“El Mayeya anda por ahí”: Vecinos de la Cota 905 y La Vega Temen que regresen las pandillas armadas

Foto: Luis Morillo

 

 

 





El Mayeya anda por ahí, se pasea en horas de la madrugada, tiene el coco pelado y barba. Siempre anda acompañado con otro hombre. Aquí en el barrio las cosas volvieron a la normalidad, pero tenemos mucho miedo de que esta gente regrese definitivamente”.

YOHANA MARRA // CRÓNICA UNO

En el sector El Carmen, de La Vega, la normalidad que volvió hace dos meses no ha opacado el miedo de que las bandas armadas se apoderen nuevamente de la zona. Para Yolimar es preocupante la supuesta, y esporádica, presencia de Jofren Javier Guédez Bullones, conocido como Mayeyas, y uno de los cabecillas de las bandas que se aliaron con la megabanda de la Cota 905.

Hemos visto hombres que nadie conoce. Se pasean por el barrio, no todos los días pero sí de vez en cuando. Tratan de pasar desapercibidos, sin armas”, contó la vecina, quien trata de ser muy cuidadosa de que su familia o sus vecinos no sepan que habla con un periodista, porque en el barrio pueden ser tildados de “sapos” (persona que brinda información a la policía).

Pasaron dos meses desde que la megabanda de la Cota 905 paralizó el oeste de Caracas con una balacera y desde que las fuerzas de seguridad tomaron sectores de El Cementerio, El Valle, la Cota 905 y La Vega. Aunque todo parece que volvió a la normalidad, y todavía hay presencia policial en algunas zonas, los vecinos siguen desconfiados.

Entrada hacia la Cota 905 desde El Paraíso

 

 

En la avenida Guzmán Blanco, conocida como la Cota 905, hay entre 10 y 13 alcabalas de los cuerpos de seguridad, desde el sector El Peaje hasta La Vega. En días siguientes a la incursión policial había tanquetas en varios puntos de la vía y los funcionarios exigían que se bajara el vidrio de los vehículos.

El pasado 7 de julio miembros de la megabanda de la Cota 905, que tiene como cabecillas a Carlos Luis Revete, apodado el Coqui, y sus lugartenientes Garbis Ochoa y Juan Carlos Alfredo Calderón, conocido como el Vampi, comandaron un tiroteo en contra de algunas sedes policiales de Caracas.

El conflicto armado detuvo la actividad en parte del oeste de la ciudad por casi 72 horas y se cerró el paso en distintos puntos de las parroquias La Vega, El Paraíso, Santa Rosalía, San Juan y El Valle. Además, los vecinos temían salir de sus casas por miedo a ser impactados por una bala perdida.

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