“Mi hijo se quitó la vida porque no soportó el encierro de la cuarentena”, el desgarrador testimonio de una madre

“Mi hijo se quitó la vida porque no soportó el encierro de la cuarentena”, el desgarrador testimonio de una madre

Cortesía

 

 

La noche del 25 de mayo pasado la vida de la británica Tracey Tyler cambió para siempre. Había llegado tarde a casa, después de una extensa jornada en el hospital en el que trabaja y cuando entró a la habitación de su hijo Sam, de 14 años, para saludarlo se encontró una escena desgarradora: su hijo se había ahorcado.





Por: Clarín

Todavía no entiende qué sucedió y no se perdona el hecho de no haber hablado más con él, como para advertir que algo lo estaba afectando demasiado. Sostiene, tras algunos meses sin parar de pensar en el tema, que el encierro al que lo obligó la cuarentena por la pandemia del coronavirus fue el detonante que lo llevó a tomar esa terrible decisión.

Según señaló la mujer de 40 años al diario británico Metro, el día de su muerte Sam había estado “riendo y charlando” con sus amigos en una llamada virtual en la que planearon viajes para cuando el confinamiento finalmente llegue a su fin. Fue en medio de esa charla que el adolescente les dijo que “volvería en dos segundos”. Pero nunca regresó. Tracey, de Bedworth en Warwickshire (Inglaterra), confesó: “Sam lo tenía todo. Nunca pensarías que haría esto”.

“Saber que mi hijo eligió terminar con su vida, sin dejarnos ninguna explicación, es difícil. Es duro. No había nota ni nada”, explicó la mujer que añadió que desde entonces su vida está en una especie de pausa.

“Es como si estuvieras en piloto automático. Mi corazón esta roto. Si le hubiera preguntado, creo que me lo habría dicho. Pensé que su mal humor se debía a que era un adolescente”. Tracey, señaló al periódico inglés que está compartiendo esta devastadora historia cuatro meses después porque tiene la esperanza de que sirva para salvarle la vida a otros niños.

A su vez, la prensa de aquel país destacó en los últimos días la noticia de que la tasa de suicidio masculino está en su nivel más alto en 20 años.

El objetivo de la mujer, que transita como puede su duelo, es lograr que los padres de los adolescentes hablen del tema, aunque no crean que algo así pudiera llegar a suceder: “Uno no quiere preguntar. Es un tema tabú. Nadie quiere hablar con su hijo sobre su propia muerte. Es por eso que yo solo pido que la gente se dé cuenta de que incluso si tu hijo está feliz y vos pensás simplemente que está raro ‘porque es un adolescente’, hay que hacer las preguntas necesarias”.

“Una conversación incómoda de cinco minutos podría salvarlos. Ojalá hubiera hecho eso con Sam”, añadió y dio algunos detalles del estado de ánimo de su hijo: “Se sentía aislado cuando estábamos encerrados, pero ese día cuando me fui a trabajar, él estaba charlando con amigos en la computadora. Se reía, bromeaba y hacía planes para ir a pescar después del encierro”.

Luego, apuntó que si su rutina hubiese sido normal esto no hubiera ocurrido. Es que esta familia debía cuidarse de manera extrema ya que ella trabaja en un hospital y se habían detectado casos de Covid en el barrio en el que viven. Es por eso que el chico vio muy afectada su vida: “Creo que si hubiera estado en la escuela, en una rutina, no habría sucedido. Lo único que cambió fue que estuvo despierto toda la noche jugando, durmiendo todo el día, como todos los chicos de su edad”.

Golpeada por lo sucedido, la mujer que tiene otros dos hijos, describió cómo era la vida de Sam:”Era un chico guapo, era muy popular, no tenía preocupaciones en la escuela, tenía una novia encantadora. Siempre estaba riendo. Tenía una risa contagiosa y tenía un corazón de oro. Todo el mundo siempre dice eso de él. Era un chico realmente bueno”.

“Amaba los deportes. Tenía todo lo que quería. Eso es lo que es tan difícil de entender para mí”, añadió Tracey, que también es madre de Nathan, de 11 años, y Daniel, de 9. Según indicó al medio inglés, ella cree que el estricto encierro jugó un papel clave para que Sam se sintiera aislado y dijo que muchos otros chicos “están sufriendo”. “Creo que es difícil para los niños salir de la rutina”.

E insistió: “Creo que (las escuelas cerradas) tuvieron una gran parte de lo que pasó con Sam porque se sentía muy aislado”.

Ahora, Tracey está haciendo campaña para mejorar la educación sobre salud mental en las escuelas, pero dijo que el debate también deberían tener lugar en las casas. “Me parece que los niños no quieren molestar a sus padres diciéndoles que se sienten así. Si los padres solo preguntan se rompe esa barrera. Si todo esto que hago ayuda a una persona, para que salve a su hijo, entonces vale la pena. Quiero ayudar a estos niños”.

“El plan de estudios debe cambiar. Nos enfocamos tanto en la educación física y el bienestar mental debería estar junto a eso. Las tasas de suicidio son muy altas en este país”, concluyó.