Policía de Colombia arrestó a cuatro personas vinculadas a la “Operación Gedeón”

Policía de Colombia arrestó a cuatro personas vinculadas a la “Operación Gedeón”

Yacsi Alexandra Álvarez, fue capturada en Barranquilla. Rayder Alexander Russo y los hermanos Juvenal y José Sequea Torres, en Bogotá. Foto: Cortesía

 

La policía de Colombia arrestó a cuatro venezolanos que formaban parte de la “Operación Gedeón”, un complot fallido organizado por un ex Boina Verde de Estados Unidos para cruzar la frontera y derrocar a Nicolás Maduro, según supo The Associated Press.

Por Joshua Goodman | The Associated Press





Traducción libre del inglés por lapatilla.com

Los tres hombres fueron arrestados en allanamientos simultáneos la madrugada del miércoles en la capital Bogotá, dijo a AP una persona que estaba en contacto con los hombres al momento de su arresto. La persona, que insistió en el anonimato para discutir la continuación de la investigación, dijo que los tres fueron detenidos por cargos de tráfico de armas y entrenamiento para realizar actividades ilícitas.

Dos de los hombres, el Mayor Juvenal Sequea y el Capitán Juven Sequea, son los hermanos mayores del comandante de la fallida incursión del 3 de mayo, el Capitán Antonio Sequea, quien se encuentra preso en Caracas. El tercero, Rayder Ruso, es un civil que durante mucho tiempo ha buscado el derrocamiento de Maduro. Por su parte, El Tiempo pudo constatar la captura de Yacsy Álvarez, quien se desempeñó como traductora y asistente de Goudreau en Colombia.

Los tres hombres vivieron durante meses en campamentos rústicos a lo largo de la costa caribeña de Colombia, donde Jordan Goudreau, un veterano de guerra estadounidense, estaba ayudando a organizar un ejército de voluntarios para un rápido ataque transfronterizo contra Maduro.

Pero los sujetos abandonaron el esfuerzo desigual, conocido como “Operación Gedeón”, meses antes de que se lanzara el asalto a la playa, viéndolo como una misión suicida que carecía del apoyo necesario de Estados Unidos.

Lo que se denominó la segunda “Bahía de Cochinos”, después de la fallida invasión de Cuba en 1961 por exiliados anticomunistas, terminó en una ventaja propagandística para Maduro con la captura de decenas de posibles combatientes, incluidos dos de los excompañeros de las fuerzas especiales de Goudreau, Luke Denman y Airan Berry, quienes fueron condenados a 20 años de prisión.

“Donald Trump aprobó mi asesinato, no estoy exagerando, y están tratando de enviar un grupo de francotiradores o contratar francotiradores en Venezuela para matarme”, dijo Maduro el martes, recordando el extraño ataque.

El presidente encargado, Juan Guaidó, también estuvo vinculado al complot cuando se reveló que dos de sus ayudantes en Miami firmaron el otoño pasado un contrato de 42 páginas con la compañía de Goudreau, Silvercorp USA, para llevar a cabo un cambio de régimen. Los asistentes dijeron que se retiraron del acuerdo antes de Navidad debido a una combinación de diferencias con Goudreau y un cambio de estrategia. Dijeron que ningún dinero cambió de manos, excepto 50 mil dólares para cubrir los gastos iniciales de Goudreau.

En enero, Álvarez voló con los tres estadounidenses de Miami a Colombia en un avión propiedad de su antiguo jefe, Franklin Durán, un rico empresario con una historia de estrechos vínculos con el mentor de Maduro, el fallecido Hugo Chávez. Durán fue arrestado en mayo por cargos relacionados con el complot, que incluyen traición, rebelión, conspiración con un gobierno extranjero y tráfico de armas y terrorismo.

Álvarez también era trabajó con el presunto socio de armas de Goudreau, el general retirado del ejército venezolano Cliver Alcalá, quien al igual que Álvarez había estado viviendo en la ciudad colombiana de Barranquilla después de romper con Maduro y huir de su tierra natal en 2018.

Alcalá se entregó a las autoridades estadounidenses en marzo por cargos de drogas no relacionados, solo unos días después de que la policía colombiana incautara un alijo de rifles de asalto, cascos tácticos y gafas de visión nocturna que, según dijo, pertenecían al cuadro rebelde que él y Goudreau estaban preparando para derrocar a Maduro.

No estaba claro si los funcionarios estadounidenses desempeñaron algún papel en los arrestos del miércoles. Pero durante meses, el FBI ha estado entrevistando a asociados de Goudreau como parte de su propia investigación sobre si violó las leyes estadounidenses, las cuales requieren que cualquier empresa estadounidense que suministre armas o equipo militar, así como entrenamiento y asesoramiento, a extranjeros obtenga la aprobación del Departamento de Estado.

Goudreau no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.