José Gregorio Hernández: Laico de fe cristiana al servicio de la justicia social, por Rafael Veloz García

José Gregorio Hernández: Laico de fe cristiana al servicio de la justicia social, por Rafael Veloz García

El pasado martes 23 de junio de 2020, la Asamblea Nacional de Venezuela celebró con regocijo la Beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, cuya beatificación fue decretada el 19 de junio del presente año bajo la autorización del Papa Francisco, luego de un proceso iniciado en 1949 por el entonces Arzobispo de Caracas, Monseñor Lucas Guillermo Castillo. Cabe agregar que el 16 de enero de 1986, el Dr. José Gregorio Hernández fue declarado venerable por el Papa Juan Pablo II.

La beatificación del Dr. José Gregorio Hernández ha significado un hecho lleno de júbilo para los venezolanos, especialmente para la gran comunidad católica que ha entregado su fe a una figura que durante toda su vida representó la justicia social, los valores ciudadanos, espiritualidad cristiana, la sabiduría y perfeccionismo profesional, humildad ante la grandeza de la creación de Dios, su filantropía, entre otras cualidades que lo hicieron excepcional.

Hablar de José Gregorio Hernández significa hablar de un hombre ejemplar en diversos aspectos, cómo profesional en medicina, profesor de la Universidad Central de Venezuela, como fundador de la catedra de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología el 5 de noviembre de 1891, hito importante en la historia y desarrollo de la medicina en Venezuela; también podemos referirnos a él como un gran creyente de la fe católica, defendiendo permanentemente sus principios teológicos y no claudicar ante una comunidad científica que para aquel momento, cuestionaba las ideas y principios católicos que respondían sobre la existencia de la humanidad.





Son diversos los aspectos que podemos seguir mencionando sobre José Gregorio Hernández, incluso su versatilidad derivada de la combinación y equilibrio entre su formación intelectual – técnica y su espiritualidad y entrega a la justicia social generaría gratamente jornadas permanentes de debate, discusión e intercambio de información. Sin embargo, en esta ocasión me gustaría referirme a José Gregorio Hernández como el laico que dedicó gran parte de su vida en aprovechar sus oportunidades de aprendizaje en estudios, capacidades profesionales, investigaciones practicando la lucha del bien contra el mal; su amor por Venezuela, su patria lo mantuvo con el interés hacia los problemas sociales que se presentaban en ese momento, siempre fue consecuente ante una realidad social que clamaba a gritos la necesidad de ser atendida, de ser escuchada y tomada en cuenta por quienes siendo profesionales, mantenía su espiritualidad y su humanidad al servicio de los más necesitados. Fue un hombre que entendía que la sabiduría llevaba consigo el compromiso de practicar el bien y comprendía que todo aprendizaje y desarrollo profesional e intelectual servían como conexión entre Dios – más todo lo que acompaña su divinidad – y la humanidad.

Su amor por la patria y sentido crítico ante los problemas sociales que se presentaban, lo llevaron a opinar y levantar su voz en momentos críticos del país, como por ejemplo el cierre de la Universidad Central de Venezuela en octubre de 1912 bajo la orden de Juan Vicente Gómez.

Su vocación como siervo de Dios para ayudar y atender a los más necesitados, su amor y su permanente disposición a atender las dolencias físicas y espirituales de quienes le urgía, fue y sigue siendo recompensada con el Amor, no solo de sus pacientes o familiares de los mismos, también de todos los creyentes en la divinidad y grandeza de Dios, quienes ponen su fe y fuerza en las oraciones dirigidas a José Gregorio Hernández, entendiéndose como el canal etéreo y glorioso hacia Dios, con el objetivo de que el bien gane la batalle contra el mal.

No es una simple coincidencia que el milagro que provoca la declaratoria de la santa sede, la salvación de la niña Yaxury Solórzano, de actualmente 13 años, víctima el 10 de marzo del 2017 de un disparo en la cabeza por la delincuencia, uno de los grandes males que nos afectan como consecuencia del régimen que nos ha llevado a la agonía que vive nuestra Venezuela. El disparo le provoca grandes heridas, después de cuatro horas de traslado al hospital se encontraba en estado crítico con hemorragia cerebral, pérdida de masa encefálica, de los huesos del cráneo posterior. Pero antes de la intervención quirúrgica la madre, asegura que José Gregorio Hernández le dijo: “No te preocupes que tu hija va a salir bien”. El 09 de enero de 2020, la Comisión Médica de la Congregación para la Causa de los Santos, aprobó el milagro atribuido a su intercesión y el 27 de abril de 2020 la Comisión Teológica, ratifica la aprobación del milagro. Es el testimonio de que la fe es el recurso más valioso que tenemos los venezolanos para enfrentar la crisis que se nos presenta en estos momentos, no solo ante el COVID-19, también ante el régimen totalitario que ha sometido al país a la miseria.

Rafael Veloz García

Diputado Asamblea Nacional por Caracas y PARLASUR

@RafaelVelozg