La angustia de los evacuados de Sudán a bordo de un buque militar saudita

La angustia de los evacuados de Sudán a bordo de un buque militar saudita

Soldados de Arabia Saudita ayudan a personas evacuadas de Sudán a desembarcar en el puerto de Yedá, el 25 de abril de 2023.

 

El 15 de abril por la mañana, Hasan Faraj estaba en su apartamento, cerca del aeropuerto de Jartum, la capital de Sudán, cepillándose los dientes cuando de pronto sonaron varios disparos, preludio de una guerra que llegó de improvisto.

Pocos días antes este paquistaní había dado su pasaporte a la administración sudanesa, lo que dificultaba su marcha del país. Pero su nevera también estaba vacía y el hecho de quedarse tampoco era una buena opción.

Durante dos semanas, Faraj, de 48 años, contactó constantemente a la embajada de Pakistán para que lo evacuaran.

Con un permiso especial para viajar, finalmente logró formar parte de un grupo de 52 personas que huyó el domingo de Sudán a bordo del barco militar saudita “Al Diriyah”, dirección de la ciudad portuaria de Yeda, en Arabia Saudita, desde Puerto Sudán, en el este del país en guerra.

“Me siento muy afortunado”, asegura en declaraciones a AFP tras haber pasado unos días “de mucho miedo” en que asistió a violentos combates y bombardeos en la capital.

“Estoy muy preocupado por la situación de mis amigos, sobre todo aquellos que viven en Jartum”, explica Faraj.

“Algunos de ellos pudieron esconderse en lugares más seguros, ¿pero hasta cuándo lo serán (de seguros)? Nadie lo sabe”, lamenta.

Sudán sufre bombardeos y fuego antiaéreo desde el 15 de abril cuando comenzó el conflicto entre el general Abdel Fatah al Burhan, que dirige el país, y quien fuera su número dos y ahora es su rival, el militar Mohamed Hamdan Daglo, que dirige el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

Esta guerra provocó al menos 528 muertos y 4.599 heridos, según el Ministerio de Salud, un balance que puede empeorar ya que los enfrentamientos impiden recoger los cadáveres.

 

– “Perder un país” –

Arabia Saudita, que logró evacuar desde mediados de abril a unas 5.000 personas de distintas nacionalidades, efectuó la evacuación del domingo.

Poco más de 50 refugiados esperaban desde la madrugada para embarcar en el “Al Diriyah”, junto con miembros de la Marina y de las fuerzas especiales sauditas.

Una vez subieron a bordo de este barco de 102 metros de eslora, los recibieron con dátiles, café y zumos de fruta.

Entre ellos, había pocas personas de nacionalidad sudanesa. Una de ellas era Badriah al Sayed, de 55 años, que viajaba con su marido, procedente de Omán.

Junto con sus hijos, habían viajado a principios de abril a Sudán para celebrar el ramadán con su familia.

“Normalmente, durante el Aíd al Fitr nos reciben con bombones, pero esta vez distribuyeron balas”, lamenta Al Sayed.

Para llegar a Puerto Sudán y salir del país desde allí, esta familia tuvo que andar durante cinco horas por una carretera en que resultaba imposible circular en coche.

Mientras el barco en que viajan se alejaba de las costas de Sudán, Al Sayed sentía que “está perdiendo un país”.

 

– “Muy doloroso” –

Mohamed Ali, procedente de Pakistán, había vivido durante los últimos 13 años en Jartum, su segunda patria.

Este ingeniero, de 44 años, reconoce haber tenido suerte al haber dejado hace unos meses a su mujer y sus hijos en Pakistán, dado que sus hijas debían estudiar para preparar su ingreso en el liceo.

El hecho de huir de Jartum hubiera resultado mucho más complicado si hubiera vivido con toda su familia.

“Ha sido muy doloroso, porque todos mis hijos habían nacido y se educaron aquí”, explica con los ojos llorosos.

“Vuelvo (a Pakistán) sin nada. Lo he dejado todo. Mi casa, todas mis posesiones. Y todos mis recuerdos”, afirma.

AFP 

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