Qué misterios esconde el pueblo fantasma italiano que fue abandonado tras una sucesión de terremotos

Qué misterios esconde el pueblo fantasma italiano que fue abandonado tras una sucesión de terremotos

Pentedattilo se ganó el mote de pueblo fantasma en Italia y se accede a través de una excursión organizada (Comisión de recuperación de Pentedattilo)

Una montaña con capiteles en forma de mano, antiguas casas de piedra adosadas unas a otras, higos chumbos que crecen por todas partes y un ambiente silencioso y misterioso. Si el viajero curioso busca un lugar para sumergirse en las tradiciones, la historia y las leyendas del pasado, Italia es el reino de las curiosidades. Sin embargo, es en Pentedattilo donde el visitante podrá sentirse atrapado por su enigmático encanto, más cercano a una poción que a un mapa de viajes.

Por infobae.com

Pentedattilo se ganó el mote de pueblo fantasma en Italia y se accede a través de una excursión organizada. Es un pueblo asentado entre rocas irregulares, que fue abandonado debido a múltiples terremotos. Ahora, los visitantes pueden dirigirse a Pentedattilo y caminar entre las calles inquietantemente silenciosas.

La gente de Pentedattilo tenía muchas supersticiones: creían que la ciudad estaba realmente embrujada. Se pensó que la inusual formación rocosa era, en verdad, “la mano del diablo”. Hoy en día, los visitantes pueden caminar e incluso ingresar a algunos edificios. Fue el escritor Edward Lear que, luego de visitarlo, sugirió que es “tan mágico que compensa cada esfuerzo realizado para alcanzarlo”. Para visitarlo, es adecuado estar en buen estado físico, porque llegar no es tan sencillo.

entedattilo (también llamado Pentidattilo por muchos habitantes vecinos a la zona) es un nombre que deriva de la imponente roca que lo domina. Un muro rocoso alisado por el viento que parece una gran mano abierta, precisamente a la que se le asigna ser la mano del diablo o de un cíclope. La palabra tiene etimología griega, de hecho “penta daktylos” significa “cinco dedos”.

Este pueblo es una fracción de Melito Porto Salvo, a medio camino entre el mar y la montaña. Con vistas al mar Jónico pero enclavado entre las rocas del Monte Calvario, en el Parque Aspromonte y en el corazón de la zona calabresa de Grecanica. Se encuentra a pocos kilómetros de Reggio Calabria y está inmerso en un paisaje que no pasa desapercibido. Protegido a sus espaldas por las montañas e inmerso en el Valle de Sant’Elia entre olivos, retamas y chumberas hasta donde alcanza la vista.

Se encuentra al sur de Reggio Calabria. Para graficarlo puede decirse que está situado en la punta de la bota que forma el mapa de Italia. Para llegar se debe tomar la carretera estatal Jónica, la SS106 siguiendo las indicaciones que llevan a Melito Porto Salvo. Pentedattilo es una aldea de dominio de esa localidad. Es posible llegar en auto, pero lo habitual es contratar una excursión. Para acceder se tiene que ascender las curvas de Via per Pentedattilo hasta llegar al pueblo. A los pies del caserío, cerca de la Iglesia de la Candelora, hay estacionamiento gratuito. El resto del recorrido, se debe hacer al pie.

Para los amantes del trekking, el auto se puede detener un poco más abajo, directamente en Melito Porto Salvo y emprender una caminata de dos horas en ascenso que lleva al pueblo.

Pentidattilo se ganó el mote de pueblo fantasma cuando quedó deshabitado a fines del siglo XVIII (Comisión de recuperación de Pentedattilo)

 

El origen del mito

Su historia se entrelaza con hechos históricos peculiares como la importancia comercial y militar estratégica asumida bajo la dominación griega y romana y hechos dramáticos y calamitosos como la masacre de los Alberti y el terrible terremoto de 1783.

Pentidattilo se ganó el mote de pueblo fantasma cuando quedó deshabitado a fines del siglo XVIII. A partir de una sucesión de terremotos sus habitantes desalojaron paulatinamente sus casas debido a que los movimientos terrestres dejaron una zona propicia para las inundaciones.

