Meticuloso, paciente, calculador, mentiroso compulsivo e intelectual. Así, en ese orden, funciona el sistema de características que definen a Tommaso Debenedetti; un «periodista» italiano y especialista en falsas noticias que actúa «para demostrar que muchas informaciones de la realidad, están basadas en elementos falsos».
Por Samuel Clemente / 2001online.com
Dar por muerto al Papa emérito Benedicto XVI fue tan sólo otra más de sus jugadas. Tommaso disfruta cada movimiento en falso que da, pues; se auto proclama incluso como el campeón de las estafas informativas.
Esta vez se hizo pasar nada más y nada menos que por Georg Bätzing, el presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania… Esperó tener un cúmulo amplio de seguidores para poder actuar. Los fue almacenando sin levantar sospechas, haciéndose notar poco y sin que nadie lo notara. Ya había decidido a su próxima víctima: al teólogo Joseph Ratzinger.
El hombre se define como periodista y escritor, crea entrevistas, las vende como verdaderas y tan sólo salen de su imaginación. hace algún tiempo, con el auge y la expansión de la era digital; halló un nuevo modus operandi: Twitter albergó a un timador profesional… Por lo que ahora se dedica a estudiar a los diversos mercados mundial de la comunicación, crea cuentas en el microblogging de internet y «ataca».
Tommaso Debenedetti nació en 1969 y llegó a ser profesor de Italiano e Historia en un instituto público de Roma.
Ejerció el periodismo en un breve periodo de tiempo, entre 1998 y 2000, para luego descubrir su verdadera «vocación»: mentir.
A partir del año 2000, Tommaso Debenedetti empezó a redactar entrevistas falsas para medios de provincia en Italia y se justificó de la siguiente manera:
«La información en este país está basada en lo falso. Todo pasa mientras sera favorable a la línea editorial», comentó por ejemplo en una entrevista exclusiva al diario El País en 2010.
Su catálogo de entrevistas fantasiosas, es largo. Pero las más impresionantes reposan en la figura de Mijail Gorbachov quien el último líder de la Unión Soviética. A su vez, sus escritor fantasmas sobre conversaciones con el mismísimo Dalai Lama se llenaron en un momento determinado de mucha reputación.
Y ahora, su última gran hazaña: La muerte de Benedicto XVI
«Me gusta ser el campeón italiano de la mentira, creo que he inventado un nuevo género y espero publicar nuevas cosas falsas en mi web», comentó.
Debenedetti recibió en ocasiones hasta 30 euros por entrevistas concedidas y muchas no recibía pago alguno, decía hacerlo por mera pasión… «Esto demuestra que todo era un juego», reveló Tommaso, para informar además que incluso mucho medios sabían que sus trabajos y que sus informaciones eran falsas. «pero me publicaban por ser afín a la línea que tenían», relató.
Hugo Chávez ocupa un lugar en la lista mentirosa de Tommaso Debenedetti
Como parte de su lista de «mentiras verdaderas», Tommaso Debenedetti hizo circular en 2012 una fotografía del fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez, donde se le apreciaba que estaba conectado a tubos de asistencia médica y en el hospital.
Esta imagen fue reproducida por varios medios en todo el mundo, por agencias y por prestigiosos periodistas. Luego, al auto descubrirse Debenedetti con lo que había hecho; los medios tuvieron que ofrecer disculpas por aquella equivocación.
La tecnología le hizo encontrar un nuevo hogar… Pues, empezó a crear perfiles falsos donde se hacía pasar por un personaje o una empresa, y a dar comentarios falsos, mismos que fueron tomados por varios medios de comunicación
El escritor Mario Vargas Llosa, también es uno de los que «ha muerto» en su mente; así como Isabel Allende a quien dejó «sin vida» en el plano viral.
Mientras, de tanto conocer al personaje, se augura que el otrora sumo pontífice no sea la última carnada del misterioso y farsante Tommasso Debenedetti; ingeniero y experto en dejar en ridículo a la prensa internacional.
Incluso, el rostro no tan claro que se refleja en la presente nota; podría también con suma facilidad, ser falso. Hasta ese nivel ha llegado Tommaso, creador de falsas y medias verdades que confunden al más perspicaz. El autor, podría todavía no tener a su vez; un rostro definido.