Mark Collins había llevado a sus cuatro nietos Waylon, Karson, Hudson y Bryson a su rancho al noroeste de Houston el jueves para lo que sonaba como el sueño de un niño sureño: disparar armas, tomar botes en grandes estanques y pescar.
Por The Guardian
Si bien Collins sabía que las autoridades habían estado buscando en el área general a un asesino convicto con vínculos con un cartel mexicano de drogas que se había escapado de un autobús de la prisión tres semanas antes, es posible que no supiera que el fugitivo aparentemente había robado una casa al lado de el rancho, según el amigo de la familia David Crain.
Y a las pocas horas de su llegada, Collins y sus nietos estaban muertos a manos del fugitivo, Gonzalo López, de 46 años, quien robó armas, ropa y un camión del rancho antes de que la policía lo matara a tiros a más de 200 millas de distancia.
Funcionarios de Crime Stoppers de Houston identificaron el viernes por la noche a Mark Collins, de 66 años; Waylon Collins, 18; Karson Collins, 16; Hudson Collins, 11; y Bryson Collins, también de 11 años, como los cinco miembros de la familia asesinados por López en las últimas horas de su huida de la ley.
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