de las estaciones, a un calentamiento de las temperaturas ahora que se acerca el verano europeo. Nadie lo excluye. Pero los antecedentes muestran que el coronavirus progresó en zonas calientes y húmedas, como la provincia de Guangxi en China o en Singapur, según informe que hizo la Universidad de Harvard a mitad de febrero.

Otro ejemplo del dudoso vinculo con el calor fueron los más de 800 muertos en la ciudad portuaria de Guayaquil en Ecuador, donde las temperaturas oscilaban entre 25 y 30 grados. Por lo tanto, el calor parece no ser suficiente para impedir la propagación del virus pero probablemente a una menor velocidad. No se sabe aún.

El presidente Macron defendió públicamente al profesor Didier Raoult, tras su visita sorpresa a Marsella la semana pasada. Lo llamó “un gran científico”, aunque llamó “a mantenerse prudente”, en una entrevista en RFI.

“Es necesario avanzar, que mostremos su eficacia y que se mida su toxicidad”, dijo el presidente ante el tratamiento con la cloriquina defendido por el profesor Raoult. ”No es una cuestión de creencia. Es una cuestión científica. Y yo estoy apasionado por lo que el explica. Didier Raoult es uno de nuestras más grandes eminencias en la materia”, continuó el mandatario.

“Mi deber es seguir todas las pistas terapéuticas que hoy se investigan para hacer objeto de ensayos clínicos rigurosos y lo más rápidos posibles para encontrar un tratamiento” dijo el jefe de Estado, tras remarcar que la investigación del profesor “entre en el cuadro del protocolo de ensayos clínicos”.

“El profesor nos invita a ser humildes porque él mismo dice que las cosas pueden cambiar según las estaciones y las geografías, que un virus reacciona a un ecosistema”, concluyó el jefe de Estado. En Francia este jueves hubo 753 nuevos muertos pero la cantidad de internados en los hospitales baja.

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