¡Tolerancia hipócrita! Si así les gusta, así seguirán, por @ArmandoMartini

Armando Martini Pietri @ArmandoMartini

El mundo del deporte y los argentinos lloran desconsolados por Diego Armando Maradona, que la casualidad hizo falleciese el 25 de noviembre, Día Internacional Contra la Violencia de Género. Extraordinario futbolista, innegable, pero ¿hace cuánto? Fue más tiempo drogadicto, vendido al mejor postor, que años jugando buen e ingenioso fútbol.

Salió de un barrio pobre, Pelé, fue limpia botas y aprendió a jugar en zona deprimida donde el hambre era el segundo deporte después del fútbol. Pero el brasileño se comportó como un caballero, de vida ejemplar, supo hacer honor a su carrera, éxito y país. Maradona no, fue un pésimo ejemplo. Exalto el gentilicio argentino para luego agredirlo, avergonzarlo, deshonrarlo. Toxicómano, golpeador y maltratador de mujeres, violador de principios éticos, morales y buenas costumbres. Exaltado por el comunismo socialista, modelo que nadie debe seguir.

Jugador de magnitud en un país de buenos futbolistas, deslumbró las masas, para luego cebarse entre substancias prohibidas, comilonas y abyección avergonzando su origen. Y a los argentinos de barras bravas, tangueros, sentimentales, dueños de un gran país para el cual siempre eligen al peor gobernante. 





“Diego nuestro, santificada sea tu zurda, Dios no está en el cielo, se recupera en Cuba. Diego nuestro, barrilete cósmico divino, Dios lleva el 10 a la espalda y es argentino”. Una muestra absurda, grotesca, estulta de como idolatran al periquero, ebrio, hablador de pendejadas tanto como amaron a los Kirchner mentirosos, malversadores y para muchos, bandidos. Casi como a Perón, que hizo por los desposeídos mientras vivió Eva Duarte, que tomó a los pobres -“descamisados”- como objetivo y compromiso. El cáncer la mató y los necesitados quedaron abandonados hasta que los infernales militares se dedicaron a asesinar al país.

Volvió Perón tras años en el exilio, acompañado por nuevos adulantes. Regresó para gobernar mal, murió, la viuda preside en su nombre y recuerdo, haciéndolo infinitamente peor. Hasta que volvieron a actuar, ¡qué remedio! los inevitables castrenses para defender la patria haciendo la guerra contra montoneros y peronistas; ultimando, confinando, torturando, hasta que una gran mujer, Margaret Thatcher, inglesa, les puso los puntos sobre las Malvinas.

Después la sucesión de presidentes, y la aparición de los delincuentes Kirchner, muerto el marido, sucesora -¡otra vez!- la viuda embrujada por Chávez, hechizada por el castrismo. Y en ese período, hiperinflación incluída, Maradona, sus borracheras públicas, aspirando cocaína, buscando quien lo comprara para pagar su maldita adicción.

Excelente jugador, entrenador mediocre, minusválido mental, indigente intelectual y desvergonzado social, buscaba patrimonio de quien quisiera darle para mantener su vicio deprimente y patética existencia. Se identificó por dinero fácil, mal habido, con Fidel y el asesino Che Guevara, de los árabes al socialismo bolivariano del siglo XXI, les cobró lo que pudo para adquirir substancias ilícitas, mantener excesos, locuras y excentricidades. 

La similitud de consignas con las de la tiranía 1978, es irracional y desconcertante. ¡Gracias Pelusa por hacer a la Argentina más grande! Ebrios de tanta boludez, han cometido la tontería de identificar entre si los dos personajes dominantes en el inconsciente colectivo. Evita le dice a Perón “Gracias por existir”. El impresentable dúo socialista Fernández-Kirchner, “Gracias Diego por haber existido”. Y para colmo las “barras” lo eligen como su Dios, Sumo Sacerdote, el “mejor del mundo”, vociferaba el grupo de idiotas, en trance de plétora reivindicando el frenetismo patriotero psicotrópico; además de las voces asociadas a la izquierda, que han tenido a Maradona por uno de los suyos al salir de la pobreza extrema, apoyar el comunismo cubano y causas como la palestina.

Ha muerto envuelto en indignidad, fracasado con su familia y pocos amigos, termina una vida al revés durante la cual sus ejemplos fueron corruptores, con casos pendientes de sexo con menores, demanda de paternidad archivada como pedofilia, -la madre era menor de edad cuando quedó embarazada- y en Cuba se filtraron fotos del exfutbolista con dos chicas desnudas que podrían ser menores. Y los argentinos lo lloriquean como si hubiese sido un gran benefactor y el socialismo declara duelo nacional, sin consternación sino exultación; lo vela en la casa de gobierno como héroe mientras a los muertos por la tiranía militar y engañados que dieron sus vidas por las Malvinas sólo los recuerdan sus familiares.

Hablar mal de los difuntos va contra casi cualquier tradición, del instinto y costumbre. Se considera de mal gusto, falta de respeto al duelo. Eso es lo que los argentinos quieren, eso es lo que tienen. Pero sin hipocresía, por eso duele más ese otro país que, como Venezuela, siempre puede ser y nunca es.

@ArmandoMartini