Guido Sosola: Breve nota de todología

Guido Sosola: Breve nota de todología

Guido Sosola @SosolaGuido

Que la guerra de Rusia contra Ucrania esté de moda y todo el mundo sea experto en la materia, no es un fenómeno exclusivo de los venezolanos. Cierto, pero a veces nos harta tantas sandeces que se dicen al respecto, al menos, con ese inaudito aire de infalibilidad que se cuela por cualquier motivo. Empero, también ocurre lo contrario.

El silencio generalizado de las individualidades y partidos políticos, escandaliza, porque se espera de ellos, algo más que un comentario casual y mucho de orientación y canalización vista la militante posición asumida por Maduro Maduros en curioso contraste con China y Cuba, los neutrales de Nueva York. Excepto el pronunciamiento público de Vente Venezuela y la densidad de la que hizo gala José Rodríguez Iturbe en nombre de uno de los COPEI penosamente sobreviviente, no hay nada que valga la pena referir, incluyendo a los secretarios de asuntos internacionales o algo parecido de cuanto partido hay, cuestionando a la usurpación; por cierto, tampoco se dejan ya sentir Walter Martínez o Julio César Pineda para orientar a la opinión pública y, en contraste con épocas pasadas, son escasos los expertos requeridos por los medios – además – bloqueados y censurados.

Un insigne todólogo fue José Ortega y Gasset, como lo es hoy Fernando Savater, o lo fueron – entre nosotros – Arturo Uslar, Pedro Berroeta o Juan Nuño, por mencionar a algunos de nuestros sabios que eran capaces de poner el debido acento sobre las realidades, gracias a la poderosa intuición, extraordinaria sensatez y fértil imaginación que los caracterizaba, a veces, empleando un lenguaje a tono con el temperamento. Ahora, concluimos que cualquiera habla pendejadas, pero no todos son todólogos.





En fecha reciente, contamos más de cinco textos relacionados con la tragedia ucraniana, en una edición de algo así como de veinte articulistas, el promedio de los que diariamente firman en un conocido portal noticioso. Ninguno era especialista en la materia, pero de la muestra sólo destacaron – a nuestro juicio – dos artículos, mientras que hubo uno que, al menos, hizo una síntesis histórica de la Rusia zarista que en cualquier enciclopedia se encuentra y, de los otros, por muy rimbombante que sea el nombre de los autores, fueron bytes perdidos.

De los dos artículos en cuestión, uno negó los derechos a invadir de la Rusia que patológicamente los invoca, como no lo tendría España para reintentar el dominio de las Indias Occidentales: y, el otro, planteó los costos económicos de una guerra que pueden llevarse por el medio a Putin, siendo otro el ocupante del Kremlin como su más seguro resultado. Esto es lo que se espera de un buen todólogo, trátese de los intelectuales mejor equipados, o de los políticos con una cabeza aceptablemente amueblada que, es bueno escribirlo, intentan darle continuidad a una larga tradición bajo el decanato incuestionable de Carlos Canache Mata.