Más allá de lo ocurrido por entonces, debieron pasar muchos años para que oficialmente fuera declarada una zona definitivamente inhabitable, situación que tuvo lugar en 1971. Entonces, los últimos vecinos se vieron obligados a trasladarse al nuevo pueblo del fondo del valle por motivos de seguridad. En los últimos años, se llevaron a cabo proyectos de restauración para devolver al pueblo su antiguo esplendor. La Asociación Pro Pentedattilo propició la visibilidad del pueblo y apoyó intervenciones para hacer que el pueblo sea seguro y se logre la apertura de pequeños comercios tradicionales. Se abrieron tiendas de artesanías y un restaurante. Algunas antiguas casas rehabilitadas se han convertido en un hotel y se ha restaurado el pavimento de la calle principal.

Gracias a la ayuda de muchos voluntarios, se están tratando de revivir esas tradiciones y esa cultura de la zona griega de Calabria, de la que forma parte Pentedattilo. De hecho, en estos territorios hay varias comunidades que todavía hablan una forma de lengua griega, reconocida por el Estado italiano como patrimonio lingüístico nacional.

El pueblo también es apodado “La mano del diablo” , por su particular forma y por las leyendas que lo rodean. Según cuentan las historias populares, en el pueblo vivían dos familias nobles enfrentadas entre sí: los Alberti y los Abenavoli. Se dice que el barón Bernardino Abenavoli estaba enamorado de Antonietta Alberti, de quien pidió la mano, a pesar de que la mujer ya había sido prometida a don Petrillo Cortés, hijo del virrey de Nápoles.

Se dice que Bernardino, ciego de rabia y amor negado, entró en el castillo la noche de Pascua, mató a todos los miembros de la familia Alberti, excepto a Antonietta, a la que obligó a casarse con él en la iglesia de San Nicola y capturó al prometido esposo Cortés.

El Virrey Cortes al conocer la noticia de la masacre y el secuestro de su hijo envió una expedición militar al Castillo de Abenavoli, liberó a Don Petrillo pero no logró capturar al barón. Antonietta huyó, canceló su matrimonio con Bernardino y se encerró en un convento donde murió atormentada por la culpa por el exterminio de su familia.

Cuenta la leyenda que cuando el viento se cuela entre los “dedos del diablo” todavía se pueden escuchar los gritos y gemidos de las personas muertas en el castillo.

Qué se puede ver en la zona

La vista más espectacular que regala el pueblo se tiene desde lejos, admirando las torres del Monte Calvario que sostienen sus casas encaramadas en las rocas. Al llegar al corazón del pueblo, lo ideal es perderse por sus callejuelas, detenerse a escuchar un silencio inimaginable y dejarse envolver por ese aura misteriosa que transmite su historia. Salir de excursión para visitar Pentedattilo es una de las posibilidades que se pueden concretar desde Reggio Calabria y sus alrededores. Es recomendable visitar el Castillo de Pentidattilo, construido en las laderas del Monte Calvario. Hoy solo quedan ruinas que dominan todo el pueblo. Es este el epicentro de la leyenda de Pentedattilo y sus fantasmas.

En los callejones hay una sucesión de tiendas artesanales que exhiben productos locales realizados en los alrededores. Innumerables artículos realizados a base de bergamota son uno de los clásicos souvenirs del lugar, además de pequeñas artesanías de madera hechos a mano.

La Iglesia de Santi Corifei Pietro e Paolo es el templo parroquial de origen bizantino que conserva una placa de la familia Alberti, una de las protagonistas de la leyenda.

El Fresco de San Cristoforo es una obra de finales del siglo XIX de autor desconocido. Se puede visualizar bajo el espolón de roca inclinado, en el punto donde se dice que San Cristóforo sostuvo la roca con su fuerza para proteger las casas de abajo en el momento del terremoto.

El Museo de Tradiciones Populares se creó para mantener vivas las costumbres y tradiciones, mientras que el Pequeño Museo de la Bergamota está dedicado a los cítricos típicos de estos territorios.

Al final de la visita, si la temperatura acompaña, es posible disfrutar de un chapuzón en las aguas cristalinas de Bova Marina y luego subir al pueblo griego de Bova Superiore, en el corazón del Aspromonte, para completar el concepto de Grecia en Italia que se visualiza de manera contundente en esta región.

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