La caída del “Pablo Escobar español” y el millón de euros en droga

La caída del “Pablo Escobar español” y el millón de euros en droga

En la calle de San Blas de Burujón, un pueblo toledano de 1.300 habitantes, los vecinos no salen de su asombro cuando ABC les cuenta quién vive al lado: «¿Que Paco es ‘el Pablo Escobar español’?». Se refieren a Francisco, alias ‘Limonero’, detenido por la Policía Nacional y considerado el mayor importador de heroína de nuestro país. En mayo cumplirá 71 años y está en prisión desde diciembre, cuando cayó con otros nueve supuestos miembros de su organización por un cargamento de 50 kilos de heroína, vinculado a la red del todopoderoso Urfi Cetinkaya, ‘el Paralítico’, el rey de esta droga desde hace décadas.

Por abc.es





Francisco H. G. residía en una vivienda de una planta desde al menos 2008. Vivía solo -o eso dicen, porque junto a él fue detenida una novia marroquí de 38 años-; con las persianas casi siempre bajadas y lo visitaban sus hijos y nietos. Los hijos fueron hace unos días para meter en la cochera uno de los vehículos que ‘Limonero’ aparcaba en la calle: un «mercedaco» y un todoterreno, además de un utilitario modesto con el que se movía. «Paco llamaba la atención por los cochazos que conducía -afirman sus vecinos-, pero no se relacionaba mucho. Lo veíamos sólo entrar y salir».

Los agentes de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional y de la Sección de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Madrid, responsables de la operación, rebajan los cochazos a «coches buenos, pero no de volverte a mirarlos». Vivía sin grandes ostentaciones, sin trabajar eso sí, y sin demasiados alardes.

«¡Por ahí!», responden sus hijos cuando algún conocido pregunta por su padre últimamente. En la calle de San Blas llevan sin ver al ‘Limonero’ cerca de un mes, desde antes de Navidad. «El día que se lo llevaron, hubo unos agentes de paisano toda la tarde en la esquina, lo estaban esperando. Lo detuvieron por la noche, cuando llegó a casa. Le pidieron que abriera la puerta y él les respondió que dentro no había perros y que podían entrar tranquilamente. No hubo ningún alboroto», recuerdan sus vecinos. «Pensábamos que sería por tener dinero negro, porque había sido vendedor ambulante. Es flipante lo que te puede engañar la gente».

«Me habéis colocado el revólver»

«Pablo Escobar murió, ¿no?», bromea otro parroquiano. Él sí ha oído que a Paco lo habían detenido por llevar unos kilos de heroína, «pero la gente habla mucho». Se queda ojiplático cuando conoce el motivo y el apelativo que la Policía le ha puesto a su vecino. Los agentes que detuvieron al ‘Limonero’ el pasado 10 de diciembre, después de interceptar al ‘correo’ que transportaba la heroína desde Madrid a Toledo, hallaron en la casa una pistola y un revólver de colección. Él les soltó: «Me lo habéis colocado vosotros», en presencia del secretario judicial. La falsedad de la acusación tuvo un testigo excepcional. Durante el registro intentó desvincularse de la droga, y se mostró serio e impasible, según los investigadores.

Ya había cumplido prisión tras ser detenido por otra partida de heroína de 30 kilos en 2001, aunque había recuperado los contactos después de quedar en libertad. No es fácil importar 50 kilos de opio de una tacada. Sin cortar y con una pureza por encima del 50 por ciento, según se calcula, supera 1,2 millones de euros traerla y una parte hay que pagarla por adelantado a los turcos. Se compra bajo demanda normalmente; luego los clanes la van cortando e incrementando su precio y la venden en la Cañada Real y en otros mercados españoles, en este caso de Castilla y León y Castilla-La Mancha.

El clan que iba a recibir parte de este cargamento también ha caído. Estaba dirigido al alimón por Enrique F. y su mujer, Victoria J. «Ella es más jefa que él; con mando y daba instrucciones claras a los subalternos», cuentan quienes los vieron en plena acción. Enrique y Victoria inundaban de heroína la Cañada Real, con la micra preparada para los yonkis que acuden a diario en las ‘cundas’ de la muerte (vehículos) desde varios puntos de Madrid.

Urfi Cetinkaya

‘El Limonero’ viajó en julio y septiembre a Estambul para acordar los detalles y esos viajes llamaron la atención de la DEA estadounidense. Allí se reunió supuestamente con miembros de la organización de Urfi Cetinkaya, aunque no se sabe si el enigmático capo estaba presente ni siquiera si sigue al pie del cañón. Sí se cree que acordaron los detalles del cargamento que pasó antes por los Países Bajos, el gran almacén de la heroína que se vende en toda Europa.

En esta investigación contra el tráfico de heroína, impulsada por la Fiscalía Antidroga de Toledo, Burujón sería uno de los vértices de un triángulo imaginario. Otro es Albarreal del Tajo, a seis kilómetros por un estrecho carreterín asfaltado, una vía propicia para moverse sin que los agentes te detecten. En esa silenciosa población, también pequeña y sin Policía local, vive Francisco José, el presunto ‘caletero’ de la organización, que iba a custodiar la mercancía en su casa, donde aguardaban junto a él el jefe y su segundo hasta que vieron que algo había ocurrido el 10 de diciembre.

El guardés de la heroína está ya en libertad, según sus vecinos, y sigue conduciendo su utilitario por este pueblo de 700 habitantes. A ellos les llamó la atención que una familia que no llega aparentemente a fin de mes se comprase un BMW nuevo «de golpe y porrazo». A 15 kilómetros de Albarreal tiene su domicilio Amador, lugarteniente de ‘Limonero’. En Barcience no les sorprendió su detención. Según su abogado, Eduardo Estévez, iba a ser excarcelado este lunes tras admitir un recurso la Audiencia de Toledo. Tres pueblos, tres vecinos relacionados con el opio y un rey: Paco ‘el Limonero’.

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