África occidental, en una cumbre telemática para intentar resolver la crisis de Malí

África occidental, en una cumbre telemática para intentar resolver la crisis de Malí

El presidente maliense, Ibrahim Bubacar Keita, durante la cumbre del G5 Sahel, el 30 de junio de 2020 en Nouakchott (Mauritania) afp_tickers

Los 15 jefes de Estado de la Comunidad Económica de África occidental (CEDEAO) realizaron este lunes una cumbre telemática sobre la crisis política que sacude a Malí caracterizada por manifestaciones contra el presidente Ibrahim Bubacar Keita.

“La cumbre acaba de terminarse”, indicó a la AFP una fuente cercana a la CEDEAO a primera hora de la tarde. Se espera que las conclusiones se anuncien hoy mismo.

Los presidentes escucharon primero el informe de su colega de Níger, Mahamadu Issufu, que encabezó una misión de mediación la semana pasada en Bamako junto a los líderes de Costa de Marfil, Senegal, Ghana y Nigeria.





Tras una jornada de discusiones en la capital maliense, los cinco presidentes de África occidental no lograron convencer a la oposición, liderada por el influyente imán Mahmud Dicko, para aprobar su plan para poner fin a la crisis.

Los vecinos y socios de Malí temen que el país, ya muy debilitado por la situación de violencia, en particular por parte de los yihadistas, caiga en el caos.

“Al finalizar esta cumbre (lunes), creo que la CEDEAO tomará medidas firmes para acompañar a Malí”, había declarado Issufu el jueves pasado.

El 10 de julio, la tercera gran manifestación opositora desembocó en tres días de disturbios, que dejaron 11 muertes, de acuerdo al primer ministro Bubu Cissé, aunque la Misión de la ONU en el país (MINUSMA) contabilizó 14 fallecidos.

– ¿Qué gobierno de unión? –

La CEDEAO propuso en particular el 19 de julio la formación de un gobierno de unidad nacional, y de un nuevo Tribunal Constitucional sobre una “base de consenso”, que resuelva la disputa sobre los resultados de las elecciones legislativas de marzo-abril, consideradas el desencadenante de la crisis actual.

A este clima de exasperación, alimentado desde hace años por la inestabilidad en el centro y norte del país, la crisis económica y la corrupción considerada endémica, se añadió la anulación por parte de la Corte Constitucional de unos treinta resultados en las legislativas.

El movimiento M5-RFP, una coalición heterogénea integrada por clérigos, opositores políticos y miembros de la sociedad civil, anunció el 21 de julio una “tregua” hasta que finalice la gran fiesta musulmana del Eid al Adha, el 31 de julio, sobre todo para brindar tiempo a las gestiones diplomáticas.

Pero los jóvenes del movimiento, que son la punta de lanza de las protestas contra el presidente Keita, elegido en 2013 y reelegido en 2018 pidieron el domingo nuevamente la renuncia del jefe de Estado y anunciaron la reanudación de las manifestaciones a partir del 3 de agosto.

“Tras la tregua, nuestras acciones se reanudarán de manera armoniosa y sin violencia”, señaló a la AFP Abdurahman Diallo, un líder juvenil.

“También decidimos retomar la desobediencia civil el 3 de agosto”, indicó otra joven opositora, Mariama Keita.

El imán Dicko, figura central de la protesta, a quien algunas fuentes próximas a las discusiones consideran dispuesto a demostrar flexibilidad, redujo de golpe las esperanzas de una salida rápida de la crisis tras reunirse la semana pasada con la delegación de cinco jefes de Estado.

La oposición considera a la CEDEAO una especie de “club de jefes de Estado”.

“Nada ha cambiado por el momento”, había dicho Dicko el jueves, con rostro serio al abandonar la reunión. “Prefiero morir como mártir que morir como traidor. Los jóvenes que perdieron la vida (durante las manifestaciones) no la perdieron por nada”, añadió.