Julio César Arreaza B.: Acelerar la transición

Julio César Arreaza B.: Acelerar la transición

Primero con la mentira y luego con las armas nos fueron despojando de la soberanía y la alternabilidad, se empeñaron con sus malas artes en reducirnos la dignidad para convertirnos en sub hombres; el socialismo del siglo XXI es un fracaso histórico que arruinó al país y solo ha servido para enriquecer a los capitostes del régimen, que ha cedido el territorio a sus aliados del crimen organizado y martirizan a un pueblo con la violación masiva y sistemática de sus derechos humanos.

Casi 200 salarios mínimos se necesitan hoy para que una familia se alimente por un mes. Terminaremos el año con una economía del tamaño de la de Haití. Pérez Alfonzo jamás hubiera podido imaginar que uno de los países fundadores de la OPEP llegara a convertirse en un cero a la izquierda en la organización. Acabaron con los ingresos petroleros, pronto se llegará a 0 de producción. Pudiéramos denominar esta situación sufriente como de genocidio continuado.

Venezuela nació para ser libre. La lucha que nos convoca advierte el enorme potencial de la fuerza de la verdad, requerida para el ansiado quiebre. Se trata de ir construyendo, sostenida y frontalmente, permitiendo solo variar el ritmo, sin pasitos hacia atrás y enfrentando las martingalas de diálogos y desvíos inconsecuentes, la ruta de la amenaza real. No hay mejor amiga ni mejor compañera para disuadir al enemigo y hacerle negociar. Trabajar arduamente en construir la amenaza real creíble, que obligue a la usurpación a abandonar el poder, al caer en cuenta que los costos de salida son menores que los de permanencia.





Ese es el claro y potente objetivo que unirá a la nación y en torno al cual debemos organizarnos como sociedad; sí, el objetivo de la construcción de la amenaza real calza completico con la lucha agónica que venimos librando desde hace 21 años.

El criterio para la toma de decisiones es sencillo, preguntarse y responderse si tal o cual cosa ayuda o no al cese de la usurpación, contribuye o no a su término.

La distancia más corta entre dos puntos es una línea recta. El liderazgo desarraigado del G4 ha perdido valioso tiempo empeñado en dar giros en círculos y provocando el cansancio y desgano de los ciudadanos que pudiéramos comparar con aquel boxeador que ha recibido un nockout, y le siguen golpeando despiadadamente en la lona por parte de un contendor inmisericorde (el régimen), que pelea suciamente sin atenerse a ninguna regla.

Quiero destacar la postura de David Smolansky, comisionado de la OEA para los Migrantes y Refugiados venezolanos y conocedor in situ de casos dantescos – nos desgraciaron la vida- le repiten. Consciente de la naturaleza del narcorrégimen, está conteste con las opciones del artículo 187-11 constitucional, del TIAR y el principio R2P, Responsabilidad para Proteger de la ONU, perfectamente aplicables al desmadre causado.

Los ciudadanos exigimos la reformulación profunda del G4, diletante de la procrastinación, para alcanzar el objetivo de construir la amenaza creíble con tales instrumentos. No de una manera pasiva, esperando que nos caiga del cielo, sino trabajando duro para que suceda.

La conformación de una nueva dirección política con la exclusión de los cómplices y cohabitadores de siempre. Se acerca la hora del ejercicio inédito de la soberanía popular animada por la fuerza de la verdad, la libertad y la justicia.

¡Liberen a Maury. No más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!