David Mendoza: Vivimos en un mundo paralelo

David Mendoza: Vivimos en un mundo paralelo

Las teorías de mundos paralelos han tomado fuerza a raíz del avance de la física. Esta idea se ha difundido a nivel de hipótesis científica. Su alta popularidad está ligada a la ciencia ficción y a los cómics. Muchos han sido los escritores que se han visto atraídos por los viajes a través de diversos mundos, sin moverse de su casa. Usted se encuentra con su esposa que ya no es su esposa, ahora es una bomba sexi que le resulta inalcanzable, novia de su peor enemigo; el cual se ha vuelto presidente de EEUU, por ejemplo. Uno de sus hijos (el más machazo, el mecánico cavernícola de la casa) ahora se maneja con los vientos de inclinación de género actuales, y es peinado por la brisa de  la indefinición feliz y nada traumática de aceptarse a “sí misme” tal cual es. Su perro Bruno, en lugar de moverle la cola cuando llega y abalanzarse sobre usted cual “Dino” el de “Los Picapiedras”, le gruñe como aquel otro y bastante macabro de “Cementerio maldito”. Yo me pregunto, y de verdad lo digo de buena fe, por qué en esos mundos paralelos pintados por aquellos que los visualizan, nunca ocurre que la vida sea mejor, que ahora su esposa lo ame más a usted, o que su hijo se gane la lotería y le preste para un pasaje de avión, que usted ya no sea “goldito” y sin hacer ejercicios, por una extraña y sobrevenida milagrosa condición, ahora posea un cuerpo, una salud y una inteligencia irremediablemente buenas, que Trump nunca hubiera alentado a asaltar el Capitolio en EEUU o que Venezuela fuera uno de los países más prósperos del planeta, con un Nicolás Maduro jubilado como conductor de los autobuses del Metro de Caracas.   

¿De dónde viene?

La humanidad, luego de superar el modelo newtoniano del universo, con un centro o eje fijo, y una leyes físicas inexorables, teniendo a la gravedad como una fuerza, se postró ante Albert Einstein y su teoría de la relatividad general con su concepto del “espacio – tiempo” como una especie de superficie que sostiene la materia y que sufre curvaturas por la acción de la misma. El equivalente a cuando usted se sienta en un mueble o en un colchón y el colchón se hunde: un cambio total de la noción de gravedad newtoniana. Esta nueva visión del universo, sumada a la teoría cuántica y a la aparición de la “teoría de cuerdas”, han dificultado una “teoría unificada del universo” o una “teoría cuántica de la gravedad”. Los esfuerzos no han sido pocos, a tal grado, que ha aparecido ante nuestra vista la posibilidad (alta) de que el todo esté constituido de múltiples universos paralelos, con diferencias sustanciales unos de otros. El ejemplo de cuadernillo es el de un pan de sándwich que se pica en rebanadas, donde cada rebanada es un universo.   





¿Y cómo se pasa de una rebanada a la otra?

A través de puertas o hundimientos profundos del “espacio – tiempo”. Si usted hunde el dedo en una rebanada de pan lo suficiente, podrá penetrarla y tocar la superficie de la otra rebanada.  Y ¡Bum! Ahí está de repente en la televisión su mujer con su peor enemigo entrando millonarios a un convertible, y usted desempleado en esta Venezuela terrible, con Bruno mirándolo fijamente y gruñendo a colmillo pelado.

Cómo caímos en un mundo paralelo

Según el niño genio (creó un pequeño dispositivo que genera energía libre: el sueño de Tesla) Max Loughan, el  “Colisionador de Hadrones utilizado en Europa para romper partículas subatómicas, con el objetivo de recrear un agujero negro y la partícula del “Bing Bang”,  habría sido el aparato responsable de haber destruido nuestro mundo y depositarnos en este otro (mucho peor, como es de esperarse). Según Max, esto explica los diferentes fenómenos meteorológicos que han venido azotando al mundo.  Es decir, vivimos en una realidad alternativa sin darnos cuenta. Max afirma que se creó un mundo alternativo al instante de desaparecer el original. 

¿Existen pruebas?

Maneja indicios. El principal es el llamado “Efecto Mandela”. Se trata de lo que han dado los psicólogos en llamar “recuerdos falsos”. Recuerdos comunes y desafortunadamente incorrectos de íconos culturales. Detalles que la mayoría de nosotros damos por ciertos y que no son correctos. Un ejemplo es el monóculo del viejito en la caja del juego de “Monopolio”. Casi todos recordamos ese monóculo; sin embargo, nunca ha llevado tal elemento. Max afirma que no es un efecto psicológico, sino un recuerdo correcto del verdadero viejito del juego. En nuestro mundo destruido, el viejito sí llevaba ese monóculo y por eso, es que lo recordamos con tanta claridad. 

¿Y tú qué crees?

Que tenemos que trabajar en este mundo, sea o no un mundo paralelo para hacerlo mejor. Si Max se equivoca, hay que mejorarlo y disfrutarlo y si tiene razón, entonces, el otro ya no existe, así que a vivir y a trabajar, a apreciar a nuestros seres amados y a las cosas que tenemos que no son pocas. 

NOTA DE CONDOMINIOS

El jueves 03 de noviembre Elías Santana, Director de micondominio.com, se reunió con algunos medios para informar sobre una onerosa multa impuesta por el  SENIAT a un condominio en Caracas (Res. Capri, La Urbina) por estar omisos en el deber formal de declarar el ISLR. Mil dólares de multa en un país donde la gente apenas y puede sobrevivir. Así que los condominios a ponerse al día con los deberes formales. Las instituciones públicas han estado actualizando sus tablas de honorarios, multas y obligaciones, pero los salarios siguen siendo simbólicos. ¿Será que Max tiene razón y este mundo paralelo tiene una alarmante desproporción entre los salarios y el resto de los costos y obligaciones?

 

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