Luis Alberto Buttó: El billete mayor

Luis Alberto Buttó: El billete mayor

Luis Alberto Buttó @luisbutto3

En la actualidad, el billete de mayor denominación en la India es el de 2000 rupias. Al cambiar ese billete en divisa norteamericana se obtienen 27 dólares. Haciendo ciertos cálculos que, en modo alguno, tienen la rigurosidad propia de los realizados por un economista avezado, porque quien escribe no lo es y solo está manejando datos simples obtenidos como resultado de una búsqueda referencial por internet, con esa cantidad, estando en los Estados Unidos, se podrían pagar, cuando menos, unas tres comidas completas en un restaurant de los denominados de comida rápida, o adquirir cerca de siete kilos de manzanas en un supermercado, o cubrir dos entradas al cine, o hacerse un corte de cabello para caballeros en una barbería de precios no propiamente económicos. Por supuesto, los montos aquí expresados son cifras promedio.    

En los días que corren, en México, el billete de mayor denominación es el de 1000 pesos. Eso equivale a 46 dólares americanos. Manteniendo los ejemplos presentados para el caso anterior, la cifra alcanzaría, si se estuviese igualmente en los Estados Unidos, para pagar cinco de esas comidas rápidas, o cerca de 13 kilos de manzanas, o casi cuatro entradas al cine, o hacerse dos cortes de cabello del tipo referido. Por cierto, si se quisiese tener un millón de pesos mexicanos en las manos, se experimentaría la dificultad de manejar 1000 billetes de esos de 1000 pesos. En el caso de la moneda oficial de la India, la dificultad no sería menor, pues se tendrían que manipular 500 billetes de 2000 rupias.

En Venezuela, donde el mundo es al revés, hoy en día un millón de bolívares cabe en una sola mano, pues ése pasó a ser el nuevo billete de mayor denominación. Al respecto, con sarcasmo, alguien podría decir “gracias por los favores recibidos”, pues, más allá de eso, nada de bueno hay para contar en esta historia. El caso es que, al momento de escribir las presentes líneas, ese millón de bolívares se traduce en apenas la mitad de un dólar americano. Es decir, con el billete en cuestión, prácticamente nada puede comprarse por estos predios. Huelga decir que, entendido el contexto nacional, se está siendo generoso con el adverbio.





Para mantener la tónica de los ejemplos traídos a colación, con ese millón de bolívares no se adquiere ni la cuarta parte de una hamburguesa, ni la mitad de una manzana, ni el tercio de una entrada al cine o de un corte de cabello en la barbería solidaria de siempre. Con el flamante billete de mayor denominación, supuesto mecanismo de optimización del cono monetario, puede comprarse, cuando mucho, un par de cubitos de caldo de pollo, tres cajas de fósforos o una barra de pan campesino, allí donde se lo encuentre a ese precio. De los 40 viajes en promedio que alguien sin vehículo propio tiene que hacer en transporte público no subterráneo para ir a su trabajo en un mes, ese billete alcanzará para pagar, a lo sumo, cuatro de esos viajes; dos días, no más. ¡Ah! Se olvidaba decir que con uno de esos billetes y otro de los nuevos, el de 200 mil bolívares, ya se está pagando el sueldo mínimo en el país. Aquí la sonrisa, de haberla, es de pura amargura. 

Para decirlo con frase recurrente de cierto tipo de series televisivas: “No más preguntas, su Señoría”.

@luisbutto